7.9.12

catita vota

adn cultura

Cata: -As noches!!

Todos: -As noches!!

Animador: -Hola, Catita! Qué cuenta de bueno!

C.: -Qué via contar de bueno, m'hijo, con lo chueco que anda el país!

A.: -Catita!...

C.: -Diga que no tengo tiempo, porque si yo me dedicaría a la política, otro galio los cantara!

A.: -De veras! Ahora que las mujeres pueden intervenir, bien podría usted ser senadora.

C.: -Yo ya he sido celadora, al colegio, pero no es lo mismo luchar con chicos, que ser celadora al congreso y luchar con grandes.

A.: -Tiene razón.

C.: -Porque a un chico, de un soplamoco, usté lo hace callar, pero a un deputado?

A.: -Catita: yo estoy seguro de que usted, actuando en política, pasaría a la historia.

C.: -Como tantas colegas? Porque ha habido grandes mujeres a la historia! Más que hombres en atos patróticos!

A.: -Usted cree?

C.: -A ver ande hubo un Juan de Arco, que se dejara cocinar crudo en una fogarata?

A.: -Es verdad.

C.: -O uno como Clopatria, la reina de los ejitos, que pa no rendirse a los de la contra, se suicidó a sí misma, haciéndose morder por una culebra en el busto?... Ande se vio el caso de un hombre que le haiga dado el busto a una culebra?

A.: -En efecto, la historia está llena de ejemplos?

C.: -Enjemplares de mujeres? Ahí la tiene a Popea, protetora de las burras.

A.: -Cómo, cómo?

C.: -Sí, porque como todo el mundo, prefería la leche patoruzada, por ser más hingiénica, las pobres burras, producían sin provecho; entonces Popea, pa mostrar que tan hingiénica era l'una como l'otra, se baniaba en leche de burra.

A.: -Lo que sabe usted, Catita? Y el bien que le haría a la nación, si pudiera regir sus destinos!

C.: -Vio? Sin embargo hay inorantes que dicen que las mujeres no debían ni votar, porque son unas animalas!

A.: -A propósito, votó usted en las últimas elecciones?

C.: -Seguro!

A.: -Adónde la empadronaron?

C.: -A mí me apadrinaron en la sacristanía de San Suplicio.

A.: -Empadronaron! En qué padrón la asentaron!

C.: -En qué patrón me sentaron? Avise, diga! Yo no me siento en los patrones, como las secretarias lanceras?

A.: -A ver si nos entendemos? dónde votó?

C.: -La función era en una escuela, un domingo, y pa entrar, tuve que hacer cola. Desgracia humana!

A.: -Le molesta eso?

C.: -Y me indina, porque se empresta a las avivadas! Una vez en la cola del vino, le di a un tipo un par de cachetadas que le rajé la cara!

A.: -Con la mano?

C.: -No, con la botella? Je! Pegándome gorpecitos, porque se le había dormido la pierna!

A.: -Y eso?

C.: -A lo que estábamos juntos, dice, que se confundió la pierna de él con la mía? Vaya a pegarle a su madrina!

A.: -Sí, sí, nunca faltan oportunistas! Bueno, siguiendo con el voto, decía que fue en una escuela?

C.: -Sa. Había una mesa desaminadora, con un director y cinco ayudantes. Cuando me tocó pasar, cerca de la una, les digo: -A ver si me despachan pronto, que mi amá me espera con los tallarines.

A.: -Y entonces?

C.: -Me acerco al director, y como el voto era secreto, me le pego a l'oreja, y le digo: -Yo voto por el más buen mozo.

A.: -Cómo, cómo?

C.: -Yo voto por el más buen mozo! Va a creer que aunque el voto era secreto el tipo va y se lo sopla a la di al lado? La otra, que era un escracho me mira estupefata, y se larga a reír!

A.: -Qué grosera! Y usted?

C.: -No me estrania que a los loros les reviente que una tenga buen gusto! -le grito-. Estupefación y risada general.

