2.12.15
filmar como Spielberg
PUENTE DE ESPÍAS
data: http://www.imdb.com/title/tt3682448
Puede ser engañadoramente fácil sentarse a ver una película de Steven Spielberg. Hay una sana maestría en sus películas. Sus decisiones son magistrales pero aparentan ser simples. Nos lleva a su antojo por la historia que quiere contar, sin que nos demos cuenta cuáles son los trucos que dispone en el camino. Como el mejor de los magos, cuanto más vemos, menos vemos. Su estilo es clásico; su eficacia es muy difícil de lograr y cada película suya es un manual de dirección del que vale la pena aprender.
“Puente de espías” puede ser una de esas películas menores en su filmografía, pero justamente, en esa pequeña historia, luce con sus intervenciones. En primer lugar, jamás se ubica delante de la historia. Aunque omnipresente, el director está escondido. La trama es la prioridad.
El segundo punto, es la economía de recursos en el guión, la destreza para señalar en pocos trazos, la personalidad de los personajes. En esto, la firma de los hermanos Coen al pie del guión también es fundamental. “Puente de espías” es la historia de una negociación, de un hombre común, un abogado de seguros, que tiene que negociar un canje de prisioneros en el medio de la Guerra Fría. La clave es la razonabilidad de dos hombres (un abogado y un espía) en una época de irracionales. Para los protagonistas (James Donovan, el abogado irlandés; Rudolf Abel, el espía capturado en suelo americano), esa guerra no declarada no exime de pensar en los otros como seres humanos. Desde esa concepción, logran salvar situaciones, logran encontrar un espacio donde cumplir con su patriotismo sin abjurar de la ética humana.
(El hombre común triunfante en una situación extraordinaria. Otro ejemplo del Camino del Héroe Campbelliano. Nos identifica su cotidianeidad; si él puede hacerlo, yo puedo hacerlo. Esa naturaleza rutinaria sostiene el suspenso: ¿podrá lograrlo, un tipo del montón, podrá verdaderamente lograrlo?)
Otras señales de sutileza spielbergiana: la fotografía de Janusz Kaminski que nos lleva, con una pátina opaca, a las sombras de la posguerra. Escenografía y vestuario: entrar a un cuarto y los muebles nos sugieren subliminalmente la época; las diferencias de mobiliario y guardarropa nos informan de los contrastes entre el Este y el Oeste.
“Puente de espías” se sostiene en dos muy buenas actuaciones, la de Tom Hank y la de Mark Rylance. Ambas interpretaciones son de baja intensidad, no recurren a desbordes emocionales, se sustentan en las palabras, ladrillos básicos de los abogados y los espías. La capacidad actoral de Hank y Rylance permite transmitir con la misma sutileza, el tenor de la amistad que han desarrollado desde distintos lados del mostrador.
Hay una escena que resume como pocas esa calidad del director, una escena paradigmática del estilo de Spielberg, de su maestría clásica: el traveling entre el Este y el Oeste, visto desde la ventana de un tren que cruza la frontera y que exhibe lo que se juega Donovan, lo que representa Occidente y el comunismo. Los fusilamientos de un lado del Muro rubrica el enfrentamiento que se conoció como Guerra Fría.
En esa aparente medianía, en esa contenida sutileza, Spielberg exhibe su mejor cine. Y por eso sólo, “Puente de espías” es uno de los grandes estrenos del año.
Mañana, las mejores frases.
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