Estamos en una galería de arte en Gotemburgo, Suecia, en febrero de 1964. El motivo: una muestra que reúne obras de vanguardia de artistas europeos. De todos los expositores, hay uno, un francés, que se lleva todos los elogios: Pierre Brassau. El enigmático artista levanta una catarata de elogios por su obra, cuatro pinturas que bastan para eclipsar a los otros artistas que co-exhiben con él.
Los concurrentes, habituales en el mundillo del arte, destacan al artista y al día siguiente, es mencionado en las revistas especializadas y en grandes diarios del país. Un reconocido crítico de arte, Rolf Anderberg lo pone por escrito:
“Mientras que la mayoría de piezas eran “pesadas”, la obra de Brassau no. Pierre Brassau pinta con trazos potentes bajo una determinación muy clara. Sus pinceladas se tuercen con una meticulosidad furiosa. Pierre es un artista cuyas piezas se llevan a cabo con la delicadeza de una bailarina de ballet…”Pero sabemos que el arte tiene su dosis de subjetividad y pese a que la obra de Brassau se llevó más elogios que críticas, hubo una, sí, demoledora, de un tal Ake Axelsson, un periodista sueco que se atrevió a decir que “sólo un mono podría haber hecho esto”.
Y, aunque suene descortés, habrá que darle la razón: porque Pierre Brassau no sólo no era Pierre, su nombre era Peter y era un mono de cuatro años del zoológico Boras de Suecia.
Todo fue una prueba de Axelsson que con la complicidad del entrenador del simio, proveyeron al mono de óleos y pinceles y tuvieron la presencia de esperar que Peter dejara de comerse el azul cobalto (su preferido) y que estampara una serie de manchas sobre los lienzos.
La humorada fue una prueba de Axelsson para medir la seriedad de los críticos del arte y saber si eran capaces de distinguir entre la obra de un artista o de un simio. Después de que contara con la cantidad suficiente de “obras” de Peter, Axelsson eligió cuatro y las llevó a la galería de arte quienes aceptaron el desafío. En una muestra de muchos artistas “normales”, filtraron las obras de Peter con el seudónimo Pierre Brassau.
Si Axelsson quiso poner a prueba al mundo del arte, se habrá llevado otra sorpresa cuando, revelada la broma, el crítico Anderberg siguió diciendo que la obra de Peter era la mejor de la exposición. Y seguramente coincidió con eso el coleccionista Bertil Eklöt quien, antes de conocerse la broma, compró por US$90 (unos US$500 de hoy en día), uno de los cuadros de Brassau.
FUENTES:
http://es.gizmodo.com/los-cuadros-de-pierre-brassau-o-como-un-mono-le-tomo-e-1763481538
http://lapiedradesisifo.com/2013/09/28/pierre-brassau-pintor-y-mono/
http://hoaxes.org/archive/permalink/pierre_brassau_monkey_artist
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