4.9.17

el valor subversivo de la conversación

Desde el punto de vista de quienes vivimos en sociedades democráticas, es difícil entender cuán importante y subversiva es la conversación. Los gobiernos teocráticos, los totalitarismos comunistas y los populismos combaten la libertad de pensamiento y de expresión porque -al igual que las monarquías de la Antigüedad- son conservadores y temen la libertad.

(…)

En las últimas décadas del siglo XX, con el surgimiento de innumerables herramientas técnicas (como las computadoras personales, los teléfonos celulares e internet), el crecimiento de la opinión pública entró en una vorágine que cambió la vida y transformó a los seres humanos. La opinión pública incluyó a toda la poblacion, pero además invadió todo y trastornó los valores y normas del juego democrático.

(…)

La posibilidad de construir símbolos dejó de ser patrimonio de las élites y se puso al alcance de todas las personas. Miles de millones de seres humanos se comunican todos los días, a toda hora, e intercambian todo tipo de información. Cada día son más los que se conectan a la red y se contactan a mayor velocidad.

(….)

La opinión pública cobró vida propia como un ente colectivo del que formamos parte, al que alimentamos todo el tiempo y le informamos sobre nuestras actividades, y que a su vez nos controla: señala lo que es más o menos importane y más o menos real. Esa opinión pública es la que crea y recrea la realidad en la que vivimos, ya que en definitiva el mundo de lo simbólico (identificado con la realidad virtual) ha terminado siendo lo único real. Lo que está fuera de este circuito no existe.

(…)

La opinión pública nació vinculada a los libros y a los periódicos. Los dueños de los periódicos controlaban la información y con ella la agenda de los ciudadanos, decidían lo que se debía publicar con despliegue y lo que era mejor ocultar o mitigar. Al principio la opinión pública y la opinión publicada fueron lo mismo. La prensa armaba la agenda de la opinión pública y ponía o sacaba de la conversación de los ciudadanos cualquier tema.

(…)

En la última década, con los medios electrónicos, los emisores se multiplicaron hasta el infinito. Prácticamente todas las personas reciben y emiten mensajes. Se provocó un torbellino de intercambios y la opinión pública se convirtió en algo que nadie puede controlar, ni manipular, ni destruir. Pertenece a millones de personas que ni siquiera se conocen entre sí, no tienen ni quieren tener ningún plan conspirativo y difunden contenidos que se transmiten sin censura. En su conformación incluyen los medios de comunicación tradicionales, pero que tampoco tienen la posibilidad de controlar el proces, sino que ellos mismos termina publicando los tuits de la gente.

(…)

La red aumentó exponencialmente la autonomía de la gente y eso está en la base de la crisis de la democracia representativa.

(…)

Hasta la primera mitad del siglo pasado determinadas sociedades intermedias podían influir en el voto de los ciudadanos. (…) Desde la segunda mitad del siglo XX los occidentales fueron dando menos importancia a la opinión de las autoridades.

(…)

Los grupos de izquierda organizaban y daban coherencia a la protesta, pero ahora perdieron ese papel porque -de acuerdo a los nuevos valores de esta opinión pública incontrolable- la izquierda y las organizaciones sindicales forman parte de lo establecido.

(…)

La aritmética elemental de las sumas se complicó cuando la gente se volvió tan independiente.

(…)

JAIME DURÁN BARBA y SANTIAGO NIETO
“La política en el Siglo XXI. Arte, mito o ciencia”

No hay comentarios.: