Cosa grave es la voz de unos ciudadanos que sienten rencor. El gobernante paga la deuda cuando la maldición del pueblo se cumple. Mi angustia espera escuchar algo aún oculto por las tinieblas, que a los autores de tantas muertes no dejan de verlos los dioses, y con el tiempo las negras Erinis, al que ha ido teniendo fortuna feliz, pero la margen de la justicia, mediante un cambio de la fortuna que arruina su vida, lo sumen en la obscuridad, pues no tiene fuerza para defenderse el que encuentra ya entre los muertos. Gozar de una fama desmedida es algo muy grave, que el rayo de Zeus alcanza al casa de la gente así.
Prefiero un bienestar que no provoque envidia. ¡Nunca sea yo destructor de ciudades! ¡Ni, prisionero, vea mi vida sometido a otro!
ESQUILO
“Agamenón”
29.10.07
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