libreta chatarra: tócala de nuevo, Sam

4.8.08

tócala de nuevo, Sam

Navegando al azar por “Wikipedia” (www.wikipedia.org), caímos en el artículo sobre “Casablanca”, una de las mejores películas de la historia del cine. Y hay una anécdota que nos interesa rescatar en esta página.

El escritor y periodista Chuck Ross tuvo la ocurrencia, en 1982, de remitir el guión de “Casablanca”, a varios agentes de Hollywood, para comprobar si éstos eran capaces de reconocer un guión genial. Ross cambió el título a “Todos vienen al Café de Rick” (nombre de la obra teatral original, nunca estrenada, que generó el filme) y reemplazó el nombre del mítico Sam (el pianista que toca “Según pasan los años”) por Dooley (Dooley Wilson fue el actor que lo interpretó). Lo firmó como Erik Demos y lo envió a 217 agencias.

La respuesta fue interesante: 97 agencias lo devolvieron sin leerlo (7 jamás lo leyeron; 18 se perdieron en el correo). De las agencias que sí lo leyeron, 38 lo descalificaron. Hubo una agencia sugirió transformarlo en novela.

Confirmando la ignorancia de gran parte de los que deciden sobre las bondades de un guión, Ross observó que uno de cada siete agentes no reconoció el guión como la inmortal “Casablanca”. Una treintena sí lo hizo y hasta algunas rechazaron el guión con ironía (“tengo algunas ideas excelentes para el elenco de ese magnífico guión, pero la mayor parte de esos intérpretes están muertos”). Tres agencias aceptaron representar a Erik Demos. Una objetó que la acción transcurriera en Marruecos, porque haría muy cara su filmación; claro, la original “Casablanca” fue filmada en un estudio de Hollywood, pero eso es un detalle que no tuvieron en cuenta.

Lo que se preguntó Ross en 1982, hoy sigue dando vueltas: ¿cuántos guiones geniales no logran llegar a la pantalla por la acción de estos cranéocratas que custodian las puertas de entrada de Hollywood?

Como regalito final, la secuencia de “Tócala, Sam”.