5.7.16

el amigo invisible

clarín

El hombre había nacido en Córdoba allá por 1900. Pero cada tarde-noche, cuando estaba frente al micrófono, el clásico “cantito” ni se notaba. Es más: su fraseo parecía norteño, como si fuera riojano, catamarqueño o tucumano. Así, marcando las erres y estirando las íes, presentaba los avisos publicitarios, a los que después seguían curiosidades, reflexiones y poesías varias. Este microprograma se emitía por Radio El Mundo de Buenos Aires. Y aunque había sido pensado para estar en el aire sólo un año, su éxito fue tan grande que se mantuvo tres décadas. El título era simple: Casos y cosas. Pero muchos lo identificaron como el programa del “amigo invisible”.

“El amigo invisible” se llamaba Eugenio Félix Miletti. Había llegado a Buenos Aires en 1924 y su primera actividad fue como cantante en LOX Radio Cultura, que trasmitía desde dos años antes. Lo curioso era que su antena, que había estado un tiempo en el Plaza Hotel, se ubicaba en una zona por entonces más “descampada”, en el cruce de Canning y avenida Alvear (hoy Del Libertador).

Para 1925, Miletti ya estaba trabajando en LOZ Radio Sudamérica, aquella que en septiembre de 1923 había trasmitido boletines informativos sobre la pelea de box entre Luis Angel Firpo y Jack Dempsey en Estados Unidos. Hacia 1928, el hombre había cambiado otra vez. En ese año era locutor de la famosa LOO Radio Prieto (luego tendría la sigla LS2), una emisora que en ese mismo año presentó las “gloriosas” actuaciones en vivo de Carlos Gardel. La calificación de “gloriosas” corresponde al cantor.

Pero la fama para Miletti llegaría recién cuando pasó a trabajar a una emisora que estaba destinada a hacer historia. Se inauguró el 29 de noviembre de 1935 y su edificio, con los mayores adelantos técnicos y acústicos (era una copia de los estudios de la BBC de Londres), estaba en Maipú 555. Tenía siete estudios repartidos en tres pisos, dos auditorios y hasta contaba con aire acondicionado central, algo que en el Buenos Aires de esos tiempos sólo tenían seis edificios. El proyecto lo realizó el arquitecto Alfonso Spandri y la Constructora Razzoni y Esperne se encargó de la obra.

La emisora era Radio El Mundo, propiedad de la Editorial Haynes, que imprimía el diario El Mundo (el de mayor tirada de ese momento) y las revistas El Hogar y Mundo Argentino, entre otras. El día de la primera trasmisión, al lado de Harry Wesley Smith (el yerno de Alberto Haynes y quien, a su muerte, lo sucedió como director de la editorial) estuvo hasta el presidente Agustín P. Justo y su esposa Ana Bernal. El director artístico de la radio era Enrique del Ponte. En la apertura actuaron una orquesta sinfónica con 60 integrantes dirigidos por Juan José Castro; el mexicano Juan Arvizu con la Orquesta Caravelli y “La ñata gaucha”, como conocían a Azucena Maizani. Después, durante años, el 85 por ciento de su programación artística sería en vivo.

Fue dentro de esa gran estructura de Radio El Mundo (y su red Azul y Blanca de emisoras argentinas que cubría el país), por la que pasaron artistas internacionales como Tito Schipa, Arturo Rubinstein, María Félix, Josephine Baker, Manuel de Falla, Edith Piaf, Bing Crosby y Maurice Chevallier, donde Miletti presentaba sus Casos y cosas. Cuando ya había caído la tarde, con suave voz, decía “Mis respetables amigos, muy buenas noches”. Tras leer alguna publicidad, agregaba algún comentario breve para luego lanzar su característico “y ahora, un raio de luz con los grandes pensadores de la vida”. Entonces surgía la “frase célebre”. Un ejemplo: “Si tienes un jardín lleno de flores y una biblioteca con muchos buenos libros, seguramente vivirás en un paraíso divino”. El cierre era siempre el mismo: “Señoras, señores, les habló el amigo invisible”.

Por supuesto, el gran público no conocía ni el nombre ni la imagen de ese “amigo invisible” quien, hasta avanzada la década de los ‘60, siguió haciendo esa presentación que había comenzado junto con Radio El Mundo. A pesar de ese anonimato, Miletti gozaba de gran popularidad.

(…)


EDUARDO PARISE
“Los casos y cosas del amigo invisible”
(clarín, 20.06.16)

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