Lo prometido ayer, las mejores frases de “Los infiltrados”, el filme de Martin Scorsese:
No quiero ser un producto de mi medio. Quiero que mi medio sea un producto de mi. Hace años teníamos la Iglesia. Era la forma de decir que nos teníamos unos a otros. Pero ahora, no sé, es extraño, te han metido el odio en el corazón. Los Caballeros de Colón eran verdaderos tipos duros. Italianos originales. Ellos se adueñaron de su pedazo de la ciudad. Veinte años después del tiempo en que un irlandés no podía conseguir trabajo, ya teníamos un Presidente. Puede descansar en paz. Eso es lo que los negros no entienden. Si hay algo que tengo en contra de los negros, es esto. Nadie te va dar nada. Tienes que tomarlo.
La Iglesia me aburre. Arrodíllate, párate, arrodíllate otra vez. Si te gusta ese tipo de cosas, no sé en qué te ayuda. Un hombre hace su propio camino, nadie se lo hace. Tienes que tomarlo.
Todo el mundo siempre quiere ser alguien. Cuando decidas ser algo, puedes serlo. Eso no te lo dicen en la iglesia. Cuando tenía tu edad me decían que uno se hace policía o criminal. Hoy en día lo que digo es esto: cuando enfrentas un arma cargada... ¿Cuál es la diferencia?
Si supieras lo que hacemos no seríamos buenos en lo que hacemos.
Tu maldita familia es una colección de escorias. Pero tú te criaste en la parte norte. Un niñito bueno. Un tiempo con tu mamá, en la clase media alta, y luego con tu padre... el burro en un pobre barrio de mierda. ¿No es cierto? ¿Tienes dos acentos? Seguro que sí, maldita serpiente, eres como dos personas distintas.
Tenemos una pregunta. ¿Quieres ser policía o parecer un policía? Es una pregunta seria. Mucha gente quiere parecer policías. Tener una placa, andar armados, parecer que están en la TV. Muchos sólo quieren reventarle la cabeza a un negro contra el parabrisas.
-Yo sé lo que eres. ¿OK? Sé lo que eres y lo que no eres. Soy el mas franco que hay en la tierra y te haré entender algo. ¡Tú no eres un maldito policía!
-Billy, no hemos hablado de lo que hacemos, pero lo que no hacemos... es engañarnos. Dentro de 5 años puedes ser cualquier cosa que quieras. Pero no un policía estatal de Massachussets.
-¿Está seguro?
-Estoy seguro.
Es precioso. Techo alto, piso de madera, el baño es inmenso. El refrigerador tiene una alarma, por si se te está acabando algo. Es gracioso. Tiene una gran vista de la Gobernación. Una vez que te mudes aquí, ya eres de la clase alta.
-Jugo de arándano.
-Es un diurético natural. Mi hija lo bebe cuando tiene el período. ¿Tienes la regla?
Ustedes los federales son como los hongos. Hay que alimentarlos con mierda y dejarlos en la oscuridad.
Lo que Freud dijo de los irlandeses es que somos los únicos inmunes al psicoanálisis.
-¿Conoces a John Lennon?
-Sí, seguro. Fue presidente antes de Lincoln.
-Lennon dijo: “Soy un artista. Denme una jodida tuba y sacaré algo.
-Yo, señor Costello, le sacaría dinero.
-Eres muy respondón. Está mal. Es una lástima… Lo que intento que entiendas con lo de John Lennon, es que un hombre puede mirar cualquier cosa y hacer algo de ella. Por ejemplo, yo te miro, y pienso. ¿Para qué podría usarte?
Me siento junto a un asesino múltiple. Un asesino múltiple. Un maldito sin corazón. Y completamente calmado. Me di cuenta de algo sobre mí, en prisión. Mi mano no tiembla. Jamás.
-Un policía salía cuando yo entré.
-¿Cómo sabes que era policía?
-No tenía sentido de la elegancia y tenía un ligero aroma a basura arrogante. ¿Entonces vienen y lloran, esos policías?
-A veces sí. Claro, a veces lloran. Si tienen problemas en casa o usaron sus armas.
-¿Por usar sus armas? Te diré algo. Se enlistaron para usar sus armas. La mayoría. Pero como ven la TV, saben que tienen que llorar después de usarlas.
No hay nadie que mienta más que un policía. Excepto los policías de la TV.
-Me estoy volviendo loco, no puedo estar golpeando gente todos los días.
-¡Ya llevo un año así, es demasiado!
-Cálmate. Mucha gente en el mundo lo hace todos los días. ¿Cuál es el problema?
-Yo no soy ellos, carajo. ¡No lo soy!
-Exacto, no eres nadie.
