Ayer, en la sección de fúnebres de “La Nación”, descubrimos uno de esos avisos que salen de la media y que nos permitió asomarnos a una historia de vida, deliciosa, como las que solemos leer en las páginas de una novela.
Sin conocerlo, sirva este post como nuestro homenaje a Edgardo.
No ha pasado en vano por la vida.
TISCORNIA, Edgardo, q.e.p.d., falleció el 30-6-2016. - Tu mujer Marta Josefina Benavides; mis hijos Horgan Benavides, Santiago y Natalia, Nano y Laura, Federico y Cecilia y mis nietos Camila, Peter, Julieta, Olivia y María y Pluto te despiden con todo amor. Fuiste padre de mis hijos y abuelo de mis nietos, diste mamaderas, los hiciste dormir, los llevaste al colegio, al fútbol y jugaste con ellos al tiburón. Formaste parte de la familia Benavides Dubiau, te adoraron mis padres, abuelos y tíos. Me corrías para abrazarme y besarme cuando tenía 3 años y vos 12 y la familia decía que eras mi novio pero yo no quería tus besos. Cada uno siguió su camino, te casaste, tuviste 2 hijos, me casé, tuve 3 hijos pero en la madurez nos volvimos a encontrar y nos amamos y casamos hace 21 años. Todos estamos muy tristes, te recordaremos como una gran persona, honesta, generosa, seductora, divertida y brillaste por donde pasaste. Un grande. Luchamos e hicimos todo lo posible para salvarte pero al final te dejamos partir. Ya estabas muy cansado. Ahora estás con todos los que te quisieron. Te vamos a extrañar y todos te lloramos. Te amaremos eternamente. Hasta siempre mi amor. - LAZARO COSTA, Tel. 4812-8040.
(la nación, 01.07.16)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario