30.7.05

saliendo de la pantalla

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LAS AVENTURAS DEL NIÑO TIBURÓN Y LAVAGIRL EN 3-D

Para que no haya ninguna clase de dudas: ésta es una película para chicos. No busquen segundas intenciones ni complicaciones innecesarias. Es un caramelo fílmico: la historia del héroe que recibe una enseñanza al final de la jornada. Caramelo, sí, envuelto en un magistral paquete: la filmación en 3-D, con anteojitos rojos-celestes de por medio.

Robert Rodriguez, quien ya había probado filmar en 3-D en la culminación de la trilogía de "Mini Espías", dirige una auténtica película de la familia Rodriguez (como confiesa en los títulos). "Las aventuras del Niño Tiburón..." se basa en un cuento de su hijo, Racer Rodriguez (a quien vemos como el Niño Tiburón de 7 años) que Robert elaboró hasta darle forma fílmica. La historia es muy sencilla: Max es un chico que se refugia en su mundo de sueños, para escaparle a la hostilidad del entorno escolar de todos los días. Unos compañeros de escuela que son unos auténticos garcas, un maestro insoportable y dos padres al borde del divorcio. Para huirle de esa psicopatía social que lo abruma, Max ha construido un mundo fantástico, donde habitan una chica con piel de lava y un niño criado por tiburones. Pero un día, ese mundo de ficción cobrará forma y Max deberá salvar (y salvarse) en ese universo paralelo que ha creado con su imaginación.

La tesis del filme es didáctica, interesante para un filme infantil: soñar para sí mismo, para huir del mundo, es un acto egoísta; hay que soñar generosamente, soñar para cambiar el mundo que nos rodea. Esa es la moraleja final en la que todos deponen sus mezquindades y, finalmente, unidos todos enfrentarán los peligros y saldrán airosos del paso.

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Si desde el punto de vista de la historia no revoluciona el género, "Las aventuras del Niño Tiburón.." tiene a favor que está contada con mucha gracia, con algún gag muy bueno y que no carece de corazón. Eso es un punto a favor. Y gana la partida en los efectos especiales, en el festival de imágenes en tres dimensiones, que nos proporciona una exquisita experiencia visual. “Las aventuras del Niño Tiburón…” es una película para ver y para ver en cine, para disfrutar de esos abismos insondables o de esos personajes que salen de la pantalla para señalarnos con un dedo acusador.

En suma, la película logra su cometido, que era entretener, emocionar y deleitarnos con los trucos visuales. No es la quintaesencia de la cinematografía, pero tampoco es para que pase de largo sin llamar la atención.

Escenas a destacar: la recorrida por el puente de hielo; la persecución por el Mundo de Galleta y Leche; la bandada de mariposas que se despegan de la pantalla; el diálogo final entre Max y Minus. Frases: "Normalmente, cuando te duermes, pierdes. Pero cuando Max pierde, gana"; "Todo comenzó siempre con un sueño"; "¿Por qué me hiciste así? Yo no quiero destruir todo lo que toco. Soy una buena persona"; "No eres destrucción, Lava-girl. Tú eres... luz"; “Alguien destruyó tus sueños. No pisotees los sueños de los demás”.

CONSEJO: para ir a ver y con los chicos. Pégueles un par de sopapos y arrastre a los pibes al cine.

29.7.05

Ballard dixit

Perlas destacada del reportaje publicado en "RADAR", al escritor de ciencia ficción J. G. Ballard ("Crash", "El Imperio del sol", entre otras).

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Hoy vivimos en una profunda crisis que no es económica, como la mayoría podría pensar. Como yo lo veo, el problema está en la psicología de la gran masa. El capitalismo tiene muchos recursos y es elástico, puede amoldarse a las circunstancias con admirable resistencia. Pero, ¿tenemos los seres humanos los mismos recursos? ¿Somos tan resistentes como el sistema? Yo creo que no, de ninguna manera. La gente en los países de Occidente, sobre todo en los más ricos, ha perdido la dirección, el sentido de la vida. Los políticos han perdido su autoridad. Aquí en Gran Bretaña, por ejemplo, la monarquía está exhausta y ya no tiene magia, las iglesias están vacías. ¿En qué puede creer la gente hoy? En el consumismo, eso es todo lo que nos queda. Comprar, comprar, comprar, pero nos sentimos vacíos. Necesitamos creer en algo y el peligro está en que comenzaremos a comportarnos como niños malcriados y aburridos, de manera destructiva, explotando nuestras propias psicopatologías con actos violentos y sin significado.

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Los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron un acto regido por la locura. Ese día presenciamos un momento apocalíptico, fuimos testigos de una breve visión de un posible futuro. La locura nos está esperando a la vuelta de la esquina, a menos que seamos cuidadosos. Aquel día fue el comienzo de la Tercera Guerra Mundial, una guerra que se está dando entre la razón por una parte y la locura por otra.

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Los últimos atentados en Londres fueron una tragedia terrible para todos los que estamos envueltos, y la gente en esta ciudad sigue increíblemente pasiva, como aceptando que habrá futuros ataques, como si estas bombas fueran parte del mundo urbano post 2000. Esta pasividad es muy peligrosa, es la emergencia del fatalismo. Este fenómeno quizá se deba a que loslondinenses saben que estos ataques son un sin sentido. Y es que vivimos en la era de eventos sin sentido. Gente desquiciada abre fuego y dispara al azar en un supermercado y ¿qué hacemos? Limpiamos la sangre de los muertos y seguimos comprando. Esta es una respuesta muy peligrosa.

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Pienso que las bombas en esta ciudad reflejan la profunda desesperación que corroe al mundo musulmán. Quizá quienes dirigen estos ataques saben inconscientemente que el Islam es una religión que está muriendo y que está perdiendo la batalla contra el mundo moderno. Los ataques suicidas son casi siempre un signo de desesperación ante la derrota inminente.

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Hoy es cada vez más difícil saber dónde situarnos, cuánta libertad tenemos realmente, cuánto de lo que hacemos y pensamos es nuestra voluntad y hasta qué punto estamos siendo manipulados como marionetas. Vale preguntarse, ¿es que acaso nuestra cultura del entretenimiento está diseñada para castrarnos, para negar nuestra voluntad? ¿Hasta qué punto la realidad se nos entrega re-definida, recreada para que la consumamos? ¿Hay una diferencia significativa entre la verdad y la mentira? ¿No es mejor, más cuerdo, asumir que el mundo a nuestro alrededor está desquiciado?

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(radar, suplemento de página 12, 24.07.05)

28.7.05

cartas del mazo

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Varios correos de visitantes por el ciberespacio llegaron a la casilla chatarra. El primer aporte al Viejazo se lo debemos a Colegara:

“La regla de cálculo, reglita reemplazada por las calculadoras manuales, como la tabla de logaritmos de Hoel”.

Desde Murcia, España, nos felicita por el sitio Nacho Blanco: “los argentinos siempre tienen mucho ingenio y poesía” nos halaga el ser nacional y nos participa de su weblog que recomendamos:

www.blanco26.blogspot.com

Leonardo G Madeo se suscribió a nuestra página y confiesa 46 años de Racing dos veces campeón, lo que ya lo hace un hombre de buen juicio y gran persona (¡aguante la Acade!). De él son varios aportes a la Cadena Catártica del Viejazo del Último Milenio:

-Camión Bedford
-La Estanciera de IKA
-Pizzería Rancho Banchero en La Boca
-Yogur Yolanka
-Sacar el tacho de basura a la vereda
-Cigarrillos: 43, Shellton
-Series y dibujitos; Astroboy, Capitán Marte, Supercar, Caza Submarina (con Lloyd Bridges), Ultraman (serie japonesa).
-Anteojos X-100 que te daban en la Shell
-Muñeco con camiseta de fútbol que no paraba de mover la cabeza en el auto
-Diario El Mundo
-Revista “Legión de Superhéroes”
-Comic Trifón y Sisebuta
-jugar a las estatuas
-hacer cinturones con marquillas de cigarrillos o figuritas cartones.
-Figurita con chicle “Marte Ataca”
-Mezclar Coca Cola con Geniol para "excitarse"(leyenda urbana)
-La leyenda urbana de un conocido rematador de los '60 (ADM sus siglas), sse decía que una mina le cortó el "Atilio" con los dientes en un rapto de euforia sexual
-La "momia" Bareño, el brasilero que tenía una pierna más corta coches Duravid (eran de goma)
-Jerez Tío Paco
-Vinos Gargantini, Pángaro ("¿quién vino? ¡Vino Pángaro!")
-Vermouth Pineral
-Colonia Vitess Rubrick "la colonia que mata..."


Gracias a todos y un abrazo por comunicarse con esta casilla chatarra. Sigan así y no nos dejen solos.

