10.2.14

del discurso de Cleón

Pero lo más grave de todo ocurrirá si ninguna de nuestras decisiones permanece firme y si no nos damos cuenta de que una ciudad con leyes peores, pero inmutables, son más fuerte que otra que las tiene buenas, pero sin autoridad, de que la ignorancia unida a la mesura es más ventajosa que el talento sin regla y de que los hombres más mediocres por lo general gobiernan las ciudades mejor que los más inteligentes. Éstos últimos, en efecto, quieren parecer más sabios que las leyes y salr siempre triunfante en los debates públicos, porque piensan que no pueden mostrar su ingenio en ocasión más importante, y como consecuencia de tal actitud acarrean de ordinario la ruina de sus ciudades; quienes, por el contrario, desconfían de su propia inteligencia reconocen que son más ignorantes que las leyes y que están menos dotados para criticar los argumentos de un buen orador y, al ser jueces imparciales más que litigantes, aciertan la mayor parte de las veces.

TUCÍDIDES
“Historia de la Guerra del Peloponeso” (III, 37,3-5)

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