-¿Qué esperas al venir aquí?
-Vengo obligado.
-Sé que tienes que venir, pero una vez que ya viniste... ¿Qué quieres?
-¿Te digo la verdad? Valium.
-Si dijeras una mentira sería más fácil.
-Con eso te ganas la vida.
-Debemos vernos más antes de hablar de pastillas.
-Mira, estoy teniendo ataques de pánico. A veces siento que me dará un infarto.
Vomité en un basurero cuando venía para acá. ¡No duermo hace semanas!
-¿Eso es cierto?
-¡Sí, es cierto! Me pediste la verdad, te dije que necesito calmantes. ¿Y por eso cierras mi caso? ¿Eso harás?
-No lo cerré, es que...
-¡Pensé que debía decir la verdad aquí!
-Así es, es cierto.
-Uno deja caer todos sus instintos de privacidad y protección... ¿Y qué haces? ¿Me mandas a la calle para que busque drogas? ¿Eso haces?
LA PSICOLÓGA ARROJA UN BLISTER CON DOS PASTILLAS SOBRE LA MESA.
-Es ridículo. ¿Dos pastillas? ¿Por qué no mes das una botella de licor y un arma para que me reviente la cabeza?
-¿Por qué el último paciente del día siempre es el mas difícil?
-Porque estás cansada y además no te importa.
-Todos los celulares están bajo vigilancia, gracias a la gentileza de nuestros amigos los federales.
-¡Acta Patriota! ¡Acta Patriota! ¡La amo, la amo, la amo!
Me preocupan los chinos que creen que es inteligente venir a una transacción de negocios con armas automáticas. Para su propio bien dile a Bruce Lee y sus Karate Kid que nosotros no. Porque en este país no le añadimos pulgadas al pene.
Te puede costar cadena perpetua.
Si estos chinos quieren un nuevo Taiwán, que se muevan y muestren un millón de dólares. Lo que generalmente hacemos en este país, es que un hombre trae el producto. Y el otro paga. No ticket, no ropa.
De donde yo vengo no colgamos fotos. Respeto quien eres, pero en la sala no.
Me da la sensación que hay un policía en mi equipo.
-¿Tienes un jefe con una laringotomía?
-No, ese tipo trabaja para mí.
-Me estás mintiendo.
-No exactamente.
-Te vamos a atrapar.
-Si no has podido, no podrás. Pero tienes derecho a enfrentar tu propia crisis.
El matrimonio es parte importante de quién eres. La gente sabe que no eres marica. La gente sabe que eres estable. Ven el anillo y saben que alguien soporta a ese hijo de puta. Las mujeres ven el anillo y piensan inmediatamente que debes tener algo de dinero y un pene sabroso.
Frank, tienes que confiar en mi. Solo confía en mi, Frank. Debo encontrar a quien miente. Yo soy muy bueno en eso.
Tal vez porque siempre ha sido fácil para mi conseguir mujeres, nunca he entendido eso de masturbarse en un cine. ¿Quién sabe lo que es fácil?
Huele a rata.
-Ya tienes 70 años, Frank. Solo digo... que uno de tus hombres intentará matarte. Uno de los tuyos. Y todavía negocias con drogas. ¿Para qué? No necesitas el dinero. Eres un dolor en el trasero. Y te atraparán.
-No necesito dinero nuevo, porque tengo el viejo. Para decir la verdad... tampoco necesito sexo ya. Aunque me gusta. Lo que me molesta es que tengo estas ratas...
-La pregunta es... y sería la única pregunta... ¿Quién cree que puede hacer lo que haces mejor que tú mismo?
-Él único que hace lo que yo hago soy yo. Enseñarle a la gente a morir, eso lo hago yo. ¿No quieres ser yo?
-Probablemente podría ser tú, sí. Eso lo sé. Pero no quiero ser tú, Frank. No me interesa.
-Pesada es la corona. ¿Me entiendes?
¿Alguno de ustedes tiene fuego?
-¿Sabes de qué me di cuenta?
-¿Qué?
-El que no estuviera ahí, es el traidor.
-¿Y?
-Tú jamás has llegado tarde. Y... cuando te llamé... cometí un error.
Te di la dirección mal. Pero te apareciste en la correcta. ¿Dime por qué?
¡Dime por qué!
Eso es lo que pasa entre ratas, todos desconfían.
-¿No te interesa seguir siendo policía?
-No dije eso. Ser policía es mi trabajo. Quiero recuperar mi identidad.
La muerte es un arte. La vida es mucho más fácil.
Solo uno de nosotros es policía ahora Bill. ¿Entiendes?
¡Nadie sabe quien eres!
-Mátame. ¡Sólo mátame!
-Te estoy matando.
-Okey.
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