27.7.05

4 B

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LOS CUATRO FANTÁSTICOS

En la reciente crítica de "Madagascar", señalamos su corrección, pero que estaba un escalón debajo de otras cumbres del género. Están todos los elementos, se perfila correctamente las líneas dramáticas principales, pero falta una vuelta de tuerca más, una dimensión extra que la eleve sobre sus propias bases. Idéntico comentario amerita esta versión de "Los cuatro fantásticos", otro comic de la Marvel que llega a la pantalla grande. Mucha corrección, buenos efectos especiales, una historia bastante bien contada. Los problemas más grandes que encuentra son de casting (endeble la primera línea protagónica) y de cierto acartonamiento del guión. En suma, una de esas películas que pasan con más pena que gloria por las pantallas.

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Reed es un científico brillante pero que no tiene visión comercial. Quiebra su empresa y debe ir al pie, de su archirrival, Victor Von Doom, el villano de turno (Julian McMahon, el doctor sexópata de "Nip/Tuck") quien le financia una investigación espacial. Reed, con su socio y amigo, su antigua prometida pulposa (cortejada por el canalla) y el futuro cuñadito (un tiro al aire como todo cuñado que se precie de tal) parten al espacio, donde son atrapados por una tormenta iónica que los transforma radicalmente. Uno se vuelve elástico, la otra invisible, el otro se enciende (literalmente) y el otro se vuelve roca (también literalmente).

Juntos, los freaks quieren dejar de ser freaks, hasta que descubren que, a veces, hay algo peor que ser un freak, como por ejemplo, ser un humano esclavizado por un freak.

Esas líneas temáticas de la anormalidad y de la adaptación a un mundo hostil, es rozada por el guión con cierta levedad infantil. Tal vez por eso el personaje más interesante sea el de la Mole, abandonado por su amante esposa cuando se convierte en un fenómeno. Nos quedamos con las ganas de que el libro se hubiera metido con este estigma particular y se hubiera preguntado en voz alta si una persona puede dejarnos de querer cuando cambiamos nuestra apariencia o, mejor aún, si es que alguna vez nos quiso verdaderamente.

Bueno, no busquen sutilezas en "Los cuatro fantásticos". Ameno aperitivo, pero aperitivo al fin.

Un punto a favor de los efectos especiales, bien integrados a la trama, en dosis específicas. Y en tren de sutilezas, la baba cósmica del día de la fecha para Jessica Alba, en su versión rubia (uno que la recuerda de "Dark Angel", subida a los techos de Seattle, si mal no recuerdo, en “homenaje” a Cibersix), con enterito azul apretadito apretadito. Pero los que se estén sorbiendo la baba, esperen a verla en "Ciudad del pecado" que ya está llegando a las pantallas locales.

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Escenas: la del choque en el puente; la de transformación de antorcha en la pista de sky; la escena de la Mole y de la ciega en el bar. Frases: “¡Mírame!”, “No puedo”; “¡Llamas a mí!”; “¿Y qué si tenemos estos poderes por una razón?”.

CONSEJO: esperar al video, sin apuro.

26.7.05

Si el Cristianismo es el vino y el Islam café, el Budismo es ciertamente té. Sus efectos sedantes, su eficacia para despejar la mente y su sabor ligeramente amargo, le confieren cualidades parecidas a las del despertar, aunque la amargura corresponde a la agradable aspereza de la "textura natural" y el "camino intermedio" entre lo dulce y lo agrio. Mucho antes de que se desarrollara el cha-noyu los monjes zen usaban el té como estimulante de la meditación, y en esa circunstancia se lo bebía con ánimo de consciente falta de precipitación, lo cual naturalmente dio lugar a una acción de tipo ritual. En verano refrescaba y en invierno infundía calor a los errabundos monjes ermitaños a quienes les gustaba construir chozas de pasto y bambú en los bosques de la montaña, o al lado de arroyos llenos de piedra en el fondo de un barranco. La vaciedad y sencillez de la ermita taoísta o zen, donde nada tiende a distraer la mente, ha dado el ejemplo del estilo a seguir no sólo para el tipo especial de casa destinada al cha-no-yu sino para arquitectura doméstica japonesa en general.

La ceremonia monástica del té fue introducida en el Japón por Eisai y aunque su forma difería del actual cha-no-yu, ése fue su origen. Parece haber sido adoptada para usos seculares durante el siglo XV. Luego el cha-no-yu propiamente dicho fue perfeccionado por Sen-no Rikyu (1518-1595), de quien proceden las tres principales escuelas de té que hoy florecen. El té ceremonial no es el té corriente que viene en hojas y que se vierte en agua caliente; es un té verde finamente pulverizado, que se mezcla con agua caliente mediante un batidor de bambú hasta que se convierte en lo que un autor chino llamaba "la escarcha del jade líquido".

Cha-no-yu es apreciado sobre todo cuando se limita a un grupo pequeño o a sólo dos compañeros, y era especialmente estimado por los antiguos samurai —como hoy lo es por parte de los fatigados hombres de negocios— como franco escape del alboroto mundano.

ALAN WATTS
El camino del Zen

25.7.05

en la selva

MADAGASCAR

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"Madagascar" tiene todos los ingredientes que se les pide a una película de animación. Buen diseño visual, voces de famosos doblando a los personajes, gags con un guiño a los padres que pagan la entrada de los niños, referencias cinéfilas, personajes secundarios graciosos, una buena historia. OK. "Madagascar" tiene todo eso. Pero está un escalón debajo de "Los increíbles", por poner un ejemplo. Ojo. No es mala. Pero termina siendo un entretenimiento menor.

Marty es una cebra (¿o un cebro?) que vive en un zoo en el Central Park, con su amigo el ególatra león Alex, la jirafa hipocondríaca Melman y la rolliza hipopótama Gloria. Marty anhela conocer la vida salvaje, salir de las cuatro paredes de esa cárcel de lujo que es el zoológico y conocer el mundo. El día de su cumpleaños, patea el tablero y se marcha del zoo, siguiendo la ruta de escape de unos pingüinos vecinos. Alex, Melma y Gloria lo seguirán, para convencerlo de que regrese a casa. En el camino terminarán todos extraviados, en plena selva, viviendo con lemures fiesteros y escapando de feroces fossas (unas especie de hienas de Madagascar).

El problema de "Madagascar" es que no queda del todo claro cuál es la historia que cuenta. ¿Cuál es la tesis del filme? ¿Qué hay que adaptarse al lugar en el que nos toca vivir? ¿Qué todo lugar extraño es mejor, sólo porque no lo conocemos? ¿Qué no hay que escupir para arriba? ¿Qué no importa el lugar en que uno viva, si no la gente que nos rodea? ¿Qué la civilización no está tan mal después de todo y que la lucha por la supervivencia puede ser un infierno? ¿Qué no hay nada peor que seguir nuestros instintos sin domesticarlos?

Cada uno de estas preguntas pudo ser una película distinta. Y como "Madagascar" no las responde, se queda a mitad de camino, no termina de brillar como película de animación distinta, porque le falta esa segunda línea interpretativa que suelen tener los productos de Pixar, por ejemplo.

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Igualmente, "Madagascar" es una buena película de animación y una de esas que disfrutan grandes y pibes, por igual. La película se la roba la viejita karateca de la estación de ferrocarril (¿dónde la vi antes? ¿en qué otra película de animación?) y Julien III, el decadente monarca de los lemures. Anoten el hit musical del año: "I like to move it, move it, She like to move it, move it, He like to move it, move it , You like to... move it!". Una distinción a los pingüinos (sin ningún doble sentido partidario) y al mono que traduce en lenguaje de señas.

Más de una referencia cinéfila (¡que posmos que estamos!). Yo encontré éstas: "Misión Imposible", "Carrozas de fuego", "África mía", "Belleza Americana", "National Geographic", "Naufrago".

Escenas: la persecución en la estación de tren; la fiesta rave de los lemures; la paliza de la viejita; los operativos comando de los pingüinos; el mordisco de Alex a Marty; el viaje alucinógeno de Alex, al ser inyectado con un dardo narcótico. Frases: "Los pingüinos se están yendo. ¿Por qué yo no?", "Marty, los pingüinos son psicóticos"; "Esto es una porquería"; "Tengo 10 años y todavía no sé si soy negro con rayas blancas o blanco con rayas negras"; "Skipper, ¿crees que debemos decirle que el barco no tiene gasolina?", "No. Sólo sonríe y manténte flotando"; "¡Aaaaah! ¡Naturaleza toda a mi alrededor! ¡Fuera!"; "Escuché que hay una conferencia de Tom Wolfe en el Lincoln Center", "Bien. Por supuesto iremos a arrojarle po-po"; "¿Qué es un pequeño mordisco entre amigos?"; "¡Me estás mordiendo el trasero!", "No. Yo no soy", "¡Callate Spalding!".

CONSEJO: fanáticos de la animación, ir a verla. El resto, esperar al video.

24.7.05

linkdos

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Varios sitios para recomendar de amigos de esta página. En primer lugar, recomendamos "Arte histriónico y Lúdico" (www.artehistrionico.com.ar, http://artehistrionico.ar.gs), un sitio para todos aquellos relacionados con la actuación, con todas las convocatorias.

Desde Rosario, "R'evolución Compartida" (revolucioncompartida.blogspot.com), el weblog de Ale, amigo de Libreta Chatarra. Un más que interesante sitio con apuntes de cine y literatura. Recomendamos el post reciente de "El regreso del caballero nocturno". Sin desperdicios.

