10.8.08
corazón de latón
WALL-E
En el futuro de la Tierra, los humanos abandonaron el planeta, atontados de comodidades a bordo de un crucero esapcial. Fofos y ociosos, sobresaturados de consumismo, han dejado un legado irreparable de basura. En el planeta, solitario, ha quedado Wall-e, robot compactador de basura, quien compacta, obsesivo, pilas y pilas de basura, seleccionando del montón pequeñas reliquias, recuerdos de lo que alguna vez fue la civilización.
Ciudades abandonadas, cielos plomizos, montañas de desperdicios y mucho óxido, metal retorcido y tormentas de polvo. Ese es el mundo en el que vive Wall-e, el mundo que dejaron los humanos. Y ese robotito que viene repitiendo su rutina de limpieza sistemática, siglo tras siglo, mira a las estrellas (que apenas se asoman tras la bruma) y espera que alguien aparezca, para tomarle la mano y mirarlo a los ojos.
El guión de “Wall-e” echa mano un un recurso poético: la “normalidad” de un mundo anormal. Reconocemos los signos actuales, en un mundo irreconocible. Cuando el Capitán del crucero espacial se asombra ante la presencia de un débil retoño, comprendemos hasta que punto tuvimos que llegar, para valorar lo que tuvimos. Nos hemos vuelto tan cómodos, tan escépticos de nuestras posibilidades, que resignamos la posibilidad de la supervivencia de nuestro hogar, antes de empezar siquiera la lucha.
“Wall-e” es una nueva vuelta de tuerca en la evolución de las películas animadas de PIXAR. No es sólo el diseño de la animación, la humanidad que logran transmitir sus personajes. Es un paso más, desde el guión, el elemento más antiguo y que no puede envejecer ningún adelanto tecnológico. Los primeros cuarenta minutos de “Wall-e”, por ejemplo, no tienen diálogos. Es una película muda. Y sin embargo, tiene plena acción y gran hondura poética.
Entrañable, profunda, melancólica a veces, optimista al final, “Wall-e” es otra obra maestra que supera el ámbito de la animación infantil. “Wall-e” está (¿hay que decirlo?) entre las grandes películas del año.
Escenas: la secuencia en la que Wall-e se gana la confianza de Eve; la secuencia de la “desconexión” de Eve y los esfuerzos de Wall-e para activarla nuevamente; el viaje de Wall-e por el sistema solar, rozando los anillos de Saturno; el hogar de Wall-e, rodeado de chucherías, estantes y una video precaria donde ver “Hello Dolly!”; la descripción del crucero espacial, en la excursión de Wall-e en busca de Eve; la secuencia final de títulos, un compendio de la historia de la pintura.
Frases destacadas:
-¿Eve?
-¡Wall-e!
-¡Por ahí está nuestra casa, Auto! ¡Y está en problemas! No puedo, simplemente, sentarme aquí y no hacer nada. Eso es todo lo que he hecho en este maldita nave.
-En el espacio va a sobrevivir.
-No quiero sobrevivir. ¡Yo quiero vivir!
-John, prepárate para tener niños...
-Computadora, defina “baile”...
Esto se llama agricultura. Tus chicos verán crecer toda clase de cosas... Plantas, vegetales, plantas de pizza...
Prueba el azul. ¡Es el nuevo rojo!
CONSEJO: Imperdible.
Un trailer de “Wall-e” con algunas escenitas que resume la película:
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