28.2.10

mirá cómo me tomaron de boludo: la trampa de la telefónica (III)

La Comisión Nacional del Coso te atiende muy bien, toma tu reclamo, arma un expediente y responde en 90 días hábiles. Mientras, si sigue la empresa facturándote como el culo, volvé y seguí presentando reclamos.

Eso hice.

Cada mes, con cada nueva factura errónea de la empresa telefónica, del reclamo correspondiente, de la carta de Heriberto Enbolas, de la nota de crédito posterior (desmintiendo al empecinado de Heriberto), me apersonaba a la Comisión Nacional del Coso y presentaba un nuevo reclamo.

En mi ilusión de ciudadano del Primer Mundo (y no de una republiqueta mafiosa como la que vivimos), especulaba que con las pruebas aportadas, la Comisión Nacional del Coso fallaría con una fuerte sanción a la empresa, intimándola a una urgente corrección de la facturación so pena de una sanción más fuerte.

La única respuesta de la empresa telefónica, además de faltarme el respeto cada vez que hacía el reclamo telefónico (incluyendo casos en los que directamente me cortaban la llamada), eran las cartas de Heriberto y la llegada de media docena de notas de crédito, devolviéndome cargos de meses en los que no tenían nada que devolver y no había reclamado. Toda esta documentación, prolijamente fotocopiada, era aportada por este humilde servidor a la Comisión Nacional del Coso, con la pérdida de tiempo respectiva.

Llegamos a enero de 2010. Empezaron a llegar los fallos de la Comisión Nacional del Coso. En todos los fallos, dado que la empresa reconoce que facturó mal y que devuelve los cargos cobrados de más, da por cerrado el expediente al corregirse el problema.

Ninguna sanción económica. Ningún observación de que la empresa telefónica prometía devolver cargos que no tenía que devolver.

Eso sí: si no estás de acuerdo, apelá de nuevo, y tenés veinte día hábiles para que te contestemos.

No apelé: me acerqué a la Comisión Nacional del Coso para que me atendiera un burócrata satisfecho consigo mismo que le parecía lo más normal del mundo el fallo dictado, no lo veía aberrante, ni se percataba de la extrema impotencia del Ente Regulador para poner en caja a los operadores. Más aún: me declaro que la función del Ente no era ponerse de lado de ninguna parte, no tenía porqué estar de lado del consumidor. Obviamente, el sabemos que el consumidor tiene abogados, publicistas y a Heriberto para redactar cartas y perder el tiempo en la Comisión Nacional del Coso. No hay que ayudarlos cuando una empresa se ríe en la cara de sus reclamos.

Tras hablar con el burócrata satisfecho, me quedaba claro que la conducta de la empresa telefónica no era un error, sino un patrón, para ganar por cansancio al cliente, con la complicidad de los reguladores.

Si desde septiembre de 2009 vengo señalando un error y la Comisión Nacional del Coso tiene que fallar en cinco oportunidades sin cambios de conducta de la empresa, es absurdo repetir los reclamos, perdiendo tiempo y costos, cuando la empresa reconoció su error, está enterada del problema y, no obstante eso, es incapaz de corregir el error.

Por supuesto, me siguen llamando para ofrecerme el servicio de banda ancha, con la previsible respuesta de mi parte.

No hay un final para esta historia. La empresa telefónica volvió a mandarme mal la factura, reclamé, me mandan una nota de crédito. (No me llegó la carta de Heriberto Enbolas, debe estar de vacaciones). Lo único distinto es que me llamó alguien de la empresa para asegurarme que van a corregir la factura. (¿Dónde lo escuché antes?).

Lo cierto es que hace cuatro meses que no pago el teléfono, que la empresa telefónica está perdiendo plata en reclamos, cartas, facturas mal emitidas, que no van a poder venderme nada por teléfono en su vida y que cuando pueda cambiarme de servicio, los dejaré sin pena.

Y que, seguramente, tendré que accionar judicialmente contra la empresa, con la previsible pérdida de recursos en la calesita judicial, otra institución inútil de la Republiqueta de Don Corleone.

¿Quién gana en todo esto? Nadie.

Una metáfora de la Argentina absurda de estos días.

Consejo: si llaman de la empresa telefónica que los cubre ofreciendo un nuevo servicio, de mi parte, corten.

(continúa váyase a saber cuándo...)

27.2.10

mirá cómo me tomaron de boludo: la trampa de la telefónica (II)

Julio de 2009. Nuevamente, cargo de Internet. Nuevo llamado, nueva derivación, nuevo pedido de disculpas (“El problema que la baja está en el servicio de Internet pero no fue tomado por el facturador. Pero ahora le cargo la baja al facturador y debería estar”). Factura nueva y seguimos participando.

Pero esta vez, en el medio, me llegó una carta del Señor Gerente de Reclamos, pongámosle un nombre, Heriberto Enbolas, diciéndome que estaba todo OK, que no hacían lugar a mi reclamo y que pagara con la factura que me había llegado.

Nuevo llamado telefónico, nueva queja. “No, no se preocupe. No le haga caso a esa carta” (sic) contestaron. “En la semana le llega la nueva factura”.

Efectivamente, no tenía que hacerle caso a don Heriberto Enbolas que parece que iba a la empresa a cobrar el sueldo y a mandar cartas, eso sí, sueldo gerencial para justificar el esfuerzo de ir todos los días a su oficina.

Bueno, mes siguiente: ¡boing! ¡Internechi!

Reclamo por teléfono, envío no de factura, sino de nota de crédito y, ahora sí, me tomo la molestia de presentarme en las oficinas de la empresa y quejarme.

Una educada joven con cara de todomechupaunhuevo, no me da bola y dice que no puedo hablar con nadie, sino es por teléfono. Pido el libro de quejas, dejo la carta escrita y prometen una respuesta en 20 días hábiles.

La nota de crédito la pude cobrar por caja.

¡Ah! Me llegó otra carta de Heriberto Enbolas, con las mismas palabras, sólo cambiando fecha y número de reclamo. Se nota que Heriberto labura, cambiando los numeritos.

Llega el día 21. Sin novedad en el frente occidental.