Nuestro amigo, Sergio Sosa, nos participa que está en línea la página provisoria de su espacio de producción fotográfica, ONEPHOTOSPACE (http://www.onephotospace.com) que se suma a las actividades de servicio de imágenes que venía ofreciendo habitualmente. Este sitio está abierto no sólo a sus propias producciones si no a los de aquellos que no cuenten con espacio propio, con descuentos para alumnos, ex alumnos y socios del Foto Club Buenos Aires.

Difundan y recomienden. Mucha suerte a cada uno de ellos.

22.7.05

patología de la normalidad

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LA DAMA DE HONOR

Claude Chabrol tiene un modo particular de contar historias que vale la pena destacar. Para el espectador apurado, Chabrol es un especialista en contar policiales lentos y sin sorpresas. Error. A Chabrol lo que menos le interesa es la historia policial que cuenta en primer plano. Es casi un detalle accesorio, una anécdota. Chabrol es un especialista en contar lo que está en el borde, el fondo, el entorno en segundo plano. Esfuma el conflicto latente, lo que se esconde, lo que se esfuerza en ser ocultado, aquello que asoma en una frase inconclusa, un diálogo incoherente, un gesto o una mirada. Si ese estilo puede resultar agobiador o hasta incluso aburrido, es porque exige una sutileza de percepción del espectador que no es frecuente en estas épocas de mensajes masificados y precodificados.

Chabrol parece repetirse en su estilo. ¿Pero qué otra cosa es si no el estilo de un director, su matiz peculiar, su toque característico? Sin rasgarse las vestiduras, sin arrojarse por la ventana en un éxtasis místico de cinematografía, vale rescatar el trabajo artesanal de este director francés, ese estilo de sugerir, de presentar trozos incompletos de una historia, que perfilan algo más horroroso detrás, en el subsuelo de lo que se está contando.

"La dama de honor" tiene todos esos rasgos del estilo Chabrol. La historia que está en la superficie es la de Philippe, un joven responsable, buen hijo y buen hermano, que se enamora de una mujer fatal con un par de chapas sueltas, que le propone cuatro cosas para cimentar su amor: plantar un árbol, escribir un poema, acostarse con alguien de su mismo sexo y matar a una persona. Como sospecharán, Senta, la mujer fatal, no tardará en poner su teoría en práctica, para sorpresa de su incondicional amado.

Así, en esta aproximación primera, el filme es un policial de corte psicológico, la descripción de una psicopatía. Pero rascando esa historia contada linealmente, sin demasiadas novedades, está la otra historia, la del pasado que se vislumbra en el protagonista. Philippe ha reemplazado al padre en el hogar netamente femenino. Se ha convertido en el sostén económico y en la guía moral de sus hermanas. Atrás se adivina el incesto, la relación vampírica de una madre que asume actitudes de amante, más que de progenitora.

Lo peculiar del estilo de Chabrol es que esto se sugiere en miradas, gestos, palabras incompletas que, por sí solas, no explican nada. Yuxtapuestas, amontonando los pedacitos de información que el director ha desperdigado en la trama banal, se completa el cuadro y adivinamos que lo que se quiere ocultar es más fuerte que el crimen que ocupa el primer plano. Todos tenemos cadáveres en el placard. Todos tenemos un lado oculto que escondemos bajo la máscara de la normalidad. Esa es la especialidad de Chabrol: describir la patología de la normalidad.

Al vampiro maternal que esclaviza a Philippe se le opone otro vampiro, la mujer fatal, Senta, que lo manipula con la misma precisión que su madre. Pero no es todo un juego de mujeres fatales, si no que Philippe participa de ese juego, mueve los hilos, anhela que el lado oscuro que despliega Senta lo cubra. Su alternativa es una normalidad, tan gris, tan mediocre, tan estandarizada y previsible que toda alteración de esa certidumbre es ideal. Esa normalidad es tan siniestra como el juego mortal que le ofrece Senta.

Para montar este mecanismo de sugeridos, Chabrol se apoya en la puesta en escena, en la interpretación de sus actores y en los ambientes. La inestabilidad de los personajes se observa en las respectivas casas. En la de Philippe, la decoración casi kitsch, lo ubica socialmente, pero también psicológicamente. La norma de la mediocridad. El apunte fetichista del busto (¿la mujer ideal? ¿el sueño de libertad?), con la decisión castradora de la madre, al regalarlo, es todo un hallazgo para identificar que hay algo que no cierra en la aparente serenidad de Philippe.

El ambiente de Senta no es menos importante. El caserón degradado, la residencia de ella en un sótano húmedo, la madre (no madre, si no tía) que vampiriza a otro hombre, más joven, en un piso superior, la degradación y las capas de humedad que se adivinan, proyecta la inestabilidad psíquica del personaje y el curso de colisión que lleva.

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En un elenco muy parejo se destacan las mujeres: Aurore Clément (la madre de Philippe) y Laura Smet (Senta). Lo de Smet es para señalar, por la sensualidad tosca que impone el personaje. A veces débil, en otras brutal, camina por la cuerda floja sin perder esa dimensión dual y perversa. El chimento social: Laura Smet es la hija de Nathalie Baye, la muy buena actriz de "Una relación particular", y de Johnny Hallyday, actor y rockero francés.

CONSEJO: puede esperarse al video, sin mengua. Para seguidores de Chabrol, ir a verla.

21.7.05

James Doohan (1920-2005)

“De un viejo ingeniero a otro: gracias, Scotty”
NEIL ARMSTRONG
febrero de 2004

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¿Qué mejor el día que el del aniversario de la llegada del hombre a la Luna para emprender el último vuelo, para encarar la frontera final? James Doohan, para todos los trekkies, Montgomery Scott, el Ingeniero en Jefe de la Enterprise, falleció a los 85 años, mientras dormía, en Redmond (Washington). Una neumonía, agravada por el mal de Alzheimer que lo tenía recluido, fue la causa final de su deceso. Sus familiares anunciaron que el cuerpo será cremado y sus cenizas enviadas al espacio.

Pera todos los fanáticos de “Viaje a las estrellas”, sin embargo, sabemos que James Doohan – Scotty partió de la bahía de carga del otro Enterprise, el comandado por el Capitán Jean-Luc Piccard, piloteando un transbordador con el que burló su destino de dinosaurio en retiro efectivo.

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20.7.05

cantando bajo la lluvia (III)

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El mismo guión de “Cantando bajo la lluvia” sugiere una segunda lectura política. Kathy Selden permanece en la sombra, como la voz de Lina Lamont, la estrella de voz de pito que la obliga, presiones legales mediante, a figurar en un anónimo segundo plano. No parece demasiado descabellado relacionarlo con los guionistas incluidos en las listas negras que debieron sobrevivir a la sombra de un testaferro que ponía su nombre para eludir la censura. Una voz detrás del telón, una voz que habla con la cara de otro, condenado a vivir tan oculto como anónimo.

Pero hay otra “clave”, la antológica escena de Gene Kelly chapoteando en la vereda inundada por la lluvia, con el tema musical que da nombre al film y cuya letra fue ligeramente modificada para ese cuadro musical. (Otro dato: en los títulos, bajo los nombres de Condem y Green, una leyenda agrega: “Película inspirada en la canción ‘Cantando bajo la lluvia’”).

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La escena empieza cuando Don Lockwood (esa mezcla de Ramon Novarro y Douglas Fairbanks que interpretaba Gene Kelly en el filme) se despide de Kathy Selden en el porche de la casa de la joven. “Cuídate de esta lluvia de California. Es inusualmente copiosa” le advierte Kathy, al despedirlo. Lockwood deja el umbral de la casa de la chica, cierra el paraguas y se enfrenta a la lluvia, con una sonrisa, abriendo los brazos.

Cantando bajo la lluvia
sólo cantando bajo la lluvia
¡Qué glorioso sentimiento!
¡Soy feliz otra vez!
Me río de las nubes
tan oscuras allá arriba
El sol está en mi corazón
y estoy listo para el amor.
Deja que las borrascosas nubes persigan
a todos, en cualquier lugar.
¡Que venga la lluvia!
Yo tengo una sonrisa en mi cara.
Cruzaré la calle
con una feliz canción.
Y cantando, sólo cantando bajo la lluvia.


La euforia de Gene Kelly es interrumpida por la presencia de un policía de mirada desaprobatorio. Se encoge de hombros y, sin perder su sonrisa, deja la calle, no sin antes regalar su paraguas a un desconocido.

¿Cuáles son los nubarrones que enfrenta Kelly con una sonrisa? ¿Por qué justamente un policía es el encargado de cortar el baile de Kelly? ¿Por qué Kelly no necesita un paraguas que cede a un transeúnte, más necesitado que él?

Para más de uno, este cuadro musical de “Cantando bajo la lluvia” es un tiro por elevación a la persecución política que diezmó Hollywood en esos años. Vale leer entre líneas y valorar los mensajes subliminales existentes en una comedia musical, aparentemente (sólo aparentemente) neutral.

Mientras, sólo nos queda bailar y cantar bajo la lluvia, con una sonrisa en el rostro y un sol en el corazón.

