frases de “Los 8 más odiados”

¿Tienes espacio para uno más?

Llevar hombres desesperados vivos es una buena manera de que lo maten.

-No quiero un trabajo tan difícil.
-Nadie dijo que este trabajo debe ser fácil.
-Nadie dijo que debe ser tan difícil tampoco.

Cuando la orden dice “Vivo o muerto”, el resto de nosotros te dispara por la espalda y te lleva muerto en una silla de montar. Pero cuando John Ruth “El Colgador” te atrapa, no mueres por una bala en la espalda.

Ahora, Daisy, quiero que trabajemos en un sistema para hablar con señales. Cuando te golpeo con el codo muy duro en la cara eso significa: cállate. ¿Lo entiendes?

Considerando que hay una tormenta de nieve en camino, hay muchos tipos caminando por aquí, ¿no cree, mayor?

-Como he dicho, amigo, me tienes en desventaja.
-Mantenerte en desventaja es una ventaja que tengo la intención de mantener.



Discúlpame por no creer que una ciudad te elegiría para algo que no sea morirte.

Los confederados tomaron nota de mi capacidad para matarlos.

Eso es lo que pasa con la guerra, Mannix. La gente muere.

No éramos bárbaros extranjeros golpeando las paredes de la ciudad. Éramos tus hermanos. Merecíamos dignidad en la derrota.

Porque cuando los negros tienen miedo es cuando los blancos están seguros.

-¡Mantenla cerrada!
-Hay un martillo y clavos en la puerta!

-¿Y por qué es tan importante para usted que la cuelguen?
-Digamos que no me gusta engañar al verdugo. Él también tiene que ganarse la vida.
-Bueno, yo aprecio eso. Permítame presentarme correctamente. Soy Oswaldo Mobray, el verdugo en estas partes.
-Parece que te he traído un cliente.



John Ruth quiere llevarte a Red Rock para un juicio. Y si te encuentran culpable, la gente de Red Rock te colgará en la plaza. Y como verdugo, yo realizaré la ejecución. Y si todas esas cosas pasan, eso es lo que la sociedad civilizada llama “justicia”. Sin embargo, si los familiares y seres queridos de la persona que asesinaste estuvieran fuera de esa puerta ahora mismo y tumbaran la puerta, te arrastraran afuera y te colgaran, eso sería justicia de frontera. Ahora, la parte buena de la justicia de frontera es que es muy satisfactoria. La parte mala es hacer pasar algo malo por bueno. No en tu caso. En tu caso, te lo mereces. Pero otras personas, tal vez no tanto. Pero al final, ¿cuál es la diferencia real entre los dos? La diferencia real soy yo... El verdugo. Para mí, no importa lo que hiciste. Cuando te cuelgue, no obtendré satisfacción de tu muerte. Es mi trabajo. Te cuelgo en Red Rock, voy al siguiente pueblo, cuelgo alguien más allí. El hombre que tira de la palanca, que te rompe el cuello, será un hombre desapasionado. Y esa falta de pasión es la esencia misma de la justicia. Porque la justicia entregada sin desapasionamiento, está siempre en peligro de no ser justicia. Amén.

-¿Qué escribes, amigo?
-Lo único que estoy calificado para escribir.
-¿Qué es...?
-La historia de mi vida.

¡Jesucristo, esa puerta es una puta!

¿El negro en el establo tiene una carta de Abraham Lincoln?



-Eso suena muy parecido a llamarme mentiroso, mi negro amigo.
-Suena mucho a eso, ¿verdad? Pero todavía no lo he hecho.

Capitán Mannix, dígale al negro que yo no reconozco negros en uniformes del Norte.

Sé que los estadounidenses no son aptos para dejar que una pequeña cosa como una rendición incondicional se interponga en el camino de una buena guerra.

Sí, Warren. Ése es el problema con los viejos. Puede patearlos por las escaleras y decir que fue un accidente. Pero no puede dispararles.

¿Puedo sugerir una posible solución? Dividimos Minnie a la mitad. El lado norte y el lado sur. Con la mesa de la cena operando como un territorio neutral. Podríamos decir que el lado de la chimenea actúa como representante simbólico de Georgia. Mientras que el bar representa... ¡Filadelfia!

Uno de ellos no es lo que dice ser.



Uno de ellos, tal vez incluso dos, está aquí para liberar a Domergue. Y para lograr eso matarían a todos aquí. Y tienen un par de días. Así que todo lo que tienen que hacer es estar tranquilos y esperar una oportunidad. Y ahí es cuando atacan. ¿Verdad, perra?

Ésta es Daisy Domergue. Se la busca viva o muerta por asesinato. Diez mil dólares. Ese dinero es mío, muchachos. No quiero compartirlo. No voy a perderlo.

El trabajo de un bastardo nunca termina, ¿no, John Ruth?

-¿Pero no te sientes un poco mal por colgar a una mujer?
-Hasta que inventen un gatillo que una mujer no pueda tirar, si usted es un verdugo tendrá que colgar mujeres.

-¿Qué te pasa, John Ruth? ¿Herí tus sentimientos?
-De hecho… lo hiciste.

Pero no tienes ni idea lo que es ser un hombre negro en América. La única vez que un hombre negro está seguro, es cuando los blancos están desarmados.

Cálmate, hijo de puta. Compartí un campo de batalla con este hombre. ¿O me negará eso también?



-¿Cómo es la vida desde la guerra?
-Tengo ambas piernas. Tengo ambos brazos. No me puedo quejar.

-¿Usted conoció a mi muchacho?
-Sí... Sí lo conocía.
-Usted no conoció a mi muchacho.
-Como quiera.
-¿Conoció a mi hijo?
-Sé el día en que murió. ¿Y usted?
-No.
-¿Quiere saber qué día era? El día que me conoció.

Nunca le di a su muchacho esa cobija. Incluso después de todo lo que hizo. E hizo todo lo que le pedí. Sin manta. Esa manta era sólo la promesa de un mentiroso. Como esos uniformes que la Unión les dio a los soldados de color que eligió no reconocer.



Abres tu boca: obtendrás una bala. Te mueves de repente, un poco extraño: obtendrás una bala. No una advertencia. No una pregunta. Una bala.

¿Qué encantos tiene esta perra que hace a un hombre valiente matar a sangre fría?

Actúe como un hombre viejo. Vaya a dormir.

Así que el nombre del juego aquí es paciencia.

¿Tú crees en Jesús, perra? ¡Bien! ¡Porque estás a punto de conocerlo!

-Morirás en esta montaña, Chris. Mi hermano lidera un ejército de hombres...
-¡Y una mierda! ¡Mi papi dirigió un ejército! ¡Un ejército renegado peleando una causa perdida! Mi papi mantuvo juntos a cuatrocientos hombres después de la guerra, con nada más que respeto en su liderazgo. Tu hermano era un tonto que lideró una banda de asesinos.



Vamos a morir, blanquito. No tenemos control sobre eso. Pero hay una cosa en la que tenemos control. Y es como mataremos a esta perra.

Ése fue un bonito baile.

“Mi Mary Todd...”. Ése es un buen toque.