Me acerco a la oficina. Otra chica con cara de todomechupaunhuevo me dice que no tiene ninguna novedad sobre el reclamo del libro de quejas. “¿Y cuándo me van a responder?” pregunto. “En 20 días hábiles”. “¿Me estás jodiendo? Ya pasaron los 20 días...”; “Le van a responder”; “Quiero hablar con alguien que me resuelva el tema”; “Llame al xxx”; “No, ya llamé y hace tres meses que no solucionaron el problema”.

El diálogo siguió en el mismo carril de intrascendencia. Consejo: si quieren descargarse los nervios, acerquense a atención al cliente de esta empresa e insulten todo lo que quieran a las chicas que los atienden. Están entrenadas para no responder a ninguna agresión (no probé la fuerza física, pero...). Te miran con cara de nada, mientras les decís que son unas fracasadas, idiotas útiles, cero a la izquierda, que no van a conseguir un hombre ni en pedo y van a morir solteronas, comidas por los gatos. No reaccionan.

Ahí, tras darme con el muro de atención al cliente, me dije: “¡Ahora van a ver! ¡Me voy al Ente Regulador!”.

Esto ya era septiembre de 2009.

(continúa mañana)

26.2.10

mirá cómo me tomaron de boludo: la trampa de la telefónica (I)

Ésta, les aviso, es monumental. Y pa' pior, todavía me siguen tomando de boludo todos los meses. Estén atentos porque esta saga lleva varios capítulos.

Episodio 1: recibo un llamado telefónico de una empresa de Internet relacionada con una empresa de telecomunicaciones, ofreciéndome el servicio de banda ancha. Amablemente, desistí de la oferta, porque tengo cablemódem, pero la promotora se sincera diciéndome que, en realidad, estaban ofreciendo el servicio de prueba, porque habían quedado muy mal con los clientes, por las fallas del soporte técnico. Por tal motivo, querían mostrar que las cosas habían cambiado y ofrecían el servicio para que vieran lo bueno que era.

“¿Pero es un servicio de prueba?” dije cándidamente. “Sí, absolutamente”. “¿Si veo que no sirve devuelvo todo y no me va a aparecer ningún cargo en la factura”. “¡De ningún modo!” declaró la vendedora quien me pasó su celular para cualquier consulta.

A la semana llegó el módem e intenté conectar el servicio. La línea telefónica hacía un ruido insoportable. Tras varios intentos fallidos, llamé al 0800 que aparecía en la caja del módem. Héte aquí que una grabación que mi pedido había sido tomado y me derivaban al tono de cortado, invariablemente.

Llamé a la vendedora y me dijo: “¡Eh, pero tenés que esperar con la línea conectada a que te manden la señal! Una semana por lo menos...”. Con el ruido de la línea, bien gracias, bancátela cuando hablás. Igualmente me dijo que iba a hablar con soporte técnico y llamar. Sigo esperándola. A ver... suena el teléfono. Voy a ver si es ella...

No. No es.

Sigamos. Llamo a la importante empresa que proporciona el servicio telefónico, cuento el caso y le digo que, ya que probé el servicio y era una porquería, no lo quería. Que pasaran a buscar el módem y que no quería que apareciera nada en la factura del servicio de Internet.

“Quédese tranquilo. Ahora le damos la baja. Anote el número de baja”.

Eso hicimos y me quedé tranquilo.

Tres meses después, en la factura telefónica aparece un cargo: Internet.

Llamamos al servicio telefónico de reclamos y contamos el caso. Aceptaron el error y me mandaron una factura nueva sin el cargo. “El próximo mes está arreglado. Cualquier cosa llame” me contestaron.

Era junio de 2009.

(continúa mañana)

24.2.10

pierre mendell

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Última semana para ver, en el Museo Nacional de Arte Decorativo, la muestra de afiches de Pierre Mendell, diseñador gráfico alemán, un auténtico maestro del diseño.

Mendell estudió en la Escuela de Diseño de Basilea y se transformó en una de las caras más visibles de la escuela suiza. Fallecido en Munich, a fines del 2008, Mendell se caracterizó por su simplicidad al comunicar una idea, con una extraordinaria capacidad de síntesis.

Uno de los afiches que me impresionó, por la fuerza con la que expresa una idea con mínimos elementos, es el siguiente, promocionando un evento naútico, la Semana de la Vela:

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Un trozo de papel rasgado sobre un fondo azul: el poder de la síntesis que potencia el tema a comunicar.

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Presentes también en la muestra, están los notables afiches que diseñó para la Ópera de Bavaria, un teatro estatal que le ofreció a Mendell diseñar los afiches de promoción de su actividad. Esa serie desborda del talento de Mendell para reducir, el tema de la ópera promocionada, a un núcleo básico de ideas y sentimientos primigenios. Un buen ejemplo, es el siguiente, para “Macbeth”:

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o este otro, para “El rapto de Lucrecia”:

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Como yapa a este post, encontramos en Internet, un reportaje a Pierre Mendell realizado por la revista Summa+, en un viaje del diseñador a Buenos Aires. La nota es de Fernando Diez, corresponde al número 22 de la revista, del año 1996. Intercalaremos sus afiches en la picadita de sus respuestas.
Photobucket – el arte abre los ojos
el arte abre los ojos

Siempre habrá necesidad de una pintura, de un simple dibujo, como de una simple melodía.

Photobucket - Cerebro
cerebro

El artista expresa lo que siente él mismo, mientras el poster expresa algo que quiere decir algún otro.

Photobucket – Diseño del autómovil
diseño del automóvil

Nunca fue una condición para el arte ser útil...

Photobucket - Aída
aída

Los afiches de la ópera están hechos con papeles recortados y la separación de colores la hacemos nosotros mismos para tener una muestra del afiche hecho de esa manera (de la que va a ser reproducido)

Photobucket – El cazador furtivo
el cazador furtivo

Empecé este trabajo cuando llegó el nuevo director a Munich, Peter Jones, y me pidió que construyera una identidad corporativa para la ópera...y la razón no era que quisiera que más gente fuera a la ópera, porque las localidades siempre están sobrevendidas con mucha anticipación. Pero dijo que la ópera está subsidiada por el Estado (recibe 80 millones al año), y que como es dinero del público, la ópera debe estar en las calles, ser parte de la ciudad. Y la otra razón que me dió es que la gente que va a la ópera es más bien mayor y él quiere rejuvenecer la audiencia, difundir la ópera también entre los más jóvenes.