FUENTES:

www.us.imdb.com

www.bsospirit.com

19.7.05

cantando bajo la lluvia (II)

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Entre junio y noviembre de 1951 se rodó “Cantando bajo la lluvia”, tal vez el mejor musical de la historia del cine. Dirigida por Stanley Donen y su protagonista, el gran Gene Kelly, contó con Debbie Reynolds, Donald O’Connor y Jean Hagen en los papeles principales. Entre otros nombres del extenso elenco, cabe mencionar a Cyd Charisse, bailarina de largas y hermosísimas piernas.

“Cantando bajo la lluvia” puede ser vista como un nostálgico homenaje al cine, un tierno guiño a esos primeros pasos vacilantes del cine sonoro, sobre los que el musical se elevaría en las décadas siguientes. Pero, además, en una segunda línea interpretativa, puede decodificarse un duro alegato contra la histeria anticomunista de la caza de brujas del maccartismo.

Gene Kelly era miembro del Comité Democrático de Hollywood, organización liberal de fuerte crítica a la acción de los comités legislativos. La esposa de Kelly, Betsy Blair declaró ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas como testigo hostil, por lo que fue incluida en las listas negras de la industria, perdiendo toda oportunidad de trabajar. Kelly abandonaría el país, en el ’52, tras el estreno de “Cantando bajo la lluvia”, esquivando cualquier citación del Comité Wood.

Betty Condem y Alfred Green, los guionistas de “Cantando bajo la lluvia”, habían integrado un grupo teatral con obras de fuertes críticas sociopolíticas, “The Revues”. Dos integrantes del grupo, Judy Hollyday y Alvin Hamet, habían sido llamados a declarar ante la comisión e incluidos, también, en las listas negras.

(continuará)

18.7.05

cantando bajo la lluvia (I)

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Mayo de 1950. Época de cazas de brujas en los Estados Unidos de la Guerra Fría. El nefasto senador Joseph McCarthy y la Comisión de Actividades Antiamericanas estaban en la cresta de la ola, arruinando la vida de actores, directores y escritores de Hollywood acusados de comunistas. Algunos (como Gary Cooper, Walt Disney o Ronald Reagan) colaboraron de buena ganas con la Comisión; otros se quebraron públicamente ante la fuerte presión, como el paradigmático caso de Elia Kazan quien terminó denunciando a otros compañeros; los hubo quienes se negaron a declarar y perdieron su trabajo; otros prefirieron el exilio (o el suicidio, esa otra especie de exilio, como John Garfield).

Esos vientos soplaban en Hollywood, cuando los guionistas Betty Condem y Adolph Green asistieron a una reunión de trabajo con Arthur Freed, jefe de producción del departamento de comedias musicales, el genio de la MGM, responsable de títulos como "Un día en Nueva York", "Un americano en París", "Melodías de Broadway", entre otras películas que le cambiaron la cara al género. El motivo de la reunión: desarrollar una nueva película. No había nada escrito, casi ninguna idea, apenas un puñado de canciones clásicas que el mismo Freed había compuesto con Harb Nacio Brown veinte años antes. Una buena oportunidad de refrescar clásicos con gran llegada a la gente.

Como la mayoría de los temas pertenecían a la época del inicio del cine sonoro, a Condem y Green se les ocurrió que la nueva película transcurriera en esos tiempos. Charlando con los viejos técnicos del estudio se desparramaron cientos de anécdotas graciosas, con los inconvenientes que acarreó la nueva tecnología. Douglas Shearer, el primer técnico de sonido de la Metro, recordó los problemas que traían los micrófonos escondidos en apliques florales, sobre el pecho de las actrices, que registraban los latidos del corazón o la falta de sincronía entre el sonido y la imagen que lograba, por momentos, que los actores hablaran con voz aflautada y las divas con un grueso vozarrón.

Betty Condem y Adolph Green habían dado con un filón. La película se escribía sola. Lo único que faltaba era ponerle un título. Tomaron el nombre de uno de los temas, estrenado en 1927, en el musical “Hollywood Music Box Revue” que ya había sido usado en tres películas antes de ser el emblema del nuevo musical: “Cantando bajo la lluvia”.

(continuará)

keep walking

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Confiando en nuestros recuerdos o confiando en que nuestra mente actúe por sí misma, se llega a lo mismo: en última instancia tenemos que actuar y pensar, vivir y morir, desde una fuente que está más allá de todo "nuestro" conocimiento y control. Pero esta fuente somos nosotros mismos, y cuando comprendemos que es así ya no nos enfrenta como un objeto amenazante. Por más cuidado y titubeo que tengamos, por mucha que sea la introspección y la averiguación de los motivos, finalmente no habrá ninguna diferencia en el hecho de que la mente es.

En última instancia, la única alternativa de una aterradora parálisis es saltar a la acción sin pensar en las consecuencias. La acción realizada con este espíritu puede ser buena o mala con respecto a las normas convencionales; pero las decisiones que tomamos en el nivel de las convenciones deben apoyarse en la convicción de que todo lo que hacemos, todo lo que nos "ocurra", sea lo que fuere, en última instancia está "bien". En otras palabras, debemos hacerlo sin "segundos pensamientos", sin la arrière-pensée del lamento, la duda, el titubeo, o la autorrecriminación. Así, cuando a Yün-men le preguntaron "¿Qué es el Tao?", contestó sencillamente: "Sigue caminando (ch'üf)."

ALAN WATTS
El camino del Zen

15.7.05

papá Adolf

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LA SECRETARIA DE HITLER

Como documental, “La secretaria de Hitler” es poco más que mediocre. Una cámara puesta delante de una persona, sin otro recurso más que la palabra y la edición, para condensar horas de grabación en escasos noventa minutos. En alguna ocasión, André Heller y Othmar Schmiderer (directores del filme) se atreven a algún truco visual, que rompa la morosidad de la palabra constante y el primer plano. La protagonista se mira a sí misma, en un televisor. Salvo ese recurso (prontamente abandonado), el resto es el registro de un testimonio.

Como documento histórico, en cambio, “La secretaria de Hitler” es fundamental.

Acá tenemos el testimonio, sin filtros ni interpretaciones en el medio, de Traudl Junge, la joven muniquesa que fue la secretaria personal de Hitler, en el búnker donde el genocida terminó sus días con un tiro en la sien. Ésta es una de las fuentes de “La caída”, la muy buena traducción cinematográfica de esos días nefastos.

Junge no aporta datos de importancia bélica. No hay nombres de batallas ni despliegues de tropas, ni tácticas de guerra. Su aporte es detallar la trama psicológica del hombre que llevó a Alemania a su hora más oscura. Y lo hace desde el punto de vista de quien se vio seducida por el carisma de un asesino. Las palabras de Junge se deslizan de sus labios como cuchillos filosos: siente, aún entonces, octogenaria ya, la pesada carga de la inconsciencia juvenil.

Varios puntos para destacar del relato de Junge, para analizar cómo un país cae en la oscuridad, la obsecuencia, el delirio. Es peculiar el “sacrificio” del pueblo alemán que tuvo que reponerse a su sentimiento piadoso para seguir adelante con la persecución a los judíos. “Hitler nos decía que debíamos ser fuertes, aún superar la compasión que nos hacía dudar, porque debíamos hacer ese sacrificio para alcanzar un objetivo mayor” es la idea que desliza en algún momento del filme.

Otro punto: el rasgo patológico de Hitler, más interesado en el superhombre, en la humanidad, que en los individuos en especial. El ideal superior al valor individual de la vida humana. Si reemplazamos la categoría “nazismo” por “terrorismo islámico”, “maoísmo”, “comunismo”, “neoliberalismo”, “marxismo revolucionario”, “fascismo”, nos encontramos con el mismo esquema maquiavélico. No es cierto que el fin justifique los medios; no es cierto que en política, una vida humana tenga menos valor que la de cientos. Síntoma de que estamos en presencia de una dictadura: cuando empezamos a estimar el número de muertos por el “interés general”.

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Un rasgo interesante psicológico. Junge provenía de un hogar de mujeres: ella, su hermana y su madre habían sido abandonadas por su padre. Para Junge, su primera salida del hogar es a Berlín, para trabajar como secretaria. Poco después es seleccionada para dar una prueba en el búnker de Hitler, como secretaria. Junge se rinde, desde un primer momento, al buen trato y modales cariñosos de Hitler. Junge encuentra al padre que ha perdido. Interesante lo que contesta cuando Hitler expresa sus dudas de elegir una secretaria joven, por la posibilidad de que se case y tengan que reemplazarla. “No se preocupe por eso, señor. He pasado mis últimos 22 años sin necesidad de un hombre”. Parece algo más que un acto fallido. El único bache en la memoria de Junge, son los momentos siguientes al suicidio de Hitler. El primer recuerdo de Junge, posterior a su muerte, fue entrar al comedor del búnker, observar a todos preparando la forma en la que se van a matar y sentir un profundo odio hacia Hitler, un profunda indignación, “por habernos abandonado y habernos dejado solos, en esa trampa”. ¿Junge se refiere a Hitler o a su padre? Juegos de la mente, señor Freud.

