Adiós, Maestro Ladrón. Vuelve a tus libros, tu chimenea. Planta tus árboles, velos crecer. Si valoráramos más el hogar que el oro, el mundo sería un lugar mejor.
Un día voy a recordar. Recordar lo que pasó. Lo bueno, lo malo, los que sobrevivieron… y los que no.
Sé que es demasiado pedirle estos. Pero… ¿querrían seguirme por última vez?
-¿Tenemos un trato, entonces? ¿La Piedra del Arca por lo que prometió? Danos tu respuesta. ¿Tendremos paz o guerra?
-¡Tendré guerra!
Usted empezó esto… perdóneme si yo lo termino.
-Si esto es amor… ¡no lo quiero! ¡Quítamelo! ¿Por qué duele tanto?
-Porque es real.
No me voy a ocultar cuando otros luchan nuestras batallas por nosotros.
Si alguna vez pasan por Bolsón Cerrado, el té es a la cuatro. Serán bienvenidos en cualquier momento. No se molesten en golpear.
-Ve al Norte. Hay un miembro de los Dunedain que debes conocer y quedarte con él. Su padre era un buen hombre. Tengo la esperanza que él sea uno grande.
-¿Cuál es su nombre?
-Se lo conoce como Strider. Su verdadero nombre, debes descubrirlo por ti mismo.
Bilbo tiene razón. No puedes ver en lo que te convertiste.
¡No tienes lugar aquí! ¡No tienes nombre! ¡Vuelve a la sombra de donde viniste!
-Lamento que te hice correr una parte de mis peligros…
-¡No! Me alegro de haber compartido tus peligros… que es más de lo que cualquier Bolsón merece.
No estás haciendo un buen papel como Rey de la Montaña.
Te sientas aquí, en estas vastas salas, con una corona sobre tu cabeza y aún así eres menos de lo que nunca has sido.
La Enfermedad del Dragón es un mal que nos afecta a todos. Bueno… a casi todos.
Usted es un buen hombre, Señor Bolsón, y yo lo aprecio mucho. Pero sólo es un pequeño individuo en un mundo muy grande.
No voy a compartir ninguna parte del tesoro… ¡ni una sola moneda!
No tiene sentido razonar con un enano. Aún así… lo intentaste.
Las personas que han sobrevivido al fuego del Dragón deberían estar agradecidas de estar vivas…
Thorin… diste tu palabra.
-Ganamos la montaña. ¿No es suficiente?
-No. La defenderemos.
¡Las águilas están viniendo!
Cuando enfrentamos a la muerte, ¿qué cosa podemos hacer?
La única pregunta a responder es: ¿cómo terminará este día?
El tiempo se termina. Tenemos que decidir de qué lado estamos.
¿Por qué los elfos no combaten?
-Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el Cielo. Siete para los Señores Enanos en sus casas de piedra…
-Nueve para los hombres mortales condenados a morir…
-No se puede luchar contra una sombra. Incluso ahora que se desvanece.
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