libreta chatarra: madame lalaurie (II)

21.1.16

madame lalaurie (II)

Los hombres que acudieron a sofocar el incendio en la Mansión LaLaurie, debieron reprimir el vómito al tirar abajo la puerta del cuarto piso. Siete esclavos salvajemente torturados colgaban suspendidos por el cuello, con sus extremidades estiradas o destrozadas. Una esclava llevaba un collar de hierro; otra tenía una herida tan profunda en la cabeza que apenas podía caminar. Las historias sobre la Mansión se fueron sucedieron: desollamientos vivos, ojos y uñas arrancadas, collares con púas que obligaban a las víctimas a mantener posturas estáticas, mutilaciones, introducción de alimañas vivas en las bocas de los torturados, miembros amputados esparcidos en el piso, intestinos arrancados a esclavos vivos que eran amarrados a sus muñecas.

Alguna leyenda habla de que Madame LaLaurie desollaba a los esclavos para vestir con un vestido de piel como disfraz de oruga; otras cuentan que mediante hachazos mutilaba a sus víctimas para convertirlos en cangrejos humanos. Hay evidencias de esclavos castrados a los que se les taladraba el lugar donde antes habían estado los testículos. Las cabezas, brazos, torsos, se apilaban en botellas repletas de sangre.

Cuanto de esto es real o leyenda popular, no podrá saberse. Pero las torturas a los esclavos fueron los suficientemente sangrientas y verificadas para que el pueblo de Nueva Orleanas, enfurecido, tomara la Mansión LaLaurie y arrasara con todo en ella.

Madame LaLaurie huyó en un carruaje, rumbo al Puerto. Se dice que Alabama y París fueron su destino. Los esclavos fueron exhibidos a la población de la ciudad para que vieran el cruel trato que habían recibido de su ama. Más de cuatro mil habitantes de Nueva Orleans desfilaron para ver a los desdichados.

En el jardín de la Mansión encontraron más de setenta cuerpos, entre ellos, los de un niño.

Nunca nadie más vio a Madame LaLaurie. Pero en 1930, Eugene Backes, sacristán del cementerio de Saint Louis, descubrió la siguiente placa de cobre sobre una tumba: “Madame LaLaurie, née Marie Delphine Macarty, décédé à Paris, le 7 Décembre, 1842, à l'âge de 6--.". Esto es: Madame LaLaurie, nació Marie Delphine Macarty, murió en París, el 7 de diciembre, 1842, a la edad de 67 años.

Madame LaLaurie murió impune en París.

La Mansión LaLaurie estuvo abandonada durante unos años después del incendio. Luego fue reconstruida y utilizada como escuela, conservatorio de música, refugio de delincuentes, bar, tienda de muebles y un edificio de costosos departamentos. El edificio sigue en pie en la esquina de Royal y Governor Nicholls y uno de sus propietarios fue el actor Nicolas Cage quien la compró a través de una compañía en 2007.

Las historias de fantasmas circularon alrededor del inmueble que quedó como un monumento de la infamia, un homenaje en silencio a las anónimas víctimas que cayeron en manos de la perversa Madame LaLaurie y sufrieron con agonía su oscuridad.