Un par de apuntes interesantes para el manual del psicópata: el deseo de Hitler de no tener, en sus habitaciones del búnker, flores, porque no le gustaba estar “rodeado de cadáveres”. Otra: la palabra “judío”, casi no era pronunciada por Hitler ni por otras personas en el búnker.

Una última acotación. Junge recuerda que el pueblo alemán tardó casi una década en reconciliarse con su pasado, en ponerse a examinar esos años de locura homicida. Ella lo sepultó, desvió su pasado, hasta que un día pasó frente a la estatua de Sofie Scholl, una joven que murió resistiendo a Hitler. Al morir, tenía 22 años, la misma edad que Junge cuando entró a trabajar en el búnker. “La edad no era excusa para no saber” dice.

Junge llevó el peso de haber trabajado para Hitler (peor aún, haberlo admirado) durante muchos años. Ocultó su pasado, hasta antes del final. Jubilada en forma anticipada, por una severa depresión, Junge contó en 2001 su historia, en una serie de charlas, grabadas y resumidas en esta película. Junge falleció de cáncer en 2002, el mismo día que “La secretaria de Hitler” era estrenada en el Festival de Berlín. “Creo que por primera vez, estoy empezando a perdonarme” le dijo a los directores del filme, horas antes de su muerte.

Frases: "Él era un agradable hombre mayor que nos dio la bienvenida en forma realmente amistosa. Pensé que estaría en la propia fuente de todos los acontecimientos, pero en realidad estuve en un punto ciego"; “¿Cómo estás querida Traudl? ¿Has podido descansar un poco? Quiero que tomes un dictado. ¿Puedes hacerlo? Mi Testamento"; “Pensé: ‘Ahora sabré lo que realmente pasó’. Pero todo eran viejas frases como que los judíos eran los responsables... fue enloquecedoramente insensible”; “Algunas veces pienso que si tuviese la oportunidad de conocer a Hitler de nuevo, le preguntaría: ‘si descubriera que tiene sangre judía en su árbol genealógico, ¿se habría asfixiado con gas?’”; "Cuánto más vivo, cuánto más vieja me pongo, más profundo es mi sentimiento de culpa"; “Hoy puedo decir que él era un verdadero criminal”.

CONSEJO: apuntar para el video. Imprescindible.

es lo que hay

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“Es lo que hay”, el magazine radial tan parecido a los demás que ni te vas a dar cuenta.

Viernes de 20 a 22 hs
Radio Cadena Sol FM 89,5 MHZ (www.fmcadenasol.com.ar)
Uruguay 459, piso 4
Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Con este equipo de lujo que afloja en cualquier cancha:

CONDUCCIÓN: Gabriel Delgado – Pablo D’Alessandro

PARTICIPACIONES: Melina Israelski

GUIONES: Marcelo De Biase - Pablo D’Alessandro

PRODUCCIÓN: Gabriel Pisano

¡No nos dejen solos!

14.7.05

kvass

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MOSCU (The New York Times).- Es amargo, con gusto a café y gaseoso, y deja un sabor parecido al del pan de centeno, pero basta con preguntar a cualquier ruso cuál es la mejor forma de apagar la sed en un caluroso día de verano y la respuesta siempre será un kvass.

Hecho de centeno, azúcar de remolacha, levadura y pan añejo, muchos rusos consideran al kvass como el mejor refresco de Rusia, mejor que los que ofrece Occidente. Su popularidad aumentó vertiginosamente con la oleada de nostalgia por la era soviética.

"Está hecho con levadura, que es buena para la salud -dice Nina Lomakina, vendedora de kvass cerca de la estación Belyavo del metro, en el sur de Moscú-. Tengo clientes todo el día, cada día. Un bochka (barril) contiene 185 galones, y si hace calor puede venderse todo en un día."

Y es entonces, en verano, cuando los fabricantes de kvass empujan tanques anaranjados o amarillos para vender la bebida ligeramente alcohólica cerca de estaciones del metro y parques públicos en toda la ciudad. Rusos de todas las generaciones hacen fila para comprar un vaso.

"Es natural y lo prefiero al agua cuando hace mucho calor", dice Andrei Striltsov, mientras espera a que un vendedor llene su envase familiar.

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Las babushkas lo toman mientras arrastran el carrito de las compras. Los hombres que vuelven a sus casas del trabajo y se paran en el camino a hablar con algún conocido, también toman esa especie de cerveza oscura sin filtrar, servida en vasos de plástico. Los chicos esperan pacientemente en las veredas para que les rellenen las botellas vacías de Coca-Cola para la comida.

"Es nuestra bebida, mejor que la Coca o la Pepsi. La tomamos en nuestra infancia y nos sigue encantando cuando envejecemos", dice Nadia Belagrudova, que maneja un barril con ruedas cerca de la estación Aeromotorskaya del metro, justo en el límite del centro de la ciudad. Un vaso de plástico cuesta 6,50 rublos, 0,23 dólar. También es posible comprarlo envasado: Linnus Kali, Gutta, Sencu, Rïga 800, Ilguciema, Tevzemes y Visai gimenei son algunas de las marcas.

La tradición bien vista

Según la leyenda, los cazadores eslavos inventaron el kvass hace más de mil años, cuando comenzaron a fermentar agua hirviente y pan añejo. Se impuso rápidamente y se convirtió en un elemento básico en los banquetes de los primeros zares.

Para contrarrestar la resaca, los campesinos lo bebían de un trago. Por siglos, las mujeres rusas lo han usado como base para una sopa fría llamada okroshka. En los días de la Unión Soviética, la bebida café oscuro se consideraba la Coca-Cola del comunismo, y generaciones de ciudadanos soviéticos hicieron fila en las veredas para llenar sus vasos en quioscos de kvass cuando no había forma de encontrar refrescos occidentales.


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(...)

Las ventas del kvass aún no son tan altas como lo fueron en los días del comunismo, pero han aumentado marcadamente, dijeron analistas del mercado de las bebidas en esta ciudad. Según el Departamento de Bienes de Consumo del Ayuntamiento, este verano Moscú tendrá en las calles 950 barriles de kvass registrados. Esto no incluye muchos restaurantes rusos donde los clientes pueden ordenar un kvass en lugar de una Coca.

No obstante, a algunos de los no iniciados les lleva tiempo acostumbrarse al sabor amargo. "El kvass siempre será popular entre los rusos, pero en realidad a los extranjeros no les gusta mucho. Es más frecuente que pidan sus bebidas, las que pueden obtener en sus propios países", dice Ekaterina Grekova, gerente del restaurante Yolky Polky, en el centro de Moscú. Muchos rusos han perfeccionado el arte de hacer kvass en casa, pero la mayoría prefiere comprarlo en los barriles callejeros.

(la nación, 12.07.05)

13.7.05

Montecristo

Triste historia la de un zapatero de París, François Picaud. En vísperas de su casamiento con la bella Margarite Vigoroux, en 1807, fue conducido a prisión, falsamente acusado de ser un espía inglés. El acusador se llamaba Mathieu Loupian, ex novio de Margarite, que formuló tan infame denuncia acuciado por los celos. Napoleón Bonaparte llevaba por entonces tres años en el trono de Francia y sus jueces, sin investigar demasiado, condenaron a Picaud a siete años de prisión. En la cárcel, el desdichado zapatero hizo amistad con un anciano sacerdote, ya enfermo de gravedad, que poco antes de morir le confió el sitio en que había escondido, secretamente, un cofre que contenía una inmensa fortuna en oro y joyas. Liberado en 1814, Picaud dio con el tesoro, volvió a París bajo la apariencia de rico aristócrata y emprendió una sangrienta venganza: mató a Loupian y a cuantos habían prestado testimonio en su contra, pero en uno de esos enfrentamientos también él resultó muerto.

Las verdaderas circunstancias que derivaron en tan feroz escarmiento fueron conocidas en 1838 e inspiraron al escritor francés Alexandre Dumas (1802-1870) para producir su novela El conde de Montecristo, que publicó en 1845, un año después de Los tres mosqueteros. Dumas alteró sustancialmente los hechos verdaderos: el protagonista del libro se las ingenia para ocupar, en reemplazo del cuerpo del sacerdote, el saco que los carceleros echarían al mar, para luego desprenderse de él, alcanzar a nado la costa y así consumar la fuga. Unos 45 kilómetros al sur de la isla de Elba, en el mar Tirreno, hay minúsculo islote, Montecristo, y es allí donde el autor imaginó la ubicación del tesoro.

