28.12.16

alicuéncano

la nación

Este es un bichito de lo más simpático, con grandes orejas peludas, cola espinada y trompa parecida a la de un oso hormiguero. Alguna vez, un profesor de escuela media les pidió a sus alumnos que investigaran sobre él. Días después, los chicos volvieron a clase cargados de datos: peso, forma, hábitats y hasta reproducciones de sus huellas. Cuál no sería la sorpresa de los chicos al enterarse de que todo había sido un simulacro creado por el profesor para hablar de lo verdaderamente importante: los peligros de confiar a ciegas en Internet.

(…)

Los alumnos recién notaron que la pata del animal dibujado no coincidía ni por asomo con la huella supuestamente "auténtica" cuando un interlocutor les preguntó al respecto. Un diálogo: así es como suele comenzar todo aprendizaje. Como se cierran todas las brechas. Como se termina, también, con todas las especies imaginarias.

FERNANDA SÁNDEZ
“Nativos digitales que naufragan en el mar de la Web ”
(la nación, 22.12.16)

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