En los cuartos de final de Brasil 2014, quedó en claro esa diferencia de buenos equipos con equipos habituados a soportar la presión de las definiciones. Se dio la lógica y los equipos históricos, Alemania, Brasil, Argentina, Holanda, pasan a la última semana de competencia. Pero entre los eliminados, hubo equipos que les faltó la convicción para dar el gran salto, la jerarquía necesaria para patear el tablero y meterse en la historia. El más claro ejemplo fue Francia, un equipo que insinuó, durante los 90 minutos del encuentro con Alemania, que tenía más resto que el rival. Pero en ninguno momento se convenció de llevárselo de prepo, de ponerle algo más al infortunio de la derrota que estaban viviendo. El partido se les fue de las manos, sin despeinar a Alemania, que pese a algunos problemas físicos mostró su calidad.
Brasil estaba mostrando su mejor versión, ante una Colombia que salió muy floja, con evidente pánico escénico. Y, extrañamente, con el partido ya definido, Brasil empezó a revolear la pelota desde el fondo cuando faltaban todavía veinte minutos para terminar el partido. No sé que daba más pena, si ver a esas camisetas amarillas, herederos del buen gusto en el fútbol, prescindir con desprecio de la pelota o escuchar a la hinchada aplaudir rabiosamente cuando un zaguero brasileño le pegaba de punta y para arriba para sacarse la pelota de encima. Con un penal cerca del final, Colombia se puso a tiro y se despertó. Y casi lo lleva a alargue, ante el pánico de Brasil. Lamentablemente, el final del partido se llevó a Neymar lesionado. El Mundial pierde a una de sus grandes figuras y eso es una mala noticia para los que nos gusta el fútbol.
Bélgica mostró la imagen que había mostrado en los partidos previos, un equipo correcto, que toca bien la pelota, arriesga en busca del ataque, pero que no tiene punch. Y que está muy lejos de la revelación que auguraba la prensa local y de justificar la mención como cabeza de serie dada por la FIFA. Tiene mucho futuro, pero estaba verde para esta instancia. (La pregunta que jamás podremos contestar: ¿qué hubiera pasado con Holanda como cabecera de serie?). Argentina mostró su cara más mezquina y se retrasó a proteger el 1 a 0, conseguido tras una muy buena definición de Higuain tras un rebote. Siendo más eligió ser menos. Y le salió bien porque el rival fue Bélgica. Con otro rival, podría haber sido un suicidio similar al que casi incurre Brasil.
El que más sufrió para pasar cuartos de final fue Holanda, ante la revelación del torneo, Costa Rica. Pero por el desarrollo mereció haber pasado más holgadamente a la instancia siguiente. Tres tiros en los palos dio la idea de que fue más que Costa Rica. En los penales tuvo la justicia que no estaba en el resultado, con el condimento del cambio al que echó mano van Gaal, al poner a un arquero atajador de penales en la definición. Robben brilló una vez más, poniéndose en el podio de los mejores de este Mundial, dando la impresión que quiere sacarse la deuda de la final ante España del Mundial anterior.
Así el Mundial Brasil 2014 llega a la última semana, con cuatro protagonistas. Como hemos dicho en las anteriores definiciones, todo puede pasar en partidos mano a mano. Se intuye una final europea por primera vez en un Mundial jugado en América. Pero es fútbol. Y hay tantos factores (arbitrajes, lesiones, azar, convicción, táctica) que cualquiera de ellos puede desbalancear la ecuación. Veremos el martes y el miércoles quienes están el último día, en el partido más importante del torneo.
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