16.6.11

la superficie de un buey

Por oscuras razones, Dido escapó de la ciudad fenicia de Tiro y arribó a las costas de África. La propia Tanit se le apareció en un sueño y le ordenó que fundara allí mismo una nueva ciudad. Pero aquella tierra pertenecía al rey de los belicosos númidas. Dido parlamentó con él y le ofreció sus tesoros a cambio del territorio necesario. El bárbaro, que no deseaba extraños vecinos en su reino, respondió a la oferta de Dido con una característica fanfarronería númida: «Por esa suma solamente puedo cederte el trozo de tierra que puedas abarcar con la piel de un buey.» Para sorpresa de su interlocutor, Dido cerró el trato. Tomó la piel de un buey grande y la cortó en finísimas tiras que luego extendió desde el promontorio de Sissa hasta el cerro que hoy ocupa la ciudadela de Megara. De este modo burló al rey de los númidas y pudo procurarse la tierra de Cartago sin faltar al sagrado acuerdo.

"Yo, Aníbal"
JUAN ESLAVA GALÁN

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