19.9.12
el día que casi nos agarramos a las piñas con tristán tzara
Al caer la tarde, nos vinimos a cenar a mi estudio y la conversación recayó sobre ella pintura. Allí ardió Troya. (Tristán) Tzara sostuvo con seguridad (fiel por otra parte a las teorías caprichosas de los poetas surrealistas, que de artes plásticas no entienden nada) que la pintura era un lenguaje instintivo, que bastaba tomar colores y aplicarlos sobre una tela, con pinceles o sin pinceles, para hacer una obra de arte. ¡No lo hubiese dicho! Lo que estábamos a la mesa le saltamos al cuello como tigres, con argumentos tan contundente que su defensa fue vana. Se le pidió que nos explicara porque él trabajaba en su texto cada frase y cada línea, buscando la expresión justa y la melodía de la oración, mientras encontraba lógico que el pintor articulara su pensamiento como palurdo.
No, el arte nacional no se improvisa; es el resultado de un cúmulo de circunstancias locales, materiales y psicológicas, de un inmenso sentir colectivo orientado desde los orígenes hacia una aspiración o una religión común, lo que le permite fundirse con la esencia misma del pueblo, y mal podía yo destruir lo que no existía.
…la punta de lanza que arremetió en mi defensa desde el momento de mi desembarco, fue “martinfierrista”, con Evar Méndez, Córdova Iturburu, Pablo Rojas Paz, Ernesto Palacio, Eduardo González Lanuza, Raúl González Tuñón, Jorge Luis Borges, Sergio Piñero, Leopoldo Marechal, Ricardo Güiraldes, Alberto Prebisch, Pedro Blake, Norah Lange, Jacobo Fijman, Roberto Ledesma y otros.
… su principal animador, el pintor Guttero, era más bien un decorador derivado de la Secesión vienesa...
EMILIO PETTORUTI
“Un pintor ante el espejo”
Etiquetas:
arte,
emilio pettoruti,
pintura,
un pintor ante el espejo
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario