Bertrand Rusell fue una de las mentes más brillantes del siglo XX, filósofo, matemático y escritor galés. Su obra cumbre es la Principia Mathematica. Su trabajo no se limita a la lógica matemática, porque Rusell se comprometió con la sociedad que le tocó vivir, sosteniendo puntos de vistas revolucionarios para esos tiempos. Su postura antibélica durante la Primera Guerra Mundial le ocasionó pasar tiempo en la cárcel; se declaró ateo y descreyó de todas las religiones; socialista, se desilusionó tempranamente del marxismo tras conocer a Lenín en los años '20. Era abiertamente partidario de una conducta sexual libre y de relaciones sexuales prematrimoniales, toda una rareza para sus contemporáneos. Fue una mente dispuesta a examinar racionalmente la realidad y hacerse las preguntas que nadie se animaba a hacer.
Como una mera aproximación, tomamos de Wikiquote un puñadito de frases representativas de su pensamiento, que esperamos sirvan para abrir la puerta y conocer más de su vida y obra.
Aún cuando todos los expertos coincidan, pueden muy bien estar equivocados.
El agnóstico cree que es imposible saber la verdad en los asuntos que le interesan al cristianismo y otras religiones, como Dios y la vida futura. O si no imposible, al menos imposible por ahora.
El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que se derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país.
El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente; pero, si es resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que haber sido el de un demonio. Por mi parte, encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y más verosímil.
El mundo, ahora y antes, está basado en una competición a vida o muerte; lo que se disputaba en la guerra era qué niños, si los alemanes o los aliados, debían morir de hambre y de miseria.
El patriotismo es la disposición de matar y dejarse matar por razones triviales.
El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas.
El secreto de la felicidad es darse cuenta que la vida es horrible, horrible, horrible.
En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras.
Es una ley general que las civilizaciones decaen, menos cuando entran en contacto con otra civilización extraña superior.
La Ciencia en ningún momento está totalmente en lo cierto, pero rara vez está completamente equivocada y tiene en general mayores posibilidades de estar en lo cierto que las teorías no científicas.
La conclusión es que sabemos muy poco y sin embargo es asombroso lo mucho que conocemos. Y más asombroso todavía que un conocimiento tan pequeño pueda dar tanto poder.
La historia del mundo es la suma de aquello que hubiera sido evitable.
La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, y otra que practica y no predica.
La libertad es algo maravilloso, pero no cuando hay que pagar por ella el precio de la soledad.
Las matemáticas poseen no sólo la verdad, sino la suprema belleza, una belleza fría y austera, como la de una escultura.
Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar.
Lo que los hombres realmente quieren no es el conocimiento, sino la certidumbre.
Lo que se necesita no es la voluntad de creer, sino el deseo de averiguar, que es exactamente lo contrario.
Los artistas son, por regla general, menos felices que los hombres de ciencia.
Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer imposible lo posible.
Me opongo a toda superstición, sea musulmana, cristiana, judía o budista.
Muchas personas preferirían morirse antes que pensar; en realidad eso es lo que hacen.
Observo que una gran parte de la especie humana no cree en Dios y no sufre por ello ningún castigo visible. Y si hubiera un Dios, me parece muy improbable que tuviera una vanidad tan enfermiza como para sentirse ofendido por quienes dudan de su existencia.
Para llevar una vida feliz es esencial una cierta capacidad de tolerancia al aburrimiento. La vida de los grandes hombres sólo ha sido emocionante durante unos pocos minutos trascendentales. Una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de hombres de escasa valía.
¿Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?
Quiero decir, con toda seriedad, que la fe en las virtudes del trabajo está haciendo mucho daño en el mundo moderno, y que el camino hacia la felicidad y la prosperidad pasa por una reducción organizada de aquél.
Rousseau estaba loco, pero fue muy influyente; Hume era cuerdo, pero no tuvo seguidores.
Temer al amor es temer a la vida y los que temen a la vida ya están medio muertos.
Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad.
Yo estoy tan firmemente convencido de que las religiones hacen daño, como lo estoy de que son falsas.
fuente: http://es.wikiquote.org/wiki/Bertrand_Russell
No hay comentarios.:
Publicar un comentario