exceso de información

Siempre estuve a favor de las nuevas tecnologías, pero uno tiene que reflexionar constantemente acerca de ellas, prepararse para ellas. Por ejemplo, siempre me pareció pueril enfrentar los libros con las computadoras. Internet es, sin lugar a dudas, una revolución importante. Así como el automóvil también fue una revolución importante. Yo salgo con el auto cuando es necesario, a menudo hay atascamientos en las autopistas porque hay demasiados autos. En Internet hay un problema parecido: una gran abundancia de información, se pierde la visión de conjunto. ¿Qué de todo eso es superfluo, qué es relevante, qué es confiable, qué es poco serio? Esto no quiere decir que esté en contra de Internet. Todo lo contrario, tiene enormes ventajas. Es sólo que es una especie de biblioteca babilónica. Hay que esforzarse para separar lo irrelevante. Un ejemplo: no sabemos cómo se llamaba el primer caído en la batalla de Waterloo, la historiografía lo olvidó. Por suerte, hay que decirlo, porque si tuviéramos que acordarnos de los nombres de todos los muertos de Waterloo, enloqueceríamos porque no podríamos elaborar esa masa de datos. Nuestra cultura fue filtrando esa información. Con Internet irrumpió una cultura que no filtra nada en absoluto.

UMBERTO ECO
“Hay que publicar menos libros”, reportaje de MARTIN SCHOLZ
(“ñ”, 25.10.08)