4.12.13

un hombrecito infame (III)

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“Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel intelectual a la capacidad receptiva del menos inteligente de los individuos a quienes se desea vaya dirigida. De esta suerte es menester que la elevación mental sea tanto menor cuanto más grande la muchedumbre que deba conquistar. La capacidad receptiva de las multitudes es limitada y su comprensión escasa; por otra parte, tienen ellas una gran facilidad para el olvido. Así las cosas, fuerza será que toda propaganda, para que sea eficaz, se limite a muy pocos puntos, presentándolos en forma de gritos de combate hasta que el último hombre haya interpretado en significado de cada uno”
ADOLF HITLER

En la dirección de Der Angriff (El Ataque), Joseph Goebbels mostró la paleta de sus recursos más bajos. Su principio era que la propaganda era buena si lograba su principio y mala si no lograba el resultado deseado. Todo valía, si el nazismo alcanzaba el poder. “No es función de la propaganda ser inteligente, sino llegar al éxito”.

Sus víctimas fueron los líderes socialistas y, en especial, Bernhard Weiss, el jefe de policía judío de Berlín.

El hombrecito mostró su habilidad como orador, con un estilo chispeante, irónico y humorístico. Sin pausas, fue subiendo en la estructura nazi, hasta ubicarse en el círculo cercano a Hitler. En 1930, Goebbels reemplaza a Strasser (quien sería expulsado del partido) y se encarga del aparato de propaganda del partido. Con el empujón que significó la Gran Depresión, los votos al partido nacional socialista fueron en aumento. Goebbels fue un aliado principal, creador de la coreografía monumental nazi.

Ese año, por intervención directa de Hitler, Goebbels se casa con Magda Quandt, protestante y divorciada, de la clase alta berlinesa. “Voy a dejar las mujeres y dedicarme enteramente a sólo una” escribió. Con Magda tendría seis hijos (Helga, Hildegard, Helmut, Holdine, Hedwig y Heidrun), todos con nombres con “H” de Hitler como inicial. La familia Goebbels fue presentada por el régimen como el ejemplo de la perfecta familia aria. Por casarse con una divorciada, Goebbels fue excomulgado por la iglesia católica, que abandonó.

Cuando el 30 de enero de 1933, Adolf Hitler fue nombrado Canciller de Alemania, Goebbels se apoderó de la radio estatal y transmitió en vivo el desfile de antorchas con que se festejó la asunción del Führer.

El hombrecito estaba donde quería estar.
“El sentimiento exige verdades o mentiras, más no acepta jamás medias verdades ni mentiras a medias”
ADOLF HITLER

(continúa mañana)

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