Photobucket – Ana Bolena
ana bolena

Una de las razones por las que no se puede usar fotos para los afiches de la ópera es porque cuando se hace el afiche las imágenes no existen todavía, tampoco se puede mostrar al cantante, porque puede cambiar... entonces necesitábamos algo que se pudiera manejar rápido y por eso elegimos esta técnica del papel recortado.

Photobucket – El holandés errante
el holandés errante

Pienso en algunas propagandas de Volkswagen que querían mostrar qué buena era la pintura del auto... así que mostraban un guardabarros y abajo decía, "primero pintamos el auto y después pintamos la pintura" Una idea que va al punto, es graciosa y busca lo esencial.

Photobucket – Don Juan
don juan

En Don Giovanni él es un hombre terrible con las mujeres y finalmente muere, así que pusimos la cruz...

Photobucket – Daniel Silvestrin
daniel silvestrin

Yo amo las reglas que hay implícitas dentro del afiche, eso es lo que me divierte.

Photobucket – Exposición del libro
exposición del libro

Yo llegué muy tarde al diseño, porque antes quería ser arquitecto. En Basilea veía los afiches de Hoffman. En la escuela ingresaban 100 alumnos y 10 quedaban en el camino el primer año. Ahora entran 400 y egresan 40. Un día empecé la Escuela y mi felicidad empezó una hora después.

Photobucket – En inglés: amor
en inglés: amor

Hay que contar con lo viejo para hacer algo totalmente distinto. El tema es cómo se hace y no qué se hace. El cómo puede ser nuevo, pero el qué es siempre lo mismo.

Photobucket – Delante de Dios todos los hombres
delante de dios todos los hombres

No me concibo como una suerte de Goebbels, un ministro de propaganda, sólo puedo estar dispuesto a crear algo y creer en eso. Me resulta más cercano a mi ánimo comunicar que influir.

Photobucket - Comparta
comparta

Al igual que en el caso del diseño gráfico, hay buena y mala publicidad. La buena en última instancia es tan efectiva como la mala. El problema de la mala es que subestima al público y lo trata como tonto, o apela a sus instintos más bajos en lugar de los más altos.

Photobucket – Embajadas Japonesas
embajadas japonesas

Los argentinos son tan nostálgicos... esa nostalgia no se puede colmar nunca, pero la publicidad promete... Además sería espantoso que se colmara el deseo...

Photobucket - UNICEF
unicef

Si yo tuviera 12 o 14 años y me empezara a dar cuenta de todos las miserias del mundo, que los adultos no saben resolver los problemas del mundo y viera un afiche que expone eso que estoy viendo, le diría a mi madre: quiero un pullover de Benetton.

(Gracias Fede!)

Photobucket - Tolerancia
tolerancia

LINKS:

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el arte de la iglesia

La información de la muestra, en el Museo Nacional de Arte Decorativo:
http://www.mnad.org.ar/index.php?subP=actuales

Información y links de la muestra, en un post de “El Burlador”:
http://elburlador.blogspot.com/2009/11/afiches-de-pierre-mendell.html

Photobucket - Ulises regresando a su patria
ulises regresando a su patria

El reportaje a Mendell en la revista Summa+:
http://www.summamas.com/22.htm

Más de 30 afiches de la muestra, en “Delyrarte”:
http://www.delyrarte.com.ar/?p=3310&pid=573

Otro portfolio con los trabajos de Mendell, en el album de Gabriel Primeiro:
http://www.flickr.com/photos/gabrielprimeiro/sets/72157621859285786/

Photobucket- Droga
droga

Los afiches en la Ópera de Bavaria:
http://www.bayerische.staatsoper.de/185-ZG9tPWRvbTEmbD1lbg-

El sitio del estudio de Mendell:
http://www.mendell-design.de

Photobucket - embajadas japonesas
embajadas japonesas

23.2.10

conozco la canción: piano man / el hombre del piano

Sábado a la noche, en un bar de mala muerte, en Los Angeles, en 1972. El tipo al piano se hace llamar Bill Martin y canta un tema detrás de otro, a pedido del público. Sobre el piano, el frasco a mitad de monedas.

Bill levanta la cabeza y recorre con la vista a la fauna habitual del local. El viejo que le pide tocar un recuerdo triste y dulzón que alguna vez recordaba cuando era joven, ahora olvidado; el barman que se atormenta pensando en salir de ese garito para triunfar como estrella de cine; o aquel novelista de bienes raíces que no ha tenido tiempo para una esposa charlando con Davy, recluta de por vida de la Marina norteamericana; la camarera que duerme con su charla al viajante de comercio, compartiendo esa bebida llamada soledad.

El joven pianista sonríe tiernamente al contemplar el elenco estable de perdedores del bar. No puede tratarlos con dureza; quien sabe si él no pasará, en breve, a integrar esa banda desesperanzada, tras el fracaso rotundo de su primer álbum de canciones, que le dejó, además, un contrato leonino cerrado con la grabadora Family Productions.

El hombre del piano toca otra más a pedido: “Cántanos una canción” piden “Eres el pianista, canta una canción esta noche. ¡Tenemos ganas de una canción! ¡Y nos haces sentir bien!”.

Un año después, la Columbia Records resolvería las cláusulas desventajosas del contrato de Bill con su productora y le daría la chance de una nueva grabación. A la hora de componer canciones, ¿qué mejor que retratar ese puñado de almas, reunidas alrededor de un piano, con la compañía de un vaso de cerveza?

La canción fue “Piano Man” (“El hombre de piano”) y ubicó al pianista entre los grandes de la música pop. Eso sí: resueltos sus problemas de contrato, pudo salir del escondite del bar de Los Angeles y recuperar su nombre, para hacerse famoso como Billy Joel.

“Piano Man” salió al público el 2 de noviembre de 1973. Las primeras versiones tenía una duración de 5 minutos 38 segundos. Como era demasiado largo, la grabadora sugirió una condensación que, edición mediante, dio una versión de poco más de tres minutos.

Un dato más: Joel reconoció en reportaje que, por supuesto, la armónica que se escucha en el tema es un homenaje a Bob Dylan.

