Hace unas semanas comentamos la película “Endgame” cuya trama describe las reuniones previas entre el régimen racista sudafricano y los militantes del CNA para desmontar el régimen del apartheid. La crítica fue publicada en el siguiente post:
http://libretachatarra.blogspot.com/2010/05/una-respuesta-invictus.html
Con motivos del Mundial 2010, hace unos días “La Nación” publicó una nota de Ezequiel Fernández Moores con más información sobre el tema. Extractamos los párrafos correspondientes relacionados con la historia que cuenta la película.
En las mismas horas en la que uno de cada cinco sudafricanos seguía por TV el debut de los Bafana Bafana, en las salas de cine se estrenaba el filme Endgame. Trata sobre uno de los puntos claves, pero casi desconocidos, que permitieron la caída del apartheid. La decisión de la empresa inglesa Consolidated Goldfields, propietaria del 40 por ciento de la Golfdfields sudafricana, de impulsar una reunión entre el régimen racista y el Congreso Nacional Africano (CNA) en el exilio. Son los años 80. Margaret Thatcher y George Bush avalan las peores represiones del apartheid. Dicen que el CNA es un nido de comunistas. El presidente de la Goldfields, Rudolph Agnew, admira a la Dama de Hierro. Pero no es tonto. Autoriza a su director de comunicaciones, Andrew Young, a impulsar las reuniones que permitan pensar en un futuro para Sudáfrica. Y también para su empresa. Por el lado de los afrikáneres, asiste el profesor de filosofía de la Universidad de Stellembosch, Willie Esterhuyse, personificado en el film por John Hurt. Y por el CNA su presidente en el exilio, Oliver Tambo. La gente del CNA teme que Mandela, preso desde 1964, haya sido cooptado por el enemigo. "No me pidan que desconfíe del hombre al que conozco de toda la vida", dice Tambo. Es el momento cumbre de una negociación supersecreta. Fue clave para la transición a la democracia. Pero aún hoy sigue siendo desconocida por muchos sudafricanos.
Tambo es uno de los nombres más respetados en la historia de este país. Harto de una negociación que no avanzaba, impulsó huelgas y sabotajes junto con Mandela y Wilson Sisulu, pioneros de la Liga Juvenil del CNA. El régimen lo prohibió y el CNA lo envió a Londres. Fue presidente en el exilio del CNA, hasta su muerte en 1993, cuando fue reemplazado por Mandela. El aeropuerto de Johannesburgo lleva su nombre, igual que muchas otras cosas en esta ciudad. Su condecoración es una de las más importantes que concede el gobierno sudafricano. Por eso Joseph Blatter, titular de la FIFA, sonrió feliz cuando la recibió hace unos días de manos del presidente Jacob Zuma. Un sindicato local protestó la decisión. Muchos de sus afiliados aún hoy trabajan once horas diarias en los estadios Soccer City y Ellis Park, de Johannesburgo, a razón de once euros por jornada. Blatter tiene 45 distinciones. Una de ellas también es africana. Se la dio en 1999 Charles Taylor, el ex presidente de Liberia, hoy juzgado en La Haya, acusado de asesinato, mutilación, tortura, sacrificio humano, esclavitud sexual y por quemar a una mujer embarazada. Los cargos son once. Taylor, varias de cuyas atrocidades ya eran denunciadas en aquel entonces, concedió a Blatter la condecoración más alta de Liberia: la Orden Humana de Redención Africana. Blatter, que agradeció a Taylor el apoyo de Liberia para que siguiera como presidente de la FIFA, excluye ahora la condecoración del listado. Las fotos, premiado y sonriendo con Taylor, aparecen en la página web del periodista británico Andrew Jennings.
(…)
A Steve Biko, otro célebre líder antiapartheid, el régimen lo dejó morir tras darle una paliza. Ocurrió un año después de la masacre de estudiantes de Soweto. Sabía que podía sucederle. Y dijo un tiempo antes: "Es mejor morir por una idea que sobrevivirá que vivir por una idea que morirá".
EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES
“El Mundial en la nación del arco iris”
(la nación, 16/06/10)
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