NORBERTO FIRPO
(la nacion, 10.07.05)

12.7.05

el cine y su música

(c) Jorge Luis Viera

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Alfred Hitchcock's MUSICA PARA MATAR
Acerca de Dial M for Murder: A History Of Hitchcock (Silva Screen FILMCD 137), To Catch a Thief: A History Of Hitchcock II (Silva Screen FILMCD 159) y algunas versiones originales.
Aquella figura inconfundiblemente regordeta, enfundada en un traje negro que se acercaba a nosotros desde la eterna pantalla del televisor cada semana para saludarnos desde su programa de tevé con un lacónico " Buenas tardes " no es otro que quien practicamente inventara el miedo en el cine, nos referimos, claro, al Mago del Suspenso, Sir Alfred Hitchcock, que siempre es merecedor de un homenaje.
Este artículo intentará realizar un paseo por su filmografía deteniéndonos especialmente en aquellos músicos que acompañaron su trabajo de forma destacada. El lector interesado puede encontrar una apretada pero interesante síntesis musical en los recopilatorios editados por Silva Screen Dial M for Murder: A History Of Hitchcock (Silva Screen FILMCD 137) y To Catch a Thief: A History Of Hitchcock II (Silva Screen FILMCD 159). También puede encontrarse una edición doble de estos álbumes bajo el título de Psycho: The Essential Alfred Hitchcock (Silva Screen FILMXCD 320).
Para comenzar, digamos que si nos lo ponemos a pensar detenidamente, encontraremos que la carrera del eximio director inglés comenzó en realidad en 1904, cuando sólo tenía cinco años y su padre lo envió a una seccional policial con una nota. El comisario, al leerla, lo encerró de inmediato en una celda advirtiéndole: Esto es lo que le pasa a los chicos que se portan mal. Allí y tal vez para siempre, el miedo se hizo carne por primera vez en el pequeño Alfred y de un solo revés moldeó al artista que tan bien supiera transmitirlo.
Ya en el cine sonoro, uno de sus primeros éxitos –que lo lanzara a la fama en su Inglaterra natal– fue The Thirty Nine Steps, de 1935, película que ya nos muestra al habitual protagonista hitchcockiano, aquel acusado injustamente de un crimen que no cometió. La Banda Sonora de este divertido film pertenece a Jack Beaver y Louis Levy.
A la hora de contar éxitos en el cine podemos afirmar sin pudor que el Mago del Suspenso se cansó de ser exitoso. Nada más piensen por un momento en este título de su período inglés que ya es antológico, The Lady Vanishes, de 1938. Increíble suceso de boletería que le aseguró a Hitchcock nada menos que su inclusión en el cine norteamericano. La música también pertenece a Louis Levy junto con Charles Williams.
La relación entre Sir Alfred Hitchcock y el famoso productor David O’ Selznick comienza cuando éste le propone ser el director del film Rebecca, casi un cuento de hadas en donde una dama de compañía (Joan Fontaine) es desposada por un Lord inglés (Sir Lawrence Olivier) quien se atormenta con el recuerdo constante de su primera esposa, fallecida misteriosamente. En la fastuosa mansión de Manderley, la joven se deja dominar y aterrorizar por su Ama de llaves, la Sra. Danvers, quien también está obsesionada con el recuerdo de Rebeca. La música de este excelente film fue realizada por Franz Waxman, quien hasta su asociación con el gran Bernard Herrmann fue quien mejor complementó profesionalmente al particular director.
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Ya afincado luego de este éxito en la industria norteamericana, el gran Hitch –cómo gustaban decirle en los Estados Unidos- trabajaría también con otros importantes valores de la composición musical. A saber: Alfred Newman (Foreign Correspondent. 1940). Franz Waxman (Suspicion. 1941, The Paradine Case. 1947, Rear Window. 1954). Dimitri Tiomkin (Shadow Of a Doubt. 1943, Strangers on A Train. 1948, Dial M for Murder. 1954). Hugo Friedhofer (Lifeboat. 1944 –Sólo un breve tema en los títulos de crédito-.) y Roy Webb (Notorius. 1946). Entre estas colaboraciones destacamos especialmente Spellbound, de 1945, el film que el gran director dedicara al psicoanálisis y que fuera protagonizada por Ingrid Bergman y Gregory Peck. Esta película cuenta con la especial colaboración en la secuencia onírica del pintor Salvador Dalí. Su bellísima banda sonora, compuesta por el maestro Miklós Rozsa fue ganadora de un Oscar de la Academia.
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Continuemos con la música de un film que bien podríamos definir de vacacional. ¿Cómo es esto?. En To Catch a Thief de 1955, con Cary Grant y Grace Kelly (la pareja favorita del director) los protagonistas se ven envueltos en la intriga y el romance de una aventura situada en la Riviera Francesa en la que Kelly (una rica heredera) sospechará que su apuesto pretendiente (Grant) no es otro que John Robie "El Gato", un ladrón internacional de joyas. Entre los muy bellos paisajes de la Riviera, llenos de lujo y sofisticación, es más que apropiada la banda sonora que realizara el compositor Lyn Murray.
Sin duda, el período más fructífero del director es aquel en el que comenzó a trabajar junto con el compositor Bernard Herrmann, desde su primera colaboración, The Trouble With Harry (1955). Le siguen, The Man who Knew too Much, también de ése año, donde el compositor hará su debut actoral como el director de la London Symphony Orchestra en el Royal Albert Hall de Londres y The Wrong Man (1956) un claro antecedente compositivo de su genial Taxi Driver.
A pesar de estos éxitos Herrmann ya era famoso en la industria por su carácter difícil, que le llevó a enemistarse con casi todo Hollywood. A pesar de esto juntos trabajaron en nueve películas y un buen número de cortos para tevé, siendo hoy casi todas sus bandas sonoras obras maestras que marcaron una época.
Luego de participar en North by Northwest (1959), Herrmann realizará una de las bandas de sonido más inolvidables de la historia del séptimo arte: Psycho (1960), uno de los films más emblemáticos de Sir Alfred.
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Realizado con el presupuesto asignado a un telefilm –de hecho, iba a emitirse por ése medio. Contó con la excelente interpretación de Anthony Perkins– hasta entonces un galán juvenil –como Norman Bates, propietario de un Motel familiar semiabandonado quien mantiene una ambigua relación con su madre enferma. Herrmann, desoyendo las indicaciones del director –que pretendía que sus imágenes fuesen acompañadas por música de jazz– realizó una expresiva partitura para cuerdas, que definió como música en blanco y negro para un film en blanco y negro. Este trabajo, conducido por su autor puede encontrarse a través del sello Unicorn (Unicorn-Kanchana UKCD 2021), también una excelente versión de Joel Mc Neely al frente de la Royal Scottish National Orchestra por Varese (Varese Sarabande VSD 5765),una brillante adaptación de Danny Elfman y Steve Bartek para la versión dirigida por Gus Van Sant (Virgin Records America, Inc. 72438 47657 2 9) y en gran cantidad de recopilatorios.
Vértigo, de 1958, es otro de los títulos que importan a la hora de reseñar la trayectoria de Alfred Hitchcock, la historia, basada en la novela de Boilleau y Narcejac De Entre los Muertos, cuenta la historia del detective Scottie Ferguson (James Stewart), quien, en medio de un caso, se enamora de Madeleine, una cliente que posteriormente morirá. Es entonces, cuando Scottie, obsesionado, decide recrear a Madeleine en la persona de Judy, una sencilla joven enamorada de él. Tan oscura como romántica, la Banda Sonora original de Vértigo puede encontrarse editada en CD a través de los sellos Mercury (Mercury Records 422 106-2) en su edición original y Varese Sarabande (Varese Sarabande VSD 5759) en su versión extendida.
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No olvidemos tampoco la vanguardista banda sonora de The Birds (1963), película que no contiene ningún tipo de música melódica y que es acompañada solamente por efectos de sonido electrónico dispuestos por Herrmann con sintetizadores.
Un comentario aparte merece la excelente banda sonora que compuso para Torn Curtain (1966), que el director inglés terminó descartando en favor de otra más comercial del reciente ganador del Oscar de la Academia John Addison (por el film Tom Jones). Torn Curtain fue un fracaso de taquilla y marcó el declive del Mago del Suspenso mientras que la banda sonora de Addison no estuvo en absoluto a la altura del film y ni siquiera se vendió bien.
En tanto, Hitchcock y Herrmann no volvieron a hablarse nunca más.
Podemos terminar definiendo la historia de este binomio con una frase de Bernard Herrmann : "Hitchcock sólo acaba el sesenta por ciento de sus películas, yo tengo que finalizar el resto por él". Mal carácter. ¿No es cierto?.
Posterior a su asociación con Herrmann y ya promediando su carrera Hitchcock confiaría a distintos compositores las bandas sonoras de sus films. Así Maurice Jarré lo acompañaría en Topaz (1969) y Ron Goodwin en la excelente Frenzy (1972), ocupando el lugar que correspondía a Henry Mancini.
Para finalizar, hay un título en que debemos detenernos y es el de su último film que pertenece al año 1976, Family Plot (cuyo tema principal también encontramos en Varése Sarabande VCD 47225). En este último guiño cómplice a sus espectadores, Hitchcock centra su historia en una falsa médium y su marido, chofer de un taxi, -que en medio de otra de sus pequeñas estafas– descubren un gran crimen perpetrado por el heredero por el heredero de una fortuna. En este, su último opus, el director contó con la inapreciable colaboración musical del célebre John Williams, autor de las bandas de sonido de Star Wars, ET. y Jaws, entre otros tantos éxitos.
No caben dudas que Sir Alfred Hitchcock revolucionó la historia del cine hasta convertirse hoy en una referencia ineludible. Su historia y la de los compositores que convirtieron sus argumentos en notas musicales, bien merecería ser revisada en forma más extensa. Pero esto no sucederá aquí, donde solamente pretendimos una mención a modo de sentido homenaje.
Para quienes nos gusta el cine, su historia no termina con esta nota, sino con cada uno de los espectadores que día a día nos acercamos a su obra buscando nuestra dosis de suspenso. Esa que a la vida diaria generalmente le falta.
Hitchcock lo sabía, por eso nos regaló su arte imperecedero.
Le estamos eternamente agradecidos
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Esta nota puede consultarse en:
http://elcineysumusica.blogspot.com

11.7.05

gansos

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En cierta ocasión Ma-tsu y Po-chang habían salido de paseo cuando vieron volar
sobre ellos algunos gansos salvajes.

