18.8.11

una de antihéroes

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SUPER
data: http://www.imdb.com/title/tt1512235

Con “Kick-Ass” inauguramos la era de los héroes patéticos, individuos comunes que se ponen un traje de superhéroe y salen a patear traseros. “Super” se enrola dentro de esa línea de perdedores que ganan tras una máscara. Bizarra, con una estética precaria, sangrienta e incómoda en su dilema ético: “¡No se adelanta en las colas! ¡No se venden drogas! ¡No se abusa de niños pequeños! ¡No se saca beneficio de la miseria de los demás! Las reglas se establecieron hace mucho tiempo. ¡No se cambian!”, “(…) ¿Crees que apuñalándome hasta la muerte cambiará al mundo?”, “No puedo saberlo, por supuesto... A menos que lo intente”.

“Super” es la historia de Frank D’Arbo, un tipo que sólo tiene dos momentos para recordar en su vida: el día que se casó con Sarah (Liv Tyler, yo también lo recordaría cada día, lo reconozco) y aquella vez que le indicó a un policía por dónde escapaba un ladrón y el oficial de la ley le agradeció. Que estos datos sean su aliciente para levantarse cada mañana, habla a las claras de cómo ha sido su vida.

Pero un día, Sarah se va con Jacques, un narcotraficante, que la usa de probadora de drogas. Sarah se hunde día a día y Frank sólo puede mirarla derrumbarse desde la distancia. Hasta el momento en que Frank recibe un llamado divino que lo declara como uno de los elegidos. Frank se pone una capucha de superhéroe y empieza a fracturar marotes de delincuentes, llave inglesa en mano.

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La épica de Frank es conmovedoramente ingenua: el superhéroe no es distinto del ciudadano común. “Todo lo que se necesita para ser un superhéroe es elegir luchar contra el mal” dice en algún momento del filme. Y eso es decisivo. Esa voluntad le da un propósito: salvar a Sarah. Y quién dice si aquel que salva a otro, no salva al mundo.

Frank no termina muy distinto a como empezó: mirando dibujos en una pared. La diferencia es la drástica cantidad de dibujos, en uno y otro caso. Metáfora de nuestro propósito en la vida: ser los responsables de crear la mayor cantidad de “buenos momentos” en el mundo. Aunque para alcanzar eso, haya que romper algunas crismas. ¿Quién puede decir cuán malo puede ser eso?

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“Super” se destaca por sus actores. Rainn Wilson (remember “The Office”) es el antihéroe y Liv Tyler, la diosa a la que hay que rescatar. Pero los mejores momentos se dan cuando entra en escena Ellen Page, como una vendedora de cómics que pasará a ser la compañera del superhéroe. Los diálogos entre Page y Wilson son alucinantes, lo mejor del filme. Un recuadro aparte para el malvado que hace Kevin Beacon, genial.

Escenas destacadas: la aparición de Dios, revelándole su misión; el ataque final a la guarida de Jacques; el gag en la fila del cine; la escena en la que Frank va a pedir ayuda a Libby; la escena sexual entre Libby y Frank… perdón, entre Crimson Bolt y Boltie.

Mañana, las mejores frases.

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