7.8.14

como receta, películas

Como habrán visto los visitantes de “Libreta Chatarra”, la última semana no estuvimos muy activos y pegamos el faltazo un par de días. Estuvimos con algunas nanas menores que nos tuvieron la mayor parte de la semana en cama y con algunas líneas de fiebre. No había mejor cosa que hacer que dormitar y ver tele. Y haciendo zapping nos dimos a la grata tarea de volver a ver películas (o cachitos de películas) que ya son un clásico. La grata tarea nos sugirió este post, un ejercicio de rememoración de algunas dignas escenas que merecen verse, una y otra vez.

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“Inside Man” (http://www.imdb.com/title/tt0454848) fue una de las películas vistas. Denzel Washington, Clive Owen, Jodie Foster, dirección de Spike Lee. Un robo a un banco que no parece ser lo que es. Un policía demasiado inteligente para ser policía; un ladrón demasiado inteligente para ser ladrón; un juego de mentiras sobre mentiras y una resolución brillante. Me gustó esta película cuando se estrenó hace tiempo y me gustó más en esta segunda mirada. Es uno de esos filmes bien hechos, como casi ya no quedan. Es muy difícil sacar una escena sin que se caigan todas las demás. Y tiene algo que tampoco es tan común de ver: aunque el tema excluyente es un robo, sirve para iluminar las taras de una sociedad atravesada por la corrupción. Bien de cine negro.

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Una noche, con un par de canales de diferencia, podías ver dos obras con la firma de Quentin Tarantino, uno de mis cineastas de cabecera. La primera era la monumental “Pulp Fiction” (http://www.imdb.com/title/tt0110912) con esa larga escena final de Samuel Jackson tratando de convencer a Tim Roth que no se lleve la valija de su jefe mafioso porque no quiere matarlo. El personaje de Samuel Jackson ha tenido una epifanía: lo han baleado y la lluvia de balas no lo tocó. Travolta (su colega, también partícipe del evento) ve una casualidad; Jackson ve la mano de Dios. Y actúa para no tener que boletear al primer perejil que se le planta en el camino, como prueba de que ha escuchado la voz y cambiado. El monólogo de Jackson tiene todos los tics de Tarantino, la maestría que sólo él es capaz al escribir un parlamento. Es un claro ejemplo de dos personajes con necesidades dramáticas contrapuestas: yo quiero tu valija; yo no te la puedo dar. Si te llevás la valija, te tengo que matar. Así que te tengo que convencer que no es conveniente. Es más, tengo que convencerte que, pese a que me estás encañonando, yo tengo el mando de la situación. Y que si no te mato, no es por falta de valor, sino porque algo pasó que alteró mis prioridades. Una joya.

nightmares boulevard

Un cachito más allá, una película menor en la filmografía de Tarantino, “De la noche hasta el amanecer” (http://www.imdb.com/title/tt0116367) dirigida por su compinche Robert Rodriguez y escrita (inconfundiblemente) por Quentin. Escena en cuestión: Salma Hayek, en bikini, bailando sobre una mesa de un bar perdido en el desierto, con una boa en el cuello. Nunca vi a Salma Hayek tan espléndida como en ese breve cameo. Es una escena clave. No sólo por la sexualidad que transmite la escena sino porque en ese momento el filme cambia de género: pasa de ser una película de acción a una película de vampiros. Y como el ñato no come vidrio, escribe la escena y se da el lujo de ponerse como actor en el extremo de la mesa, para que Salma le baile arriba y le ponga el dedo gordo del pie en la boca mientras derrama un torrente de cerveza por su pierna. Gloriosa.

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Final de “La novicia rebelde” (http://www.imdb.com/title/tt0059742) donde Christopher Plummer canta “Edelweiss”, una típica canción popular austríaca, como jefe de familia de los Von Trapp. Julie Andrews en una comedia musical que cierra por todos los lados y que dejó canciones memorables. Y ahí, el tipo escapando de los nazis, se para en el escenario e improvisa una canción que es un símbolo de su pueblo que se ha aliado al demonio. El protagonista se está despidiendo de su nación y de sus amigos. Y en esa canción se le quiebra la voz, necesitando la ayuda de su flamante esposa.

