6.9.17

la cuna de buenos aires segunda parte


Hace unas semanas, tuvimos el placer de asistir a la presentación de “La Cuna de Buenos Aires II”, la segunda parte del libro de Ana Franceschini, historiadora y amiga de esta casa. Ana complementa con nueva información, su anterior libro, centrado en el histórico barrio de Monserrat. En esta ocasión, recaba nuevas historias, cuenta las andanzas de personajes y vecinos del barrio y rescata a muchas figuras que fueron parte de la historia de la comunidad afro en la Ciudad. El libro es una fuente imprescindible para todos los aficionados de la historia de Buenos Aires y se sorprenderán con algunas revelaciones que seguramente desconocían.

“La Cuna de Buenos Aires II” fue editada por “Prosa Editores” y en este momento está en etapa de distribución en las librerías porteñas. Para quien quiera hacerse de un ejemplar, consignamos el correo electrónico de la autora que podrá informarles a los interesados dónde conseguir un ejemplar:

franceschiniana@yahoo.com.ar

A modo de tentarlos con el libro, seleccionamos una de las historias que nos sorprendió, a modo de somera muestra de lo que contiene. Lean y difundan.


DEFENSA 200: Vivió el músico Julio De Caro, previo paso por otra vivienda sobre la calle Bolívar también del Barrio de Monserrat, ubicada en la Manzana Franciscana. Julio De Caro fue un destacado compositor de tango, director de orquesta y violinista (1899-1980). Uno de los doce hijos de padres italianos. Precisamente, su padre José, era un músico clásico de sólida formación cultural, y muy lejos de la música popular. Instaló en este domicilio un conservatorio y un negocio de ventas de instrumetnos musicales y partituras. Con tales antecedentes solo quería un hijo médico o concertista de guitarra.

La vida de Julio cambió la noche que escuchó por primera vez la orquesta de Roberto Firpo en el Palais de Glace. A partir de allí no fue igual su vida. Descubrió su camino, que no era precisamente el que “su padre le indicó”. Al volver a casa una madrugada fue castigado a vivir una semana a pan y sopa. Esa música “prostibularia, menos, no era para él”. En una de sus vueltas escuchando al “tigre del bandoneón”: Eduardo Arolas, éste lo invitó a tocar el violín en su orquesta. Fue el inicio. El padre lo echó de su casa. La contundencia de don José fue: “Usted elige mocoso; la medicina, la guitarra y el concierto o esa porquería que toca con el violín. Usted me ha traicionado, ha deshonrado mi apellido”. Julio partió de su casa y no volvió por veinte años. Las cartas a su madre, jamás fueron contestadas. El éxito llegó luego de muchas privaciones. Jamás olvidó a sus padres, a quienes les enviaba los recortes de los diarios como testimonio de sus triunfos.

(…)

Afianzado como director de su propia orquesta a comienzos de 1931 viajó a Europa. Actúa en Niza, Cannes, Montecarlo, Génova, Turín y Roma. Entre el público estuvo: el príncipe Humberto de Saboya y su esposa. Radio Splendid captó en Buenos Aires la presentación realizad en Turín en el Teatro Ópera a través de Radio Torino.

París merece un párrafo aparte. El embajador argentino Tomás Le Bretón lo invitó a la Sorbona. Fue una actuación exitosa al igual que la del Teatro Empire. Le ofrecieron un contrato para presentarse en el Palacio de los Rothschild. Además, una propuesta para una filmación en los estudios de Jointville de la Paramount para el film que dirigía Manuel Romero: Luces de Buenos Aires, interpretada por Carlos Gardel, Sofía Bozán, Pedro Quartucci y Gloria Guzmán, entre otros. Como broche de oro, en la noche en el Palais Mediterranée, de París, estaban presentes Carlos Gardel y Charles Chaplin. Éste último, le pidió varias veces la repetición del tango El Monito. Tocó para el Aga Khan y el Príncipe de Gales.

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En 1937 fue su regreso triunfal al Teatro Ópera. En una de sus actuaciones, en el pasillo de salida vio dos figuras inolvidables: sus padres. Tras veinte años el padre dijo: “Vengo a pedirle perdón. Usted hace música de ángeles”.

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ANA FRANCESCHINI
“La Cuna de Buenos Aires II”


1 comentario:

Unknown dijo...

Muchas gracias Marcelo!!