—¿Qué son? —preguntó Ma-tsu.
—Son gansos salvajes —contestó Po-chang.
—¿Adonde van? —inquirió Ma-tsu.
—Ya han desaparecido —replicó Po-chang.

Súbitamente Ma-tsu tomó a Po-chang de la nariz y se la retorció hasta que lo hizo gritar de dolor.

—¿Cómo van a poder desaparecer? —gritó Ma-tsu.

En ese momento Po-chang despertó.

ALAN WATTS
El camino del Zen

10.7.05

fuora afrikani!

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GENTE DE ROMA

Borrador de película, experimento con cámara digital, parches de gags (alguno más afortunado que otro) y una cabalgata por las calles de la Roma cotidiana, casera, no turística. Guiños de un prócer del cine italiano, Ettore Scola, en un trabajo menor pero con muchos apuntes filosos sobre las características de los romanos. Como película, "Gente de Roma" presenta muchos baches, abruptos desniveles, poca integración entre las partes para analizarla con rigor. Pero el espectador disfrutará con su mirada irónica, sus comentarios feroces y la emoción latina que emerge en cada mirada, en cada lugar, de la Ciudad Eterna. Quien pueda disfrutar de esos momentos y prescinda de los otros, menos felices, terminará "comprando" el filme; quien vaya buscando algo más convencional, más elaboradito, terminará decepcionado. "Gente de Roma" es una película al que el formato de video le calza justo. Para tomarla como es: un sano ejercicio de cine.

El filme es una picaditas de pequeñas historias y charlas de romanos, en un día determinado. No hay un hilo conductor temático que las unifique. Salta de la vejez a la histeria femenina, de los inmigrantes y la particular xenofobia romana, de la pobreza y la indiferencia como respuesta. La cámara sólo se para y muestra las dramatizaciones de lo cotidiano, con una ironía no exenta de humor negro. A veces, el humor roza el llanto más patético (el tramo del padre cabrón que está por ser llevado a un geriátrico); en otros, como en las entrevistas a los enfermos con Alzheimer, el humor se transforma en una tierna sonrisa de piedad.

Momentos destacados del filme: los dos ya mencionados, la encuesta sobre el comportamiento romano con los inmigrantes, la escena del bar en el que el dueño echa a la calle a un negro, la imagen final del aristócrata y el mendigo, la pelea entre los dos mozos del bar, los militantes de izquierda gritando un gol, la vieja que contesta con un cartel al cartel que le muestra un homeless. Momentos inentendibles del filme: la participación de Stefania Sandrelli (sobreactúa hasta cuando hace de ella y abraza a su nieto) y la historia de la madre que pierde a su nene en la manifestación de izquierda.

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Frases: "A los inmigrantes de los países pobres en Roma no se los discrimina. No se los persigue, no se los ralea, no se los expulsa. Simplemente se hace como si no estuvieran. Total, algún día se irán, como se fueron de la ciudad tantos invasores a lo largo de la historia. En Roma no se odia al inmigrante, porque odiar y perseguir son cosas que al romano le dan demasiado trabajo: la indiferencia es más cómoda"; "Entre un negro y un hincha del Lazio, el romano prefiere odiar al hincha del Lazio"; "Nosotros nos somos racistas. El problema es que tú eres negro"; "¿En qué año estamos?", "En el 26"; "César, los que venimos a morir, te saludamos".

CONSEJO: reservar para el video.

8.7.05

cameo de otro planeta

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Un amigo de la página, Aldo Campos, nos señaló un dato importante de la nueva versión de “La Guerra de los Mundos” de Steven Spielberg, que comentáramos la otra semana. Los abuelos de Dakota Fanning que aparecen en el porche de la casa, en una de la última escena del filme, no son nada ni nada menos que Gene Barry y Ann Robinson, protagonistas de la versión cinematográfica de 1953. Un cameo de lujo, una referencia al clásico anterior que merece ser visto otra vez, porque se mantiene vigente, pese a lo que han avanzado los efectos especiales desde hace medio siglo.

Muchas gracias, Aldo por el dato.

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7.7.05

todos somos replicantes

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BATTY: Es duro vivir con miedo, ¿verdad? En eso consiste ser esclavo. He visto cosas... que tu gente no podría creer… Naves de ataque ardiendo más allá de Orión. He visto rayos-C... brillando cerca de la Puerta de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo... como lágrimas en la lluvia… Es hora de morir.


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Blade Runner
1982

Director: Ridley Scott
Guión: Hampton Fancher - David Webb Peoples – Roland Kibbee, adaptación de la novela de Philip K. Dick.

RICK DECKARD: Harrison Ford
ROY BATTY: Rutger Hauer
RACHAEL: Sean Young
GAFF: Edward James Olmos

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6.7.05

cuando no puedas decirlo, cántalo

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DE-LOVELY

A veces, la fuerza de una historia es tal poderosa que cobra vida propia. En esos raros casos, aunque uno quiera hundirla, con un guión mediocre o una mala actuación, la historia termina asomando la cabeza e imponiéndose, a cualquier villano tras bambalinas.

“De-lovely” es la historia de Cole Porter, el hombre que escribió las mejores canciones de amor en idioma inglés (“Night and day” o “Begin the beguine” para poner dos cumbres supremas de su carrera). Y aunque pueda parecer la historia de un escritor de canciones, “De-lovely” cuenta, en verdad, una atípica historia de amor, el romance de Cole y Linda Porter. Se amaron, tal vez como ninguna otra pareja. Sólo que a Cole le gustaban los hombres y Linda aceptó conformarse con todo lo que sobrara de sus noches. Nada menos que su alma y su arte. El Cole Porter de las composiciones eternas, nunca hubiera aparecido sin el empuje de Linda. Y aunque ella anhelara el 100% del hombre, eventualmente aceptara quedarse con todo lo que hubiera fuera de las sábanas.

En manos de un buen guionista o director, “De-lovely” pudo convertirse en un clásico. En manos de Irwin Winkler (director) y Jay Cocks (escritor), la historia se queda a media agua. Sin embargo, la cabalgata de canciones y la fortaleza interior de ese atípico romance, logran emerger y salvan una película con destino de medianía. No es una película perfecta; pero es una película memorable, que no nos abandona al salir del cine.

Entre las fallas del guión de Jay Cocks, señalamos que, durante muchos minutos, se pierde en la cabalgata cronológica de la vida de Cole Porter. Una película no es una biografía; ni siquiera la pálida imagen de una vida. Simplemente es una historia contada en imágenes. Y allí se observa que el libro se pierde entre el fulgor del compositor y del romance anómalo. Cuando la película avanza por ese lado perverso del amor no físico entre Linda y Cole, gana en acción. Cuando es un catálogo de meras canciones (por más buenas que sean), perdemos la atención.

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Kevin Kline da el tono de su personaje, el protagonista de esta historia, Cole Porter. No nos convence Ashley Judd, como Linda. Una actriz demasiado fría para la contenida pasión que debía presentar el personaje. Tal vez por ahí esté otros de los lados flacos del filme.

Muchos cameos ilustres pueblan “De-lovely”, con consagrados artistas interpretando los temas musicales que estructuran el relato. Damos algunos: Robbie Williams (en la versión de “It’s De-lovely”); Alanis Morisette (“Let’s do it, let’s fall in love”); Elvis Costello (“Let's Misbehave”); Diana Krall (“Just One of Those Things”); Natalie Cole (“Every Time You Say Goodbye”); el propio Cole Porter en la versión de “You’re the top” que cierra el filme. Una banda de sonido de colección. Anótenla.

Escenas destacada: la escena en la que Cole Porter le explica al actor principal (John Barrowman), el sentido de “Noche y día”; la escena en la que Cole despide a Linda en su lecho de muerte; el número de “Be a clown”, en el que Cole baila con Louis B. Mayer; la última canción que Cole canta a Linda; el número de “Blow, Gabriel, Blow” con Jonathan Pryce (el Perón de “Evita”, el protagonista de “Brazil”), la escena en la que Cole visita el cuarto de Linda, en la noche.