Es notable, ahora que lo pienso, esta escena se relaciona con las anteriores. Christopher Plummer (muchos años después) es protagonista de “Inside Man”, interpretando a un banquero que negoció con los nazis su fortuna. En “Pulp Fiction”, la chica que acompaña a Tim Roth (Honny Bunny, con quien toma un café en la escena incial del filme) es Amanda Plummer, la hija de Christopher Plummer.

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La siguiente es una de esas películas que uno no tiene registrada, las que se encuentran por casualidad haciendo zapping en el cable. El filme es “The Greatest Game Ever Played” (http://www.imdb.com/title/tt0388980), la verdadera historia de Francis Ouimet, un joven jugador de golf amateur, de clase trabajadora, que da el batacazo y gana el Abierto de Golf de los Estados Unidos en 1913. El protagonista es Shia LaBeouf y la excusa de un juego de golf es mostrar las diferencias sociales de esos años. Que la historia haya sido real le da dimensión a la trama. Y logra dar con la carnadura justa de los personajes, no sólo de Ouimet y sus familiares, si no de los contrincantes, también provenientes de la clase trabajadora capaces, por tanto, de entender el esfuerzo que implicaba llegar a competir de igual a ese nivel. Muy recomendable.

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“El lado luminoso de la vida” (http://www.imdb.com/title/tt1045658), aún con sus baches de guión, regala una exquisita dupla protagónica: Bradley Cooper y Jennifer Lawrence. Le presté especial atención a los diálogos de los protagonistas cuando se conocen. La aplanadora sin filtro que es Pat, el personaje que interpreta Cooper, enhebra unas réplicas que son para prestar atención. El tipo es un animal. Lo primero que le dicen cuando le van a presentar a Tiffany es que ella enviudó y que no pregunté cómo murió el hombre. ¿Qué es lo primero que pregunta Pat cuando le presentan a Tiffany? “¿Tu marido murió?”. Y la obsesión de saber de que forma murió el marido de Tiffany sigue varias escenas hasta que ella le cuenta cómo pasó. Esas grageas del diálogo nos hablan de Pat más que otra cosa: el tipo es un obsesivo compulsivo. Sabemos que no puede contenerse, que no está bien. Y que esa agresividad revela su debilidad. Por eso Tiffany se enamora de él: ella está tan loquita como él. O mejor aún: ella es tan vulnerable emocionalmente como lo es él.

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Como última mención, un clásico “El Gran Houdini” (http://www.imdb.com/title/tt0045886) con Tony Curtis y Janet Leigh. Me cansé de ver esta película de chico por la televisión. Me sé los diálogos de memoria. Y cuando la agarré por cable, la otra semana, me dije: “Bueno, veo un cachito y me voy a dormir”. De más está decir que la vi hasta el final. La película no resiste ningún análisis. Se le nota el paso del tiempo. La forma en que enhebra las escenas hoy parece elemental. Los personajes son planos, sin riqueza psicológica. Lo único que resalta es la propia historia del gran Harry Houdini, uno de los grandes magos de la historia. Y pese a sus taras, la película funciona. La historia nos atrapa. Y la vemos una y otra vez, una y otra vez, aunque sepamos todas sus debilidades y su única fortaleza: la historia a contar. Misterios que también se enlaza con que la película nos trae recuerdos de nuestra infancia. Por eso agrega un plus emotivo que otras películas no nos traen.

Buena picadita de cine. Un recomendable ejercicio el de pegar una revisión a ciertos clásicos. Porque las segundas miradas reabren perspectivas que ignoramos en la primera vez.

Tómense el tiempo y disfruten, un fin de semana de lluvia, de practicar este ejercicio cinéfilo y aleatorio.

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