"El individuo se nutre hasta el hartazgo de sentimientos afectivos. Es cuando se lo despoja insidiosamente de su libertad e independencia. Cuando intenta reaccionar, casi siempre tardíamente, no puede imponer su albedrío perdido. Ya no hay miramiento para nada ni por nadie. Sobreviene la decadencia. Entonces los lobos esteparios hambrientos asedian su presa, la husmean primero y la devoran después".
STEPHEN KOEK KOEK
Amanece en la Plaza Lavalle, una mañana de 1926, la misma mañana que un policía detiene a un hombre tambaleante, intoxicado por el alcohol y la morfina. El hombre (Stephen Koek Koek) es remitido al entonces llamado Hospicio de las Mercedes, en la calle Vieytes, el actual Hospital Borda.
Su amigo y marchand, Carlos Orero, se entera que ha sido internado y va a visitarlo. Koek Koek se ha derrumbado de lleno en sus fantasmas. Se cree Napoleón y condecora a los médicos y enfermeros, otorgando cargos de Mariscales a los que más les simpatiza. Orero interviene para que lo dejen pintar. Los propios médicos son sus clientes: ellos compran sus cuadros.
Los cuadros de esos años se impregnan de la megalomanía del pintor. Inmensos, debe serruchar los bastidores para que pasen por las puertas de los vagones que lo llevan a su destino. En Santa Fe hacer cerrar un prostíbulo para festejar el éxito de su exposición. Provoca destrozos en el lugar ("depredé lo que me incomodaba" le comenta a Maeder con una sonrisa) daños que paga sin perder el aliento. Lo que gana, lo pierde.
Se suceden las exposiciones, pero el vértigo es la inercia del final.
En 1929 se aloja en una pensión de la recova del Once, frente a Plaza Miserere. Allí lo visita Maeders que registra el momento: Koek Koek tirado sobre la cama, meditando su depresión, el torso descubierto, los pantalones atados con un piolín, varios cajones de madera como mobiliario. Se ha quedado sin muebles: los ha ido desarmando, uno por uno, convirtiéndolos en tablas sobre las que pintar. Muchas de ellas cuelgan del patio de la pensión: con ellas Koek Koek le ha pagado, al dueño de la pensión, los alquileres largamente vencidos.
Unos alumnos golpean a la puerta de esa tarde de calor. Koek Koek abre una ventana y saca los cajones de madera, al techo de zinc de la vecina, invitando a los jóvenes alumnos a salir a la terraza adyacente, donde recibirán sus clases.
Cuatro años después, se radica en Rosario y se hace amigo de Florencio Parravicini, con el que empiezan a escribir una obra de teatro que nunca concluirán. Al año siguiente se lo ve en Montevideo, donde Menéndez Behety le paga un pasaje a Chile.
El 20 de diciembre de 1934, el conserje de un hotel de Santiago, encuentra el cuerpo sin vida de Stephen Koek Koek. Se habla de un asesinato. El presidente chileno Alessandri se interesa personalmente en la investigación policial. Pero la conclusión más probable es que Koek Koek falleciera de un cóctel fatal de alcohol y drogas.
Tal vez, en el momento previo, Koek Koek haya percibido ese rayo de luz que trató de atrapar, durante tantos años, durante tantos cuadros.
Tal vez.
O, quizás, sólo dejó que la oscuridad ganara definitivamente la batalla.
Entre tanta noche y tanta bruma, refulge aún, ecos de chispazos que agonizan, el color de Stephen Koek Koek derritiendo los ojos del espectador.
"Los que crean en la otra vida de las sombras; los que sepan que detrás de las estrellas anda Dios escuchando; los que disfruten la suprema conciencia de que la vida no termina en la vida, esos hallarán en Koek Koek la encarnación de un espíritu que ha venido a la tierra para dignificarla"
JUAN JOSÉ DE SOIZA REILLY
FUENTES:
La biografía de Stephen Koek Koek fue tomada de los siguientes sitios:
El muy buen artículo "Tormenta" de Andrés Manrique, en el excelente sitio "Temakel":
http://www.temakel.com/pintkoekkoek.htm
En la sección "Nuestros artistas", del sitio de la Galería Zurbarán:
http://www.zurbarangaleria.com.ar
La biografía de la Fundación Koek Koek:
http://www.fundacionkoekkoek.com.ar
La caricatura y datos biográficos de Claudio Alas se tomaron de:
http://siglo20.tercera.cl/1910-19/1918/cult2.htm
Y en los primeros tres sitios pueden encontrarse imágenes con algunas de las más de 4 mil pinturas que elaboró Stephen Koek Koek en su vida. Agregamos este sitio de la Galería Arroyo, de la exposición que montó hace un año sobre el autor:
http://galarroyo.com/nuevo/muestras/koek/
Y la recomendación de tipear su nombre, en el buscador de imágenes de Google, para encontrar más obras del pintor.
10.12.05
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