4.12.10

la mierda de ser uno

Photobucket
AVENIDA Q
data: http://www.avenidaqelmusical.com/

Traída de Broadway, la versión argentina de “Avenida Q” dio sus últimas funciones del año. Comedia gay friendly, historia de perdedores que no dejan de soñar, tiene un hallazgo teatralmente notable: los personajes son muñecos al estilo “Plaza Sésamo” y los actores que los manejan están a la vista de todos y forman parte del acto teatral, tanto o más que los muñecos.

Photobucket

Para darse una idea de la ingeniosa puesta en escena, vale ver la primera escena de la comedia, los temas “Dónde meter el diploma que obtuve” y “Que triste es ser yo” (el video incluye “Sin porno no hay internet”, un tema posterior del primer acto):



Es notable como opera la suspensión de la incredulidad que se le exige a cualquier espectador, en cualquier acto artístico. Personalmente, empecé siguiendo a los actores, más que a los muñecos. Y terminé enganchado con los muñecos, olvidándome de los actores como a la media hora de la obra.

Photobucket

Avenida Q es una calle miserable donde vienen a morir las ilusiones. Estética de conventillo, los protagonistas se apoyan mutuamente en sus pequeñas tragedias, comparando miserias. Una chica que busca novio, un gay que no salió del placard pese a los intentos de su amigo, un comediante fracasado, una psicóloga a la que se le escapan los pacientes, un chico con un título bajo el brazo y un futuro de hambre, un monstruo peludo y masturbador, una femme fatale con corazón de travesti. Y, reinando sobre todos los fracasados, el Supremo entre los fracasos: Gary Coleman. Su mejor momento ya pasó; su padre le robó todo el dinero; todos les recuerdan su pasado y ahora sobrevive (en la ficción de “Avenida Q”, claro) rentando los casas de esta calle tan especial.

Photobucket

“Avenida Q” es una sucesión de gags y canciones; el público ríe del principