En la semana, intercambiamos correos con Jorge Luis Viera, un asiduo colaborador de “Super Chatarra Special”, primero, y “Libreta Chatarra” después. Jorge escribió, durante mucho tiempo, las columnas de “El cine y su música”, pormenorizados análisis de las bandas de sonido de cine, mechados con profusa información sobre los compositores e intérpretes. Su columna engalanó el Chatarra durante mucho tiempo, hasta que por motivos laborales, Jorge Luis Viera interrumpió su colaboración con la página.
Igualmente, sigue como amigo de “Libreta Chatarra” y nos pareció adecuado recordar una de sus columnas, la que comentó el soundtrack de “Kill Bill. Volumen 1”, una buena muestra de su capacidad al frente de esa columna.
Los que quieran ver más de las columnas de Jorge, recordamos que sigue en línea su blog, “El cine y su música”, que pueden ver en esta dirección:
http://elcineysumusica.blogspot.com
Y pueden escucharlo, el próximo jueves 7 de marzo (mañana), a las 19 horas en el programa Encuentro con los coros en la radio online El Ascensor:
www.radioelascensor.com.ar
Difundan y escuchen.
Kill Bill. Volume One.
varios intérpretes.
Sí. Es verdad, esta vez se trata de un Soundtrack (compilado de música incidental y canciones), no de un Score (banda original de sonido de un film), pero en el caso específico de un director como Quentin Tarantino un término es casi equivalente al otro.
"Kill Bill" (su cuarto opus) es fundamentalmente la historia de una venganza, en la que el director mezcla el cine de artes marciales, los samuráis, el spaghetti western y el animé, nada extraño para alguien cuya formación profesional consistió en ver el televisor de su videoclub en el sur de Los Angeles. Como consecuencia, aparecen muchas referencias cinéfilas que revelan sin dudar que el cine le apasiona.
Así las cosas, el film abre (y no casualmente) con el logo característico de la Shaw Brothers, productora de Hong Kong de los años '70, una de las tantas referencias posmodernas de este cineasta y un guiño para el conocedor. Y eso es sólo el comienzo…
El atuendo de La Novia (Uma Thurman) –en una idea conceptual basada en aquel personaje del film La novia vestía de negro (The Bride wore Black, Francois Truffaut, 1968)- es el mismo que utilizara Bruce Lee en su última película, El Juego de la muerte. Los miembros del ejército de los 88 Locos, a quienes ella debe enfrentar, llevan máscaras como la de Kato, el ayudante de El Avispón Verde en la clásica serie de tevé (un tema musical que ni en la película ni en el CD podían faltar) y el actor Sonny Chiba -de otra serie, esta vez la japonesa Shadow Warriors (1980-84)- es un legendario creador de sables que lleva el mismo nombre que su personaje en aquel programa televisivo.
Otra de las protagonistas, Chiaki Kuriyama, viste con el mismo uniforme escolar que tenía en el film Batalla Real (Kenji Fukasaku, 2000). De este mismo cineasta Tarantino toma además un clásico de los film de yakuzas (semejantes a nuestras mafias), Battles Without Honor and Humanity (1973) usando en una escena clave su tema musical compuesto por Tomayasu Hotei, el que, desde luego se encuentra en esta antología y siendo lo mejor del CD, se lleva todos los aplausos.
Como si esto fuera poco, Bill, es David Carradine, el clásico protagonista de la serie Kung Fu. Completando el panorama súmenle a Yuen Wo-Ping, el coreógrafo de Matrix.
¿Cansados?. Espero que no… ya que todavía no hemos hablado de la influencia en esta película del spaghetti western. Influencia que se dejará ver plenamente en el Volumen 2. Por ahora (y no es menos importante) solo se aprecia su música, como la compuesta por el argentino Luis Enrique Bacalov para el El gran duelo: The Grand Duel. Parte Prima (Giancarlo Santi, 1972). Tampoco sería justo descartar a la conocida flauta de pan de Georges Zamfir, con un tema que si bien no pertenece a ningún western -The Lonely Shepherd- si se encuentra en la banda sonora de Érase una vez en América, de Sergio Leone, de quien el director es admirador sin reservas.
Otra influencia cinematográfico/musical destacable es la del film Lady Snowblood (Toshiya Fujita, 1973) de donde sale el personaje de O-Ren Ishii, así como las escenas que combinan nieve y sangre. La canción de ése film (The Flower of Carnage -interpretada por su protagonista, Meiko Kaji-) aparece con el mismo sentido tanto en la película y como en el CD.
Y, como digno broche de oro Tarantinesco, no podemos (ni debemos) olvidar al maestro de las bandas sonoras Bernard Herrmann, a quien se cita con el tema principal de Twisted Nerve (Roy Boulting, 1968), para acompañar las fechorías del tuerto personaje que interpreta la bella Darryl Hannah, quien, al igual que el villano en la película de referencia, silba la banda sonora.
Para concluir –y esperando que no se hayan perdido– digamos que Tarantino fue, es y será (aunque sólo haya hecho cuatro films) un maestro en este tipo de cine que cita al cine. Quienes no hayan visto sus películas anteriores –y lean solamente esta reseña- pueden caer fácilmente en el error de creer que Kill Bill es más un film donde lo que importa es cómo se cuenta que lo que se cuenta. Pero no es así, el peso dramático de la trama fluye por sí misma y la música escogida por el director tiene una importancia fundamental. A este respecto el propio cineasta opina que “La música y el cine van de la mano, cuando estoy creando, así como necesito pensar en un actor, preciso saber qué música utilizaré acompañando la imagen“.
Una decisión artística que los adoradores de los soundtrack agradeceremos por siempre. Porque al fin de cuentas, Quentin también es uno de nosotros.
JORGE LUIS VIERA
el cine y su música
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