El éxito de la canción fue instantáneo y lanzó la carrera de Joel a la posición de estrella de la música internacional.

Así sonaba la canción cantada por Joel en esos años:


La misma versión con la letra sobreimpresa:


Una versión del tema de Elton John con Billy Joel en Tokio, en 1998:


En castellano, hay una famosa adaptación, realizada por Víctor Manuel y cantada por Ana Belén. La versión es de 1980 y apareció en el álbum “Con las manos llenas”. Presten atención a la letra: ¡no tiene nada que ver con el original!:


Pese a las diferencias, esta versión también tiene lo suyo y se ha vuelto, en el habla hispana, tal vez más conocida que la original.

Sea la versión en inglés o la adaptación castellana, esta canción tiene una magia propia que la torna única.

FUENTES:

Artículo de la canción en Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Piano_Man_(álbum_de_Billy_Joel)

y en inglés:
http://en.wikipedia.org/wiki/Piano_Man_(song)

En inglés, también, la biografía de Billy Joel:
http://en.wikipedia.org/wiki/Billy_Joel

Biografía de Ana Belén:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Belén

Un reportaje a Billy Joel en Blender.com:
http://www.blender.com/guide/66688/dear-superstar-billy-joel.html

La letra original y varias traducciones aportadas por los visitantes de la página “Letras traducidas”:
http://letras-traducidas.net/?p=31

22.2.10

dos clásicos: Shakespeare y Alcón

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REY LEAR
data: http://www.alternativateatral.com/obra14187-rey-lear
“Elementos naturales, no los acuso de ser desagradecidos. Nunca les di un reino, ni los llamé hijos míos. No tienen porqué agradecerme. Así que descarguen sobre mí todo lo que quieran. Aquí estoy, soy un esclavo de ustedes, un pobre viejo enfermo, débil y despreciado”.
REY LEAR
La puesta del “Rey Lear” que estira sus últimos días en el Teatro Apolo, tiene varias virtudes que vale rescatar. En primer lugar, la adaptación de la obra de William Shakespeare que sin perder su tono de tragedia clásica, consigue bajar un par de líneas al momento actual. Las referencias al poder, la hipocresía de los políticos, la lucha generacional, la vejez vista como impedimento para el ascenso de los jóvenes ambiciosos, la apariencia en lugar del sentimiento y la verdad, el peso del gobierno que no se debe ceder so pena de mutar en vulnerabilidad. La condensación del texto, reducido a un par de horas, tensa a favor la cuerda dramática, potenciando las distintas líneas de la trama.

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En segundo lugar, una escenografía minimalista pero funcional a la historia, aprovechando con mucho ingenio los pocos recursos para ambientarnos en el clima de la tragedia. Un tono neutro tanto del decorado como del vestuario, subrayados por la iluminación, nos permite trascender la época del drama, esto es, universalizarlo a cualquier lugar y tiempo.

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Un tercer elemento es Alfredo Alcón, elevado al rol de monumento histórico nacional. Ante un elenco con altibajos, Alcón hace lo que necesita, exactamente, la obra. Su tono, la impostación de las palabras, el despliegue en escena, nos ubican en el clima de tragedia clásica. Todo gira a su alrededor y él es el centro (merecido) de la historia. Disfrutar de sus parlamentos es uno de esos lujos que podemos darnos, hoy en día, los argentinos.

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Hablamos de los altibajos del elenco. Se destacan favorablemente Roberto Carnaghi, Juan Gil Navarro (Edgard, el hermano malvado), Roberto Castro (el loco) y Mónica Santibañez (Goneril, una de las hijas desagradecidas de Lear).

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En el programa, Ruben Szuchmacher, director de “Rey Lear”, señala que la obra de William Shakespeare sostiene su vigencia, 400 años después de ser escrita, seguramente por su claridad para describir la condición humana enfrentada a la vejez, la locura, la codicia y el amor. Vale prestar la atención: está obra data de hace cuatro siglos. Mucho ha cambiado el mundo desde entonces, mucho ha cambiado el ser humano. Pero básicamente, más allá de los giros verbales, de los tonos, de cuánto evolucionó el teatro desde entonces, el núcleo de lo planteado por Shakespeare nos sigue conmoviendo, con la misma fuerza. Ése es el logro de esta versión, aligerar las rígideces del paso del tiempo y dejarnos, expuesto sobre las tablas, el corazón de la obra. Y sentir que aquellas mismas cosas que preocupaban y sacaban el sueño a la humanidad de hace cuatro siglos, sigue desvelando a las generaciones actuales.

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Eso, simplemente, lo logran los grandes escritores. Es un motivo más para acercarse y disfrutar de esta versión de un clásico, interpretado por otro clásico.

20.2.10

del archivo de super chatarra special

super chatarra special

Para los recién llegados a “Libreta Chatarra”, les resultará raro esa definición de “Libreta Chatara. El weblog de SUPER CHATARRA SPECIAL”. Efectivamente, “Libreta...” fue un weblog que nació como libreta de apuntes para las notas mensuales de “Super Chatarra Special”, página en Internet, que empezó su viaje en la red el 3 de abril del 2000, hace casi una década.

Inicialmente, SCSP tenía una frecuencia de actualización semanal. Los apuros de la vida cotidiana, sugirió el pase a una frecuencia mensual, con un tema base a lo largo del mes y algunas actualizaciones (básicamente, críticas de películas) semana a semana. La novedad fue que Federico Díaz Mastellone, amigo y diseñador gráfico de cabecera, se hizo cargo del cambio de diseño de la página.

Inicialmente, “Libreta...” iba a ser el weblog que “copiara” noticias y comentarios diarios, que servirían de materia prima para hacer los especiales mensuales en la página principal. Pero, uno propone y la vida dispone. Una etapa familiar agitada me obligó, en marzo de 2005, abandonar la página y centrarme en el weblog, con menos exigencias de horas de máquina. La decisión también estaba influida por el impulso que los blogs tuvieron en esa época, desplazando a los sitios más formales. (¡Hasta Federico Díaz Mastellone se tentó y puso un blog! Es el actual “El Burlador”, en http://elburlador.blogspot.com, indispensable punto de referencia de los diseñadores gráficos locales).