Frases: “Cuando no puedas decirlo, cántalo”; “Si puedo sobrevivir a esta película, puedo sobrevivir a cualquier cosa”; “Estoy haciendo un lío tratando de decir esto, es una suerte que tratando de escribir una canción”, “Sería una hermosa serenata”; “¿Champagne? ¿Cómo será esto? ¿Una comedia? ¿Tragedia? ¿Comedia musical? ¿Farsa?”, ¿Por qué no sólo… jugamos?”; “Es horrenda. A Louis B. Meyer le encantará… ¡se conmoverá hasta las lágrimas!”; “Cary Grant. No está mal para un muchacho que creció en Indiana”; “Todas mis canciones hablan de ti”, “No todas. Espero que algunas”.

CONSEJO: si su corazón desfallece por esas canciones de los años ’40 que hablaban de un amor romántico y dulzón, como ya no se dan en estos tiempos, vaya a verla. En un cine con muy buena imagen y muy pero muy buen sonido. Y disfrute quedándose hasta el final para escuchar el enganchado de “grandes éxitos” que cubre los títulos finales. El resto, esperar al video.

5.7.05

Monserrat

Es el primer barrio que tuvo la ciudad de Buenos Aires. Su nombre fue legalizado en 1769 al concretarse la creación de la parroquia de Nuestra Señora de Monserrat. Se conoció también como “Barrio del Tambor” a causa de su población negra.

Éstos se reunían en sociedades mutualistas con la prioridad de recolectar dinero para liberar a sus hermanos de raza. Así adquirieron terrenos para sus agrupaciones. Ranchos de barro y paja. Estas instituciones se llamaban “naciones” y tenían los nombres de las distintas regiones de África de dónde provenían ellos o sus ancestros. La abolición de la esclavitud en Argentina se decretó en 1813. La presencia en el barrio de estas agrupaciones afectas a tocar el tambor y sus preferencia y posibilidad de comer achuras, particularmente el mondongo, hizo que el barrio se llamara “del tambor” o “del mondongo”.

La sociedad “Banguela” estaba situada en México 1272; la “Moros”, en la calle Chile; “Rubolo”, “Congo” y “La Angola”, en la calle Independencia, y la “Minas”, también en la calle México. “La Cabunda”, que era la más antigua, supo hacer bailes al lado de la iglesia de Monserrat. Otras naciones fueron “Mozambiques”, “Quiparaes”, “Loangos”, “Alagumgamíes”, “Muñanches” y “Mayormbies”.

La síntesis indica que toda la zona de las calles hoy llamadas Chile, Venezuela y México desde Bernardo de Irigoyen fueron el centro de estas “naciones”.

GERMINAL NOGUÉS
Buenos Aires, ciudad secreta

4.7.05

la jarra

Al empezar la jarra y al terminarla, sáciate; a mitad, haz economías; pero es mezquino el ahorro al llegar al fondo.

HESÍODO
Trabajos y días

3.7.05

la inferioridad del vencido

Algún día trataré de demostrar que en todas las guerras internacionales, las causas eficientes del triunfo residen en las razones de inferioridad del vencido más que en las de superioridad del vencedor: en la mayoría de los casos, las batallas suelen perderse por aquél mucho más que ganarse por éste.

PAUL GROUSSAC
Santiago de Liniers

2.7.05

Spielberg ataca!

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GUERRA DE LOS MUNDOS

¿Cómo volver a contar una historia que ha sido tantas veces contadas? Eso nos preguntamos con “Troya” o “La Pasión de Cristo”. Por un momento, hagan el esfuerzo de ponerse en el guionista o director que se sienta frente a la mesa, con una copia de “La guerra de los mundos” en sus manos. “Volvé a contar esta historia” se le dice. “Como vos quieras. Pero que sea algo nuevo, algo distinto a lo que ya vimos”. Y el tipo que tiene en su mochila, la anterior versión fílmica y la radioteatralización de Orson Welles, sabe que tiene todo un desafío: contar un clásico, de otro modo.

Bueno, esta versión de “Guerra de los mundos” cuenta la misma historia: la invasión de los marcianos, vencidos por los microbios. No. Steven Spielberg no inventa la pólvora. Pero logra algo totalmente diferente, llevándonos de la nariz por dos horas, sufriendo los altos y bajos de sus protagonistas, con la mano maestra de un genio. El guión de Josh Friedman y David Koepp, la dirección de Steven Spielberg. Tom Cruise y Dakota Fanning en los roles principales. Y la dirección de fotografía de Janusz Kaminski. Los citamos expresamente, porque son los principales responsables de que esta enésima versión de “La guerra de los mundos”, funcione como el primer día.

¿Cuáles fueron los hallazgos de Spielberg? Primero, a esta película le sobra diseño visual. Todo lo que le falta a “Batman inicia”, le sobra a esta versión. Hay una estética clara, con imágenes que sacuden al espectador, en una época que cuesta encontrar nuevas imágenes para conmover. Ejemplos: la vaporización de los humanos, los trípodes caminantes, el campo teñido de sangre.

Un apunte de oficio. La historia se cuenta desde un personaje, con características definidas, con sólo tres pantallazos iniciales: un hombre común, de extracción humilde, obrero no calificado, divorciado, con dos hijos, con todas las trazas del fracasado promedio. Ray Ferrier, el protagonista del relato, no da la horma del héroe. Es el tipo que huye: sea de una invasión de extraterrestres o de las responsabilidades de la paternidad.

En pocas escenas, el guión detalla el conflicto del protagonista y la dinámica del terceto que moverá la película. La ex esposa con nuevo marido de buen pasar, embarazada, lleva la valija a la casa ruinosa del ex marido: un motor en la sala, leche podrida en la heladera, camas desarregladas, una puerta cerrada de apuro para que no vean como quedaron las sábanas de la noche anterior. Al bajar del auto, un adolescente trata de Ray a Ray, no de papá. Y no lo saluda. La otra chiquita baja del auto y lo abraza. Hostilidad y complicidad. La dinámica de la relación de los tres personajes que deambularán por medio Estados Unidos, escapando de los marcianos.

Efectos especiales en la dosis justa, es otro de los rasgos de una mano maestra. La mayor parte de la película es suspenso clásico: sombra que se menean en la oscuridad, luces que asoman en la noche, depredadores que acechan en los ángulos de un sótano. Cuando tiene que usar los efectos especiales, como en los sismos, la vaporización de los humanos o la voladura de casas (con encuadres de documental), a Spielberg no le tiembla la mano. Pero siempre se subordinan a la historia. Lo que mueve a esta versión de “La guerra de los mundos” no son los fuegos artificiales, sino la angustia y la maduración emocional de los personajes.

Otro rasgo: la historia tiene una segunda lectura. Es inevitable trazar un paralelo con el 11 de septiembre. La paranoia está en todos los ángulos, desde las casas pobres embanderadas hasta la nena que pregunta “¿son los terroristas?”. La cámara se para en las víctimas del margen, las clases obreras, las amas de casas, los padres y madres de familias que sólo pueden huir llevando en brazos a sus hijos, como si ese sólo gesto pudiera protegerlos de la maldad, de la muerte y del horror.

Detrás del mensaje final de tono darwinista (estamos acá, porque somos superiores, porque tenemos millones de muertos y porque sabemos como sobrevivir), hay algunas escenas de fuerte tono humanista. Aquella en la que Ray sostiene a su hijo, fascinado con ir al frente bélico, a la muerte y a la destrucción. La lucha del padre que no entiende porqué su hijo (ahora un hombre) acude a esa pulsión hacia la muerte, hacia la guerra. “Déjame” le dice “Tengo que ver esto”. Soberbia escena, antológica.

Para pensar, cuanto ha cambiado el mundo desde “Encuentros cercanos del tercer tipo” a esta “Guerra de los mundos”: entonces, los humanos miraban al cielo deslumbrados, buscando esperanzados lo que traía el futuro; hoy, sólo se puede encontrar miedo en esas negras nubes que auguran noches no menos oscuras.

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Escenas a destacar: la vaporización de los humanos; la mencionada escena en la que se separan Robbie y Ray; la escena en la que Ray sale de la casa de los chicos, para ver la destrucción de la manzana; la escena de la puerta con Ogilvy (todo un guiño que Tim Robbins interprete a ese personaje cuasifascista), la imagen de Rachel, recortada sobre el horizonte, viendo llegar a los trípodes.

Frases: “Nadie hubiera creído, en esos primeros años del siglo XXI, que nuestro mundo estaba siendo examinado por inteligencias más grandes que las nuestras. Mientras los hombres se preocupaban por sus propias cosas, ellos observaron y estudiaron. Con infinita complacencia el hombre recorrió el globo terráqueo, confiando en su dominio sobre este mundo. A pesar que a través del golfo del espacio, inteligencias vastas, frías y poco compasivas miraban nuestro mundo con ojos de envidia… y lenta y seguramente, tramaban sus planes contra nosotros”; “Dejamos la casa en 60 segundos”; “No quiero que mires hacia atrás”, “¿Son los terroristas?”; “Están planeando esto desde hace un millón de años”; “Esta es la guerra entre los hombres y los gusanos. No es una guerra. Es un exterminio”; “Es raro… el viento sopla hacia la tormenta”; “Es como el 4 de julio”, “No. No es lo mismo. Y tengo miedo”; “¿Cuál es tu plan? ¿Sólo huir? Los que huyen no sobreviven”.

CONSEJO: ir a verla.