A.: -Bueno, le diré, Catita, usted no procedió?

C.: -Párese!... Entonces una, que parecía mas curta, porque usaba lentes, me dice: -Su nombre? -Catalina Pizzafrola Langanuzzo. Desde hoy, una amiga ma. Mira una lista y me larga: -Langanuzzo o Longaniza? -Langanuzzo, salame -le digo?

A.: -Catita!

C.: -Tiene la libreta? -sigue. -Cuála? -le digo- porque traje tre: la de notas, la cívica y la del panadero.

A.: -Pero qué ocurrencia!

C.: -De las tres, me elige la cívica; me la curiosean y me dan un sobre. -Y esto? -les pregunto. -Pa que pase al cuarto escuro. Yo no sabía qué pensar!

A.: -Y el cuarto oscuro?

C.: -No era lo que yo pensaba, porque había luz. Se veía lo más bien? Así que me senté a esperar.

A.: -A esperar qué?

C.: -El defile de los candidato!?No estamos hablando de las eleciones?

A.: -Ay mi madre!

C: -Le diré que pa ser un salón, ande tenían de defilar los foturos candidato, era bastante rascada!?Unos bancos miserables y todos emporcados de papeles!

A.: -Catita! Esos papeles son las listas de los partidos!

C.: -Yo agarré unos cuantos, los abollé y me acorché los zapatos, porque tenía los pieses reventados del plantón!... Miré el reló: l'una y vente! Pobres tallarines!

A.: -Bueno, y después?

C.: -Después qué? Espera que te espera, y el cuncurso no empezaba!

A.: -De modo que se quedó?

C.: -A la espetativa, demientras que pensaba: Cómo saldrán los candidato?... Como las mises, en malla?

A.: -Catita!

C.: -Sí, porque si pa elegir al mejor, tiene que ser sin mula. Nada de rellenos ni de postizos!

A.: -Y usted cree que los candidatos, que son hombres?

C.: -Se ponen rellenos, como todos!

A.: -En dónde?

C.: -No en los mismos sitios que las mujeres, pero en las hombreras

A.: (Harto.) -Sigamos con el relato. Estaba en el cuarto oscuro, haciendo conjeturas?

C.: -Lo qué?

A.: -Hipótesis.

C.: -Ay, osté, hasta que la censura no lo agarre? Buá: cuando redepente, se abre la puerta. -Los consursantes -pensé yo, y me pongo a aplaudir. Pero no, era una tipa que viene y me dice: -Y? Qué pasa? -Eso le pregunto yo, cabaliera. Hasta cuándo me van a tener aquí? Todavía no se han formado los candidato, que a mi amá se le pasan los tallarines?-

A.: -Catita! En el cuarto oscuro, la ciudadana que va a votar, debe elegir una de las listas de los partidos, colocarla dentro de un sobre?

C.: -Eso me dijo, pero como no le entendí muy bien, agarré una de cada, pa no ofender a ningún partido, y las metí en el sobre. Salí y ya lo iba a meter en el buzón de la esquina, cuando viene otra y me lo hace poner?

A.: -En la urna, naturalmente.

C.: -Sa, en el cajón de lustrabotas ese, no? Bueno, y ora qué hago? -les digo-. -Ora, váyase a su casa -me larga-.

A.: -Claro, porque habiendo terminado su cometido, no tenía por qué quedarse.

C.: -Callesé, inorante! Y el espetáculo, con perdón de la palabra? El desfile de las mises y de los candidato? Me vino una indinación, que agarré y les dije: No se me importa que me echen! De mejores casas me han echado!... pero otra vez no me pescan, porque, encima de estafarme la función y por curpa de ustede, viá tener que comer engrudo en lugar de tallarines! Sinvergüenzas! Muleros! Chorros! Je! Hay cada uno má de cuatro!

Programa grabado el 19 de abril de 1960, con Antonio Carrizo.

FUENTE: http://www.lanacion.com.ar/1503717-catita-emite-su-voto

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