Cambio de proveedor de Internet mediante, el sitio original quedó flotando en un servidor público español que le agregaba una molesta publicidad, con el agravante que se habían colgado algunos links y varios especiales mensuales habían quedado fuera de línea. Hace un par de años, contratamos un servidor privado, gestionamos la dirección .com.ar y subimos, a medias, los archivos.

super chatarra special

Bueno, finalmente, logramos subir todos los archivos y tener el sitio original, en línea. Así que participamos a todos que “Super Chatarra Special”, el abuelo de “Libreta Chatarra”, está en línea en esta dirección:

www.superchatarra.com.ar

Invitamos a todos los visitantes de “Libreta Chatarra” pasar un rato por “Super Chatarra Special” y valorar el trabajo de hormiga, totalmente amateur, que hicimos en esos años. Agradezco personalmente a todos los amigos que participaron de ese sueño chatarra, a Federico, ya mencionado, a Jorge Luis Viera, a Carlos Iglesias, Hugo Bertín, Pedro Isasi, Mauricio Cueto, Mariana De Asmundis, Maria Victoria Fernández, Daniel Baranosky, Andrea Pasarelli, Valeria Roquejoffre y a tantos otros que hicieron sus aportes y comentarios, vía correo electrónico. Con Fede y Mariana logramos, en un momento personalmente glorioso, distribuir durante cinco meses, más de mil folletos mensuales de “Super Chatarra Special” en una veintena de librerías de la calle Corrientes.

Mientras controlaba los links y efectuaba algunas correcciones, revaloré la calidad del material presentado. No sé si “Libreta...” alcanzó, alguna vez, el nivel alcanzado en especiales como la historia de Jack, el Destripador, la vida de Luis Piedrabuena, el homenaje a Raúl García Tuñón o la Guerra de los Mundos de Orson Welles, por citar algunos. Y me llamó la atención, aún pasado tantos años de su realización, la fuerte impronta visual del sitio, potenciada por la coherencia conceptual del diseño propuesto por Federico.

Muchas cosas me pasaron y nos pasaron desde ese 3 de abril del 2000. Cambiamos, autor, sitio y visitantes. Pero releyendo los editoriales, las críticas de cine, pispeando los gustos en la elección de los temas, no dimos cuenta que cambiamos, pero no tanto. Digamos que crecimos.

Como nada se pierde y todo se recicla, vale la pena ir rescatando en este weblog, algunos momentos memorables de este archivo. Y la primera pregunta era, ¿cuál será el primer elegido? ¿cuál de tantos?

Y decimos que nada mejor que transcribir los “mandamientos gánicos” del genial Federico Peralta Ramos, un artista y loco lindo que homenajeamos en diciembre de 2003. Del Ángel Gordo, una serie de preceptos para la vida:
i
“habitantes de este sistema solar,
yo, Federico Manuel Peralta Ramos…”


ii
“jugar con todo”

iii
“ser gánico significa hacer siempre
lo que uno tiene ganas”


iv
“creer en el gran despelote universal”

v
“creer en un mundo invisible, más allá
de los lejos y de los cerca”


vi
“vivir poéticamente”

vii
“provocar movimiento”

viii
“no mandar”

ix
“a Dios hay que dejarlo tranquilo”

x
“ampliar la esencia hasta llegar al halo”

xi
“regalar dinero”

xii
“superar el plano físico”

xiii
“flotar”

Quien se haya quedado con ganas de conocer la vida y la obra de Federico Peralta Ramos, invitamos a ver el especial de Super Chatarra Special:

http://superchatarra.com.ar/edanteriores/diciembre%202003/NUEVO1203.htm

Agradecemos que nos informen a nuestra casilla habitual (invasionesinglesas@gmail.com) los enlaces perdidos e imágenes caídas, las iremos corrigiendo de a poco.

Muchas gracias a todos.

¡Que lo disfruten!

SCSP está de vuelta.

19.2.10

adrenalinodependiente

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VIVIR AL LÍMITE
data: http://www.imdb.com/title/tt0887912/

No es que “Vivir al límite” (título local para “The hurt locker”) sea una mala película de guerra. No. Es buena. Tal vez, si me apuran un poco, diría que muy buena. Tiene ideas interesantes, está filmada de un modo que llama la atención, hay personajes con un desarrollado perfil sicológico. El problema es el gran barullo mediático que hay detrás de esta película buena, pero sólo buena. “Vivir al límite” no es superior a tantas otras películas de guerra nacidas al influjo del 9/11, obras que la crítica local ignoró sin ningún dejo de culpa. Y está muy lejos de ser la mejor película del año como para llevarse un Oscar en las próximas semanas. Tal vez, para la Academia, que “Vivir al límite” haya sido la única pelicula sobre la guerra de Irak que devolvió la inversión realizada, sea un buen argumento para ubicarla como candidata al Oscar. Pero, insistimos, es muy inferior a una película como “Amor sin escalas” o “Up”, para señalar dos de sus rivales directas.

“Vivir al límite” es la historia de tres soldados, de un cuerpo especial de tareas del ejército norteamericano en Irak. Se dedican a desactivar explosivos, casi todos precariamente armados y sumamente volatiles para desarmar, más aún en el ambiente de franca hostilidad de la población local.

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El filme no trata de explicar la ocupación militar norteamericana en Irak: ni la denuncia ni la apoya. Sólo describe. Lo más interesante del filme es observar la interacción de los soldados norteamericanos con los iraquíes. La sensación es de absoluta confusión. Cuando un iraquí alza su mano desde lejos, los estadounidenses no saben si los están saludando o dando el OK para detonar la bomba que tienen delante suyo. En esos brochazos del contexto, se observa la desorientación de una fuerza de ocupación en un país que no es el suyo.

La columna vertebral de la película es describir (analizar sería decir mucho) la conducta del sargento William James. En el comienzo del filme, el tipo viene a reemplazar al líder del batallón que murió al intentar desactivar una bomba. James, rápidamente, da muestras de ser un loquito descontrolado. El tipo se expone, una y otra, haciendo más peligrosa la situación que ya es grave en sí.

James interactúa con otros dos soldados: Sanborn, el soldado profesional que sigue las reglas pero envidia, secretamente, la audacia de James, y Eldridge, el tipo que está tan asustado en el campo de batalla que su salida en una camilla de enfermería es una profecía autocumplida. Ése es el nudo dramático de la película y alrededor de estos protagonistas giran los conflictos que se reducen a una sucesión de artefactos explosivos que hay que desactivar.

