When we've been there ten thousand years,
Bright shining as the sun,
We've no less days to sing God's praise,
Than when we first begun.
(Hemos estado allí diez mil años
brillando como el sol
Tenemos menos días para alabar al Señor
que cuando empezamos.)
La estrofa agregada por Harrier Beecher Stowe, autora de “La cabaña del Tío Tom”, pertenece a otra canción religiosa, difundida en la población afroamericana esclavizada. “Amazing Grace” se transformó en algo más que un himno religioso: era un símbolo de los Estados Unidos expandiéndose al Lejano Oeste, de una población que afrontaba los nuevos riesgos y tentaciones que advertía la canción.
La era de la radio y las grabaciones impulsó a “Amazing Grace” fuera del ámbito religioso. A partir de allí, se suceden las versiones, desde una primera a capella del Sacred Harp Choir de mediados de la década del ’20.
Entre las versiones más famosas, se destaca la histórica de Mahalia Jackson, grabada en 1947. La canción tomó un nuevo sentido para la comunidad afroamericana: se volvió una metáfora de la alegría al verse liberados de la esclavitud. No fue extraño que “Amazing Grace” fuera un símbolo en los ’60 en el movimiento civil contra la segregación racial. Mahalia Jackson cantó el tema durante las marchas políticas como “un hechizo para rechazar el peligro, un encantamiento para que descendieran los ángeles del cielo”.
La versión grabada por Mahalia Jackson:
Con igual intención, Judy Collins empleó “Amazing Grace” como un talismán para emocionar a los activistas y a los policías que los enfrentaban en las manifestaciones contra la Guerra de Vietnam. “Había marchado, votado, ido a la cárcel por mis actos políticos y trabajado para los candidatos en los que creía. La guerra seguía rugiendo. No había nada más por hacer que cantar ‘Amazing Grace’”. Acá una versión de 1976, en Boston:
Joan Baez, desconociendo su origen religioso, la incluyó en su repertorio, uno de los temas más pedido por sus seguidores. Aquí la escuchamos en un recital en vivo:
En Woodstock, en 1969, tuvo su espacio en la voz de Arlo Guthrie:
En los ’70, paradójicamente, la canción cantada en las marchas antibélicas, alcanzó los primeros lugares del ranking británico por las gaitas del regimiento escocés del ejército de la Gran Bretaña, la versión instrumental de la Royal Scots Dragoon Guards:
“Amazing Grace” también es un tema asociado a los funerales y memoriales. Un buen ejemplo es esta versión de Aretha Franklin, en el funeral del letrista y cantante Luther Vandross, en 2005:
Entre todas las versiones, vale recordar la de Johnny Cash quien adoptó la canción en memoria de su hermano muerto accidentalmente, cuando Johnny era un niño (remember “Johnny y June”). Cash cantaba esa canción con su familia, trabajando en los campos de algodón, y la compartió en un escenario, en sus míticos conciertos en las cárceles. “Durante los tres minutos que dura la canción, todo el mundo está libre” decía el hombre de la camisa negra “Simplemente libera el espíritu y a la persona”:
Otra particular versión es la de Rod Stewart que forma parte de la banda de sonido de la película “Due Date”:
Una versión africana es la del Soweto Gospel Choir:
U2 también se le animó al tema, yuxtapuesto al tema “Where the streets have no name”:
Más de tres mil versiones custodia la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, preocupada por resguardar lo que se ha convertido en un verdadero “himno nacional espiritual”. Como dijera Steven Turner, de “Era una canción que podía ser cantada por jóvenes y viejos, republicanos y demócratas, baptistas del sur y católicos romanos, afroamericanos y nativos americanos, oficiales militares de alta graduación y activistas contra el capitalismo”.
Para finalizar este post final sobre “Amazing Grace”, nada mejor que cerrar con el Rey, Elvis Presley:
(La información de este post fue tomado del muy buen artículo en Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Amazing_Grace)
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