1.2.18

la escena que explica todo


APUESTA MAESTRA
data: http://www.imdb.com/title/tt4209788

Primera película que dirige Aaron Sorkin. Si usted no lo conoce, recuerde los diálogos de “The West Wing”, “Newsroom”, “Red social”, “Moneyball”, “Steve Jobs”. Él los escribió. Posiblemente, sea uno de los mejores escritores del medio audiovisual estadounidense. Es de esos guionistas de un estilo clásico, que se sostiene en las palabras, en el discurso. Y, como los buenos escritores, en lo que las palabras ocultan más de lo que dicen. Sus protagonistas son héroes inspiradores, personajes que sostienen una posición aunque sean incomprendidos por el resto. Y siempre terminan triunfantes, confirmando con su conducta la validez de sus ideas.

“Apuesta maestra” (pobre traducción de la original “Molly’s game”) tiene todos los signos del estilo Sorkin. Diálogos filosos, monólogos interiores, personajes en tensión, una protagonista que sostiene una posición que ningún otro entiende. Y como muestra excelsa del arte de Sorkin, una exquisita escena entre Kevin Costner y Jessica Chastain (padre e hija) que explica, con elegancia, cuál es el problema de Molly, la protagonista. Esa escena es la tesis de filme.



Hay una historia aparente en “Apuesta maestra”: la de Molly Bloom, una chica brillante, posible campeona de esquí olímpica que tronchó la carrera por un accidente y se reinventa organizando juegos de póker para los poderosos de Los Angeles y Nueva York. Contra la suposición de todos (incluyendo el Gobierno Federal), Molly sólo vive de las propinas de los juegos VIP que organiza. Pero deberá enfrentar la acusación del Gobierno que la pone contra la pared, dejándola sin un peso, para que declare en contra de los jugadores (entre ellos, estrellas de Hollywood y mafiosos rusos).

Ésa es la historia aparente. La otra, la que opera en segundo plano, es la confrontación de Molly contra los hombres de su vida. No tiene relaciones románticas. Pero pone toda su energía para oponerse a machos alfas y ganarles la partida. ¿Por qué? ¿Por un juego de póker? Con sentido freudiano, detrás de la confrontación de una mujer contra los hombres, se esconde la inconsciente necesidad de confrontar contra el Hombre Primigenio: su padre. En la mencionada escena, cerca del final, entenderemos porqué. Pisando la frontera del spoiler, nos cuidaremos de profundizar el punto. Pero para los que vean la película, tómense un tiempo para rememorar la historia desde un principio. Y notarán que hay un paralelismo entre la figura paterna (por ejemplo, en los consejos iniciales de su padre) con la cabalgata de los hombres que desfilan por su vida después del esquí (Dean, el Jugador X, los mafiosos de Nueva York). Todos comparten su egoísmo, su capacidad para arrebatarles su juguete, por simple capricho, por su sola posibilidad de poder hacerlo.



Molly no empatiza con los hombres. No hay romance en su vida. Porque compite con ellos. No quiere amar a un hombre. Quiere dominarlo. Porque los hombres se han impuesto en su pasado. Y como dice la protagonista en un momento de la película, lo único que se siente bien de perder, es ganar.

En este curso de colisión, Molly encuentra al único hombre que cree en ella, su abogado, Charlie Jaffey. Desde la desconfianza inicial, Charlie va sacando las capas de la cebolla que recubren a Molly. Empieza a entender que hay algo más en ella que lo que dicen los medios. Que su tozudez encierra cierta ética, ciertos principios, que la pueden llevar a su destrucción. Porque Molly está en el centro de la tormenta, aunque sea la que menos responsabilidades tiene para estarlo.

Hay un personaje menor, pero decisivo, para que Charlie entable relación con Molly: su hija Stella. Cuando Molly conoce a Charlie, lo ve estableciendo el patrón que una vez el padre hiciera con ella: buscando expandir sus límites, exigiendo un poco más de la niña. Pero la diferencia es que, en algún momento, Charlie le pregunta si no está pidiendo demasiado a la niña. En esa diferencia está la distinción con su padre.



El muy buen guion de Sorkin es engañoso por este doble juego. Para algún espectador desprevenido, sólo es la historia de una organizadora de juegos de póker. Pero eso es menor. El verdadero drama, el verdadero juego de Molly, es resolver el conflicto que tiene con su padre desde que era una niña. Y todas las pistas (como en los buenos guiones) están desplegados desde el primer momento.

Generalmente, los buenos libros opacan a los buenos actores. Parece como si el desempeño estuviera en piloto automático, como si hubieran tenido que esforzarse menos para lograr algo memorable, porque el autor lo hizo por ellos. Pero “Apuesta maestra” hubiera tenido menos brillo con otros actores que no fueran Jessica Chastain (linda la pelirroja), Idris Elba y Kevin Costner.

Una de las muy buenas películas de esta temporada de Oscars. No dejarla pasar.

Mañana, las mejores frases.

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