4.11.06
cuando cae el sol
AL FINAL DEL DÍA
Tres historias simultáneas se cuentan en “Al final del día”, película sueca del director y guionista Björn Ruge. Tres historias que confluyen en una escena, cerca del final, en un cruce de calles. El cruce (en un punto culminante de las tres historias) es totalmente arbitrario. Dramáticamente no tiene importancia. Podría ser una anécdota, sino fuera porque es el punto más flojo de una trama que, hasta ahí, había venido creciendo, metiéndole presión, presión y más presión. Al final del día, cuando se descorchó la champaña, sonó como un “¡plop!” aguachiento, sin fuerza ni sabor. Una lástima, porque hasta allí, la historia venía más que interesante.
Primer historia: un médico casado con hijos, al que le fracasa un nombramiento y que descubre, en el mismo día, que ha dejado embarazada a su amante, esposa de un amigo y compañero de trabajo; segunda historia: obrero de la construcción casado y con hija, adicto al trabajo, acepta un trabajo ilegal: tapiar las ventanas y la única puerta de la casa de un matrimonio, tan obsesionado con la inseguridad, que ha decidido encerrarse adentro y no salir jamás; tercera historia: una mujer que no ha podido superar su divorcio, toma de rehén a su ex marido y a su nueva pareja, para preguntar aquellas preguntas que han quedado pendientes.
En “Al final del día”, los personajes colisionan entre ellos. El campo familiar parece un campo de batalla, un lugar de incomunicación e incomprensión, un sitio donde descargar las miserias propias y ajenas. Y sin embargo, cuando cae la noche, ese sitio es el único que salva a los protagonistas. El tema común, subyacente, es el hogar, la vida en común. Y cada personaje pone, o ha puesto, en riesgo, el suyo.
Con el tiempo característico de las películas nórdicas, con esas cámaras inquietas, interiores cálidos, primeros planos asfixiantes, “Al final del día” se deja mirar y mantiene la tensión dramática hasta el final. El desenlace, aunque no caprichoso, es lo más débil de la película. Conspira contra el resultado final (los últimos rounds son los que impresionan a los jueces), pero no deja de ser una buena película. No para tirar fuegos artificiales, pero para prestarle atención.
Escenas destacadas: la escena final de Rickard girando en su coche; el diálogo final entre Anita y su ex marido; la secuencia de la cena de “amigos” en casa de Agnes; el recuerdo de la hija del matrimonio que se quiere encerrar en su habitación.
CONSEJO: esperar al video.
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