6.12.12
ser más bueno que malo el malo
BERNIE
data: http://www.imdb.com/title/tt1704573
Las películas de Richard Linklater rara vez nos dejan indiferentes. Siempre encuentra la vuelta para experimentar algo distinto con cada historia. La joya de su filmografía es el par de películas “Antes del amanecer / atardecer” y la singular “Escuela de rock” que hubiera sido una película más en manos de otro director.
“Bernie” es una historia real. Un pueblo del este tejano, muy religioso, gente común y sencilla, con una moral muy correcta y estricta. En ese pueblo, logra destacarse un director de funeraria, Bernie Tiede, un gordito simpático, de cuidados modales, un vocabulario florido, una corrección extrema. Todos sospechan que Bernie es gay pero, como no ha salido del placard, la comunidad lo acepta. Bernie es uno de esos tipos que te hace sentir bien, que recuerda el nombre y las circunstancias de todos, que ayuda a todos y a cada uno. Es un elemento positivo de la comunidad. Él es capaz de convertir tu funeral en un momento inolvidable.
El sepelio del Señor Nugent es el punto de inflexión para Bernie, convertido en un sólido pilar de la comunidad. Bernie entabla una relación con la viuda Nugent, una octogenaria jodida y avara como su marido. Mrs. Nugent es la contrarréplica exacta de Bernie. Es la persona que todos odian en el pueblo. Es la mujer que encuentra plena satisfacción en joder a los demás. Y nadie puede entender como esa pareja funciona, como se contrabalancean los opuestos. Bernie le hace vivir a Marjorie Nugent los mejores momentos de su vida (gastando su fortuna, por supuesto). Pero la vida de la viuda, no es la misma desde la aparición de Bernie.
Éste es el conflicto principal del filme: un tipo muy bueno, con una mina muy mala. ¿Quién prevalecerá?
Y prevalece Marjorie quien manipula la vida de Bernie, lo va asfixiando, lo encierra y menosprecia, para sacar de quicio al hombre afable, sereno, tranquilo. Tanto como para que el tipo agarre un rifle neumático y baje a Marjorie de cuatro tiros en la cabeza.
“Bernie”, no obstante, no es una película sobre un crimen. Es una comedia sobre cuáles son nuestros principios morales. Porque en cuanto el crimen salga a la luz, la comunidad sureña, religiosa y conservadora, hará malabares para justificar la conducta de Bernie y perdonarlo. Al punto que las autoridades deben mudar el juicio de lugar, porque el pueblo está con Bernie, pese a que confiese el asesinato.
Con mucha ironía y humor negro, el guión de Richard Linklater, sobre la historia real de Bernie Tiede, describe con mucha ternura y eficacia a los personajes. Los lugareños de Carthage, el pueblito tejano, declarando a cámara en una estructura de pseudodocumental, cuentan lo que Bernie representa en sus vidas.
Hay un par de ideas interesantes en esta comedia amena. Primero, que el mal tiene más peso específico que el bien. Que un tipo jodido puede sacar a un muy buen tipo, pero no a la inversa. Que por más bueno que se pueda ser, no hay modo de conquistar a un malvado.
La otra idea, es que hay una especie de compensación en el concepto que los otros tienen de uno. Un asesinato es un hecho reprobable. Éticamente, una falta grave. Pero la justificación de la cristiana comunidad de Carthage es que eso termina siendo un asunto a tratar entre Bernie y Dios; ¿quién son ellos para juzgar, sobre todo a alguien con tanta bondad? El mal hecho por un benévolo no tira a la basura todo lo bueno realizado. De igual modo, el bien hecho por un malvado, no lo redime de la cadena de maldades realizadas.
Insuperables las actuaciones de Jack Black, como Bernie, y de Shirley MacLaine como la viuda Nugent. Una escena define a los personajes mejor que líneas de guión: el almuerzo en que Mrs. Nugent saca de quicio a Bernie masticando más de cincuenta veces un frijol.
Mañana, las mejores frases.
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