Tal vez, ésa sea la mayor crítica al guión de “Vivir al límite”, que el desarrollo del conflicto sicológico de los protagonistas se dé, solamente, a partir del momento de tensión al desarmar una bomba, con el arrojo suicida de James que redobla la apuesta al peligro, un poco más y más, cada vez. Poco sabemos de los protagonistas, antes y después de la guerra, poco para deducir.

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Kathryn Bigelow eligió un tono semidocumental muy acertado para contar la historia, con una cámara inquieta, con tomas filmadas desde distintos puntos de vista. Esa elección estética es más que correcta y responsable de la tensión que tienen las escenas del desmonte de los aparatos explosivos.

En suma: “Vivir al límite” es una buena película. Si va al cine esperando La Gran Película Bélica, no. No lo es. Si duda, compárela con “Apocalipsis Now” si de cimas hablamos. Vaya con bajas expectativas y no estará tan mal.

De las escenas, nos quedamos con la secuencia de James parado en el medio de seis bombas, incluyendo el momento en el que le apunta con su arma a un taxista iraquí entrometido; la escena del hombre bomba; la elección del cereal en el supermecado; la última escena del filme.

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Frases:

La furia de la batalla es a menudo una potente y letal adicción, para la guerra es una droga. La guerra es una droga.

Quiero morir cómodo.

¡Púdrete, Will! ¡En verdad, púdrete! Gracias por salvarme la vida, pero no debimos haber ido a buscar problemas. ¡Eres un maldito adicto a la adrenalina, cabrón!

-Estoy listo para morir, James.
-Pues no morirás aquí, hermano.
-Si explotan dos motores y me cortan la garganta, me desangraré como un cerdo en la arena. A nadie le importará una mierda. O sea a mis padres les importa, pero ellos no cuentan. ¿Quién más? Ni siquiera tengo un hijo.
-Pues tendrás mucho tiempo para eso, viejo.
-No, viejo. ¿Sabes? Terminé. Quiero un hijo. Quiero un varoncito, Will. ¿Cómo lo hacés? ¿Arriesgarte?
-No sé, yo sólo... Supongo que no piensas en eso.
-Pero te das cuenta que cada vez que te pones el traje, cada vez que salimos, es vivir o morir. Tiras los dados. Y lo haces, Will. Te das cuenta de eso, ¿verdad?
-Sí. Sí, me doy cuenta. Pero no sé porqué... No lo sé, J.T. ¿Sabes por qué soy como soy?
-No. No lo sé.

Te encanta jugar con eso. Te gustan los peluches. Quieres a tu mami y a tu papi. Te gusta tu pijama. Te gusta todo, ¿no? ¡Sí! ¿Sabes qué, amigo? Cuando crezcas, muchas de esas cosas que te encantan no te parecerán tan especiales. Sabes, como esta caja... Tal vez, te das cuenta que es sólo un pedazo de metal y un muñeco de peluche. Y sólo quedarán unas cuantas cosas que realmente amas. Y cuando llegues a mi edad, tal vez sea una o dos cosas. De hecho, creo que sólo una.

Días restantes para la rotación de la Compañía Delta: 365.

18.2.10

gracias por existir

Cuando Eva Duarte se encontró por primera vez con Juan Domingo Perón en el Luna Park, la noche del 22 de enero de 1944, en que se daba una función artística de beneficencia por los damnificados del terremoto de San Juan, ella le dijo: "Gracias por existir". O no se lo dijo nunca, para los términos de la historia mezquina que resiente de imaginaciones, porque la frase la inventó Tomás Eloy Martínez, que acaba de morir en Buenos Aires, en su novela Santa Evita. Pero se lo dijo. La historia fue modificada a partir de la novela. Perón y Eva Duarte ya no serían nunca más los mismos desde que pasaron por las manos de su novelista inevitable. Su creador, su inventor, su falsario.

Tomás contaba historias en sus novelas y las contaba para sus amigos con la misma calidad seductora. Una de las que más me seguirán cautivando siempre, entre los recuerdos hondos que quedan de nuestras pláticas, tiene que ver precisamente con esa frase maestra del arte de la seducción, que años después pasó a ser el texto de un cartel en una manifestación peronista: "General Perón, gracias por existir". Tomás protestó que se trataba de una frase suya escrita en una novela suya y puesta en boca de un personaje suyo, pero su intento resultó tan ingenuo como vano.

La historia se apropió no sólo de la frase, sino de toda la novela, y la hizo suya. El novelista dejó de ser el inventor y pasó a ser el cronista, y a lo mejor ni siquiera eso, porque para negar que la Eva Perón que conocemos, tal como la conocemos, sea la invención de una persona, y para negar que las frases célebres que dijo sean también la invención de esa persona, hay que empezar por negar al novelista y negar su novela. La criatura sacrifica al creador; pero allí está precisamente su victoria. El personaje sale de las páginas de la novela y se queda en el mundo real.

(…)


En Santa Evita todo es verdad; nadie pone en duda los hechos. Tomás pasó años investigando la vida de Perón y de su esposa. Aprendió todo lo que había que saber de ellos, pero a la hora de construir la verdad de la novela no aprovechó esos materiales ordenándolos, dándoles una tesitura didáctica, sino que los transformó, los falseó, usó lo que le convenía, y lo demás fue a dar a la papelera; y de lo que le convenía, todo quedó irreconocible entre el esplendor de la mentira que ahora llena todo el campo de visión y se transforma en lo que verdaderamente ocurrió. Porque la historia es menos atractiva, la pobre, y la novela, que actúa con mayor eficacia, no admite desafíos en su altivez.

Recordaré a Tomás como el novelista que desafió a la historia y la venció, al crear su propia versión triunfante de la Argentina contemporánea, y es así como quisiera que fuera recordado. Hombre de varios oficios, entre ellos el del periodista colocado del lado del rigor de los hechos, como en La pasión según Trelew. ¡Qué paradoja! El que reclamó la verdad como consigna a la hora de contar la historia como periodista, niega la verdad y crea la suya propia a la hora de contar la historia como novelista.

