del archivo chatarra: aldo cammarota

En la edición de marzo de 2002 de “Super Chatarra Special” (http://www.superchatarra.com.ar/edanteriores/marzo2002/NUEVO0302.htm) hicimos una nota homenaje a Aldo Cammarota, el brillante guionista de Tato Bores que se había radicado en Estados Unidos y que había fallecido en la semana previa de la publicación de esa edición. En la nota, hicimos una picadita de frases y opiniones de Cammarota que siguen siendo tan picantes ahora como hace nueve años.

Para este post, seleccionamos algunas frases. Como siempre, quien se quede con ganas de más, puede ir a la nota en el siguiente enlace:

http://www.superchatarra.com.ar/edanteriores/marzo2002/cammarota.htm

La política es como limpiar vidrios. No importa de qué lado esté uno, la mugre siempre está del otro lado.

Tanto depende la economía de los economistas como el clima de los meteorólogos.

Si en el cine se gana dinero es una industria, si se pierde es un arte.

Uno de los más serios problemas del mundo actual es que muchas personas creen que, porque han estudiado, no tienen que pensar.

-¿Cómo es la imagen de Argentina en el exterior?
-La imagen es mala y el sonido pésimo.
(1978)

(En Estados Unidos) la mitad cree que Dios está muerto y la otra, que Elvis está vivo.

Un pavo es un águila diseñada por el Estado.

Para cerrar el post, no resistimos la tentación de transcribir un párrafo de una carta a su amigo Francisco Rizzutto, escrita semanas antes de su muerte, en la que se refiere a la situación del país. Una década después, seguimos suscribiendo ese diagnóstico y receta para esta contradictoria sociedad a la que le cuesta tanto encontrar su rumbo:

No basta con pedirle a Dios y esperar a que Él haga el milagro. Busquemos ese milagro. Pidamos tener la capacidad de reconocer nuestros errores, la grandeza de corregir nuestras fallas, la ética de obrar siempre de buena fe y jamás actuar de manera que se ponga en duda nuestro honor como pueblo. Evitemos la tentación de recorrer atajos deshonestos. No busquemos en el odio la solución a los problemas. El país necesita riqueza para distribuirla justamente entre todos. La venganza y el robo no producen riqueza, solamente tragedia.

Pidamos, eso sí, a Dios que nos ayude a fortalecer nuestro carácter, y a reconocer a los demagogos que halagando nuestros defectos buscan votos para seguir este ciclo decadente que vive la Nación, y van a tratar de convencernos, siempre que les creamos, de que el número es superior a la razón, y que el atajo es preferible al camino recto.