1.6.11

payasos tristes

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BALADA TRISTE DE TROMPETA
data: http://www.imdb.com/title/tt1572491

Desde la vereda del gore, Álex de la Iglesia pinta una tétrica metáfora sobre la violencia, las heridas (peores que las físicas) que persisten durante los años, cicatrices que burilan a los hombres convirtiéndolos en patéticos fantoches masacrados. Victimas y victimarios se igualan en una absurda lógica del horror, de la sangre, de la mutilación. Los payasos tristes de “Balada triste de trompeta” horadan en su propia carne, esculpen sobre la piel, su sino violento. Las huellas de la Guerra Civil laten, escondidas, en el centro de los sobrevivientes. Y no importa cuánto tiempo pase: crecen allí y se vuelven peor con los años.

“Balada triste de trompeta” es la historia de dos payasos que luchan por el amor de una mujer, de modo tan intenso que son capaces de matarla antes que dejarla partir. Uno es un payaso triste que, de niño, ha visto a su padre morir en manos franquistas; el otro es un payaso que despierta la admiración de los pequeños. Fuera de la pista circense, está enamorado de la equilibrista a la que muele a golpes cuando no la está elevando a los pináculos del éxtasis sexual. Así está armado el triángulo: la bestia sexual que se impone; el sometido sensible y considerado; la joven que histeriquea con los dos, fascinada por los lados perversos y más nobles de sus pretendientes.

Detrás de ese triángulo romántico, se adivina, no sin mucha dificultad, esa alegoría de una España tironeada por dos partes, que no cejarán en sus intenciones hasta desmembrarla. Álex de la Iglesia no arma un pastiche bizarro incoherente; su película es un retrato fiel de los trazos gruesos de una España que carga aún con su pasado pesado y oscuro. No hay inocentes en esta historia. Ni en las víctimas, ni en los victimarios. Todos son completamente miserables. Miserables porque ninguno de ellos ha podido elevarse más allá de sus debilidades.

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“Balada triste de trompeta” tiene los tics clásicos de la filmografía de Álex de la Iglesia: ese humor zumbón, la referencia cinéfila (el Monte Rushmore de “North by Northwest” de Hitchcock en su traducción española, el Valle de los Caídos), el desborde, el chiste guarro, el despliegue visual, la referencia kitsch, la apelación a la cultura pop. Pero, a diferencia de sus otros filmes, éste es intrínsecamente más oscuro, más personal, más amargo. No hay carcajada final, sino una mueca patética entre llantos, como la última escena de los payasos combatientes.

Uno de los puntos centrales de “Balada triste de trompeta” es la actuación de Carlos Areces, como Javier, el payaso triste, y Sergio, su oponente, Antonio de la Torre. Carolina Bang está un escalón más atrás (chisme: ¡es la novia de de la Iglesia!). Breve pero decisiva la participación de Santiago Segura, el padre del payaso triste.

Escenas destacadas: la secuencia inicial; la pelea sobre la cruz gigantesca del Valle de los Caídos; el “maquillaje” del payaso triste; la escena de la cena cuando Sergio cuenta un chiste de humor negro que no provoca la risa de Javier, el payaso triste; la última escena; la escena del mordisco a Franco.

Para destacar la secuencia inicial de los títulos que tenemos el placer de ofrecerles gracias a los buenos oficios de you tube:



Una mención aparte al segmento de Raphael cantando el tema del título que obsesiona a Javier en su raid asesino. Otra: en el elenco de payasos, como un payaso listo, está Fofito, el hijo de Fofó, el célebre payaso del trío Gaby, Fofó y Miliki que hicieron las delicias en su paso por la Argentina de nuestra infancia (¡no existís Piñón Fijo!).

En suma, la más personal de las películas de ese monstruo del cine español que es Álex de la Iglesia. Redonda, sólida, abrumadora, tiene su sello de oscura poesía. Ámelo o déjelo.

Nosotros, claro, estamos entre los primeros.

Mañana las mejores frases.

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