Pero el periodista, en la vida de Tomás como novelista, no es sino el que proporciona instrumentos a la narración, técnicas, maneras de contar. Como periodista, jamás habría podido contar la historia de Eva Perón tal como lo hizo como novelista en Santa Evita, ni la historia del general Perón tal como lo hizo en La novela de Perón. No hubiera sido creíble.

“El inventor de mundos reales”
SERGIO RAMÍREZ
(la nación, 13.02.10)

17.2.10

ocho y medio

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“No tengo nada que decir. Pero a la vez quiero decir todo”
GUIDO ANSELMI

Nos quedamos enganchados con “Ocho y medio”, tras la crítica a “Nine” y nos pareció apropiado aportar algunas perlas de You Tube para tentarlos a ver la película, si es que no lo hicieron.

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El Guido de “Ocho y medio” no es otro que Marcello Mastroianni y el harén del conflictuado cineasta contaba con Claudia Cardinale, Anouk Aimeé, Sandra Milo y Eddra Gale como la Saraghina.

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Hay dos cómplices de Fellini en este filme, que son indispensables para lograr ese clima surrealista que tiene la película. Uno es el director de fotografía, Gianni Di Venanzo en ese radiante blanco y negro con el que se filmó la película; otro, es Nino Rota, inmortalizado por la música de este filme y de otro monumento de Fellini, “Amarcord”, entre tantos temas célebres.

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Proporcionemos un puñado de escenas para disfrutar del filme:

Sí “El ciudadano” inmortalizó “Rosebud”, “Ocho y medio” patentó la misteriosa frase “Asa Nisi Masa”, palabras mágicas invocadas en la infancia. Ésta es la escena donde se pronuncian:



Alabamos a Fergie en “Nine”, haciendo de la Saraghina, la prostituta que bailaba para Guido en la infancia. Ese musical evoca esta memorable escena de “Ocho y medio”:



“Ocho y medio” empieza con un sueño de Guido:



Y como último recuerdo, el final, con la música de Nino Rota:

16.2.10

frases de “Nine”

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Misteriosamente a veces, en la sala de edición, ocurre un milagro cuando colocas una imagen al lado de otra. Así que cuando finalmente el público se sienta en la oscuridad, si tienes suerte, mucha suerte -y a veces la he tenido- el sueño cobra vida otra vez.

Página uno. Página uno. Página uno. Página Nada.

Cálmate. Dirigir películas está sobrevalorado. Todos lo sabemos. Sólo tienes que decir sí o no. ¿Qué más hacés? Nada. “Maestro, ¿esto debe ser rojo?”; “Sí”; “¿Verde?”; “No”; “¿Más extras?”; “Sí”; “¿Lápiz labial?”.No. Sí. No. Sí. No. Sí. No. Eso es dirigir.

-No puedo enfrentar a los periodistas.
-Eres un mentiroso de clase mundial, querido. Ve allá y miente por “Italia”.

Ésta es tu Roma, Guido. El mundo ve a Roma como tu la inventaste. Tus películas lograron eso.

-¿Puede decir a la prensa de qué se trata su película?
-¿Por qué?

-Sé de que se tratan mis últimas películas.
-Ése es el problema. Nadie más lo sabe.

¿Para qué son las cosas buenas sino para tenerlas en exceso?

He visto sus películas. Las buenas, no las superficiales. Pero ¿cree que la gente necesita ver sexo? No es necesario. Podemos imaginárnoslo.

Un guión es antes que nada un mapa.

Gracias por lo que estoy viendo.

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No por gusto no tienes un guión. Estás demasiado ocupado inventando tu vida.

¿Por qué de repente están todos tan obsesionados por el guión? Habla con las personas que te adoran en las películas que hacemos. No les interesa mi guión. Les interesa el modo en que giras la cabeza, el modo en que la cámara va de ti a la luna, el modo cómo ríes, cómo lloras, el modo en que te sonrojas para la cámara. Y vaya a saber qué más. Pero sea lo que sea, no es mi guión.

A las musas. Las increíbles musas que hicieron de Italia lo que es hoy. Un país gobernado por hombres a quienes gobiernan las mujeres. Aunque ellos no lo sepan.

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Todo lo tuyo es apetito. Y si dejás de ser ambicioso, mueres. Lo tomás todo. Y yo estoy vacía.

Hacer películas no era el problema. El problema eras tú.

Guido, probablemente, no haya ni una sola entre las personas que están pasando que no se haya conmovido con tus películas de alguna manera. Ése es tu don. Fue lo que te concedieron. Úsalo. Úsalo con gracia, por el amor de Dios.

¡Acción!

15.2.10

¡cuánta mina que tengo!

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NINE
data: http://www.imdb.com/title/tt0875034/

Durante un célebre bloqueo creativo, Federico Fellini, con el desafio de una película por filmar y ninguna idea para llevarla a cabo, se encontraba en un callejón sin salida. Y cómo buen artista que era, no tuvo mejor idea que contar ese bloqueo, llevando a la pantalla sus fantasmas y obsesiones, principalmente, las mujeres de su vida, desde su madre, pasando por prostitutas, esposas, amantes y actrices fetiches. Esa solución fue “Ocho y medio” y algunos no dudan en señalarla como una de las grandes películas de la historia.

Llegué a “Ocho y medio” tarde, la vi una noche en “Europa, Europa” hace un par de años, y me pareció que (como gran parte del cine de Fellini) le había pasado el tiempo. Reconozco que Federico Fellini no está en mi puñado de directores admirados, tal vez por su predilección a la improvisación y a tener al guión como un mero punto de partida que va corrigiendo en el camino.

Le atribuyen a Orson Welles la declarción de “¡Fellini es un genio! Que no tiene nada que decirnos” y al propio Fellini de “No hay grandes películas, sino grandes escenas”. Aunque sean leyenda, esas afirmaciones describen bastante bien las características del director romano.

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Basándose en ese monumento histórico de “Ocho y medio”, con libro de Arthur Kopit y música y letra de Maury Yeston, se armó un musical para Broadway, “Nine”, cuya versión cinematográfica, dirigida por Rob Marshall, con un elenco de estrellas, llega a las pantallas locales.

