19.6.15
ramadán
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El musulmán es un calendario puramente lunar y, por tanto, el ladrillo fundamental sobre el que está construido es la lunación o mes lunar: el tiempo que tarda la Luna en dar una vuelta en torno a la Tierra. En su versión más tradicional, los meses musulmanes comienzan con la primera visión del cuarto creciente después de cada luna nueva. Pero naturalmente esta observación depende de cada lugar, lo que hace que los meses puedan comenzar en diferentes momentos en diferentes lugares. Más específicamente, en cada lugar, el mes del Ramadán comienza con la puesta de Sol del día en que se ha observado el cuarto creciente por vez primera tras la luna nueva del mes previo, el Shaabán.
Cuarto creciente
Además del lugar concreto, la observación del primer cuarto creciente tras el novilunio depende de muchísimos factores: condiciones atmosféricas, método de observación, etc. A lo largo de la Historia se han adoptado diferentes reglas empíricas para predecir esta primera observación y recientemente se está realizando un esfuerzo considerable para poder predecir la visibilidad del cuarto creciente en función de las posiciones relativas del Sol, la Luna y la Tierra, pero sigue sin existir una regla única que determine el inicio de los meses islámicos.
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El tiempo que tarda la Luna en dar una vuelta en torno a la Tierra varía entre 29,27 y 29,83 días. Pero naturalmente resulta conveniente que los meses tengan un número entero de días y que los años tengan un número entero de meses. El calendario musulmán se organiza en años de 12 meses que tienen 29 días (los meses pares) o 30 días (los impares).
Los años se agrupan en un ciclo preestablecido de 30 años (360 lunaciones). Pero no todos los años son iguales: hay años 'comunes' de 354 días y años 'abundantes' o 'embolismales' de 355 días. Los abundantes son los que, en el ciclo de 30 años, ocupan los lugares 2, 5, 7, 10, 13, 16, 18, 21, 24, 26 y 29; en estos años el último mes tiene 30 días (a pesar de ser mes par). Son las complicaciones que resultan al tratar de encajar las lunaciones, que no duran un número entero de días, en un calendario con números enteros de meses y días. Además, al no ir acompasado este calendario con el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, las estaciones suceden cada año en meses diferentes.
Si tenemos en cuenta que el año gregoriano medio (el promedio de los años normales y bisiestos) dura 365,24 días y que el año musulmán medio (el promedio de los años comunes y abundantes) dura 354,37 días, resulta que en el calendario gregoriano la fecha de inicio del Ramadán se adelanta de unos 11 días (más o menos un día, debido al redondeo) cada año.
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Para transformar una época gregoriana a la correspondiente musulmana de manera orientativa se puede utilizar la fórmula M=1,0307 G - 640,66. Por ejemplo, el 1 de enero de 2015 (G=2015,00) corresponde a M=1436,20, principios del año 1436 de la Hégira.
A un usuario del calendario gregoriano, un musulmán puede parecerle más joven que la edad que dice tener. Por ejemplo, cuando un musulmán anuncia que cumple 34 años (en su calendario), esto significa que ha vivido unos 12.048 días. Esto corresponde a un poco menos de 33 años del calendario gregoriano.
“Las raíces astronómicas del Ramadán”
RAFAEL BACHILLER
(el mundo, 17.06.15)
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