De la investigación para el post de “Adiós Nonino”, nos quedamos con algunos datos que valen la pena seleccionar, para destacarlo en este rinconcito de chatarra.
Pablo Ziegler, uno de los músicos de Piazzolla, aporta en una entrevista a “La Nación”, datos técnicos que explican la novedad del estilo de Àstor Piazzolla en el tango:
“Creo que Astor descubrió ya a partir de su tango "Prepárense" su estilo. Su gran hallazgo fue la polirritmia a partir de la marcación 3-3-2 (pám-pam-pam / pám-pam-pam / pam-pam) y de su ensamble a lo politonal algo que no había existido en el tango. Esto último implicaba la superposición de acordes mayores y tonos enteros al estilo Debussy; el empleo de dos tritonos mayores que supo utilizar Béla Bartok.
Su música tenía mucho de Bartok; él se había embebido del Concierto para Percusión y Celesta del gran húngaro. Y fijate qué curioso: Bartok se basa mucho en el folklore rumano siendo Rumania uno de los países más latinos de Europa. Además Nadia Boulanger su maestra de París (con su "Sinfonietta" Astor había ganado una beca para estudiar con esta prestigiosa docente) lo había vuelto loco con los Cuartetos de cuerdas de Bartok (y esos rasgos melódicos de tonos y semitonos al estilo modal de la música gitana) y también con el estudio del contrapunto (porque ella le daba un sinfín de temas para que Astor los desarrollara en fugas).
(…)
Creo que por un lado Astor encontró entre el jazz y Bartok su propio lenguaje. Lo rítmico de Bartok más la politonalidad (encadenamiento de acordes) de Debussy y Stravinsky y las sucesivas tríadas del jazz más el desarrollo (A-B-A o A-B-C-A) al modo de la música clásica más los raptos de lirismo melódico dictados por su amor a la música de Puccini. Mucho de eso se descubre en sus últimas "Camorras" .
Ástor escribía muy bien para piano. Su música está escrita desde el piano no desde el bandoneón. Y él sabía explotar maravillosamente esa porción del registro del bandoneón (una octava) que pertenece tango a la mano izquierda como a la derecha. Esto sin olvidar los bordoneos amilongados que los tomó de Osvaldo Goñi el pianista de Troilo.”
Ziegler recuerda a Nadia, la profesora de música de Piazzolla. Hay una muy linda anécdota contada por el propio Ástor y que vale la pena recordar. Tras ganar un concurso, el gobierno francés lo beca para estudiar con Nadia Boulanger en París. Y Ástor cuenta el primer encuentro con su profesora:
Cuando fui con todos mis kilos de sonatas y sinfonías bajo el brazo y se los di, le dije: "Maestra, éste es mi premio, lo recibí yo, en fin, aquí están mis obras..." Ella leía las partituras que era un monstruo, así que empezamos a analizar mi música y salió con una frase que me pareció horrenda: "Está muy bien escrita". Y paró, con un punto redondo así como una pelota. Después de mucho rato, me dijo: "Acá usted se parece a Stravinsky, se parece a Bartok, se parece a Ravel, pero sabe lo que pasa? Yo no encuentro a Piazzolla acá". Y entró a investigar mi vida particular, que hacía, que tocaba, que no tocaba, donde vivía, si era casado, si estaba juntado, parecía del FBI! Y yo tenía mucha vergüenza de contarle que era un músico de tango, absoluta vergüenza tenía. Al final le dije: "Yo toco en un nightclub ". No quise decir cabaret. Y ella: "Nightclub, mais oui, pero eso es un cabaret". "Si", respondí y pensaba: "A esta vieja le voy a dar con un radio en la cabeza". Se las sabia todas! (…) "Usted me dice que no es pianista, que instrumento toca, entonces?" -insistía ella-. Y yo no quería decirle que tocaba el bandoneón, porque pensaba "ahí ésta me tira por la ventana del cuarto piso con bandoneón y todo". Finalmente se lo confesé y me hizo que le tocara unos compases de un tango mío. De repente abre los ojos, me toma la mano y me dice: "¡Pedazo de idiota, esto es Piazzolla!". Y agarré toda la música que había compuesto, diez años de mi vida, lo tiré al diablo en dos segundos. (…) Ella me enseñó a creer en Astor Piazzolla, en que mi música no era tan mala como yo creía. Yo pensaba que era una basura porque tocaba tangos en un cabaret y resulta que yo tenía una cosa que se llama estilo. Sentí una especie de liberación del tanguero vergonzante que era yo. Me liberè de golpe y dije: “Bueno, tendré que seguir con esta música, entonces'".
FUENTES:
Una nota de René Varga Vera en “La Nación”, “Tributo a un genio sin fugas ni misterios” :
https://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=175414
Un reportaje de Gónzalo Saavedra a Piazzolla poco antes de su muerte, en Barcelona en 1995:
http://www.piazzolla.org/interv/index.html
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