Marshall quiere reeditar el éxito de “Chicago”, utilizando los mismos elementos: un elenco de actores no cantantes / no bailarines (con excepción de Fergie); edición frenética; iluminación y fotografía brillantes. Las canciones se intercalan como evocaciones de los personajes, al igual que en “Chicago”.

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Pero, a la inversa de “Chicago”, el filme funciona a medias: tiene algunos buenos momentos, algún número brillante y muchos baches. ¿Por qué? Podemos echarle la culpa al original que ya pecaba de una trama caótica. Pero hay algo más: Rob Marshall no cuenta con las brillantes letras y canciones del musical de Bob Fosse y Fred Ebb. Ése es el mayor pecado. Por más recursos que eche mano Marshall para salvar el musical, éste no cuenta con números que nos emocionen y lleguen al corazón.

Pese a esa falencia estructural, de “Nine” se pueden obtener algunos buenos momentos. En especial, los diálogos entre Daniel Day-Lewis y Judi Dench, mostrando la química que puede lograrse entre dos buenos actores. Es más, hasta Dench lleva adelante, con mucha desenvoltura, un número musical. La canción se llama “Folies Bergere” y el texto es de los más flojitos de la película:



La mejor interpretación del póker de mujeres, es Fergie (la cantante de Black Eyed Peas) componiendo a Saraghina, la prostituta italiana que alucionó la infancia de Guido, el director protagonista de la obra, alter ego de Federico Fellini. Para que no queden dudas, aquí está su parte, “Be italian”:



La foto del almanaque del camionero se la lleva Penélope Cruz que hace correr todos los ratones en su momento musical, “A call from Vatican”, lo único bueno que hace en el filme. Sus líneas balbuceadas en inglés autóctono sugieren una pregunta, más con tono de asombro que inquisitorial: ¿Nominación como Mejor Actriz de Reparto? ¡Hmmm! Ver a la Cruz revoleando la soga y doppo morire:



Desde el nivel de composición, otro número memorable está a hombros de Marion Cotillard, como Luisa, la esposa de Guido, alter ego de Giulietta Masina. En el siguiente tema, “Take it all”, Luisa rompe con Guido con un strip tease de fondo:



Ejemplo de las carencias poéticas del musical es el tramo con Kate Hudson, “Cinema italiano”, canción muy pero muy pava, pese a la onda que le pone la actriz:



Como una yapa, anexamos la última escena de la película, donde aparecen todas las estrellas del filme, entre ellas la eterna Sofía Loren. El resto de los musicales los pueden ver en el canal de la película en “You Tube” (http://www.youtube.com/user/movieNine#p/u/9/8pd8nGPl1qk):



Algunas líneas de “Nine” (más de una tomada del original), merecen examinarse con detenimiento. Son observaciones sobre el acto creativo, sobre ese acto de maldad que es filmar una película, sobre las musas (sobre todo las terrenas) que trae de bagaje a un cineasta latino y sobre las costumbres sociales de la Italia de los '60. Esa moral dual de esposa y amante, católico creyente y libertino, tierno y cruel, traza los rasgos de un personaje y una época. Justamente, más allá de gustos personales, ese collage nacido del no saber qué decir, ubica a Fellini y a “Ocho y medio” entre los grandes momentos del cine.

Si usted puede abstraerse de los peros y recoger las gemas dispersas en la trama, puede ser que disfrute a “Nine”. Eso sí, siempre fiel a la máxima felliniana: “Grandes escenas, no grandes películas”.

13.2.10

la del final

Recuérdese la inscripción de los relojes de sol: “Omnes vulnerant, ultima necat” (Todas hieren, la última mata).

JORGE LUIS BORGES
“Leopoldo Lugones”

12.2.10

una escena

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PRECIOSA
data: http://www.imdb.com/title/tt0929632/

“Preciosa” es el desafío de cuánto se puede arruinarle la vida a una persona sin doblegar su espíritu. Preciosa, la obesa adolescente afroamericana, maltratada por su madre que la trata de estúpida, violada por su padre, un hijo Down criado por su abuela, otro embarazo incestuoso en camino y todavía hay más que no mencionamos para no develar la trama. Que esa bomba de tiempo se desactive por aprender a leer, es asombroso, luminosamente asombroso.

Ni Lee Daniels como director ni el guión de Geoffrey Fletcher adaptando la novela de Sapphire, echan mano a grandes recursos para contarnos una historia que nos hunde en el asiento, porque somos conscientes de que no es sólo la afiebrada imaginación de los guionistas y que la realidad es seguramente más cruel que lo visto en la pantalla. Por tal motivo, “Preciosa” sólo tiene de destacable, artísticamente hablando, la franqueza de la historia, la labor de los actores y una escena, motivo de esta nota.

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Nos referimos a la última escena, en la que Preciosa se encuentra con su madre y su asistente social. Reúne a las dos protagonistas principales del filme, soportes vitales de la trama: Mo'Nique, en el papel de la madre, y Gabourey Sidibe, la adolescente con la marca de la derrota tatuada en el rostro inmenso. La tercera en discordia es Mariah Carey como Mrs. Weiss, la asistente social que ha venido siguiendo a Preciosa.

El momento es clave: Preciosa se ha puesto sobre sus propios pies y quiere cuidar de sus hijos. La vida la ha sopapeado lo suficiente para que no se levante por toda la cuenta. Pero ella, empecinada, va por más. No hay triunfo posible, es claro. Todos aquellos que debieron cuidarla, la hirieron. No hay retorno. Pero llegó el momento de pasar factura.

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En esa escena notable, Mrs. Weiss encara a la madre frente a Preciosa y le pregunta qué sabía de los abusos sexuales que sufrió su hija desde niña. Y en un vibrante monólogo (que le ganó a Mo'nique, comediante de stand up, la nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto) Mary, la madre de Preciosa, confiesa y se justifica, con una impunidad tal que desencadena indignación trocada luego a pena. Pena, sí. Pena de comprobar cuán bajo puede caer una persona, cuán perdida está un alma en su desvarío.

“Preciosa” es, tal vez, nada más que esa escena. Fellini (si mal no recuerdo) solía decir que no hay grandes películas sino grandes escenas. Es una creencia que no compartimos. Pero de hacerlo, la escena final de “Preciosa” justificaría la mera existencia del filme.

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