2.2.08

Indiana Pochoclo

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LA LEYENDA DEL TESORO PERDIDO 2: EL LIBRO DE LOS SECRETOS

Esta es la clase de filme a la que cuesta encontrarle la vuelta del análisis. Porque, básicamente, no tiene nada, es insustancial, mero entretenimiento, sin ninguna otra pretensión. Y por esa sinceridad, funciona. Claro, funciona si usted quiere entrar a una sala cinematográfica y darse un champú cerebral. Todo esto sin ánimo peyorativo, en absoluto es para despreciar. Como agregado, se nota que los actores disfrutan lo que están haciendo. Todo es tan light, que los tipos se mueven frente a la cámara de taquito, sin ningún tipo de acartonamiento lo que influye en el resultado final.

En síntesis: “La leyenda del tesoro perdido 2: el libro de los secretos” es bien pero bien pochoclera. Nada de otro mundo, nada que merezca figurar en el manual del non plus ultra del cine, pero permite pasar un buen momento.

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La excusa de esta segunda parte: Gates (Nicolas Cage) debe lavar el nombre de su familia ya que ha aparecido un documento que ensucia el nombre de su tatarabuelo (o algo así), incluyéndolo en el grupo que asesinó al Presidente Lincoln. Para lograrlo, Gates viaja de una punta a la otra del globo, buscando evidencias, en escritorios antiguos, en manuscritos deteriorados, atando cabos que se enlaza con la leyenda de la Ciudad de Oro de Cibola.

En el raid internacional, Gates se lleva a su padre, su madre (brillantes y muy divertidos en este juego, Jon Voight y Helen Mirren) y su ex esposa (la muy linda Diane Kruger) mientras los malos (encabezados por Ed Harris) les pisan los talones.

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Como ven, poco rebuscada y sin mucha posibilidades de análisis. Efectiva, graciosa, leve, no llega a las cimas del género, pero se gana un lugar. Si le gusta este tipo de cine, no se va a aburrir. Si es de otra clase de público, qué quiere que le diga…

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Escenas destacadas: el balanceo sobre la loza que pende en el abismo; el primer encuentro entre Jon Voight y Helen Mirren (la mirada de ésta, lo dice todo); el “secuestro” del Presidente; el gag del libro de Riley que nadie ha leído.

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Frases:

"La deuda que todos pagan".

-¿Qué pasó entre Abigail y tú?
-No sé. No lo sé. Ella empezó con los "entonces".
-¿"Entonces"?
-Sí, como: "Entonces, mi opinión no cuenta", "Entonces, tú siempre sabes lo que es mejor", "Entonces, parece que soy invisible". Ahora terminamos. Estamos dividiendo los muebles.
-Sí, las mujeres... No puedes vivir con ellas y menos si cambian la clave de la alarma.

¿Qué es la historia sino una crónica de las obras de grandes hombres? Un hombre sólo tiene una vida... pero la historia puede recordarte para siempre.

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-Alguien más quiere el tesoro.
-Por supuesto que alguien más lo quiere. Es el axioma de los tesoros.

-Si supongo que tengo razón y la tengo, tengo razón, ¿no?
-Cuando llegas a una conclusión sin preguntar y resulta que tienes razón, es porque tuviste suerte.
-Yo tengo mucha suerte.
-¿Y entonces, qué hago yo?

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¿Fui a Buckingham y salí con un pedazo de madera?

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Hay una razón por la que no nos hemos hablado en 32 años. No tenemos nada en común.

¿Ves? Una sílaba. Un cuchillo en el corazón.

Antes de la guerra, los estados eran entes separados. La gente decía: "Los Estados Unidos son". Después de la Guerra Civil empezaron a decir: "Estados Unidos es". Bajo Lincoln nos volvimos una nación. Y Lincoln lo pagó con su vida.

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Soy lo que soy debido a mis ancestros, señor. Thomas Gates dio la última medida de su devoción por su país para parar al KGC. Cuando alguien muere por su país yo creo que debe ser honrado.

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-Creo que usted es un hombre honorable, señor.
-La gente ya no cree en esas cosas.
-La gente quiere creer en ellas.

-¿Qué es eso?
-Son mis impuestos subvencionando mi arresto.

-¿Nunca pensaste que yo hacía lo que hacía para impresionarte?
-Lo hacías porque querías y yo habría hecho lo mismo. Pero uno tenía que madurar y criar a Ben. Y no ibas a ser tú. ¿Nunca pensaste que yo hice sacrificios que tú nunca hiciste?

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Esa puerta no se quedará abierta sola. Los dos sabemos lo que tiene que pasar. Uno mantiene la puerta abierta y se queda atrás.

-Tengo curiosidad acerca del favor que te pedí.
-¿Algún reporte sobre la página 47?
-Creo que le puedo ayudar, señor.
-Entonces es cierto.
-Es asombroso, señor.

CONSEJO: para pochocleros, es una buena opción. El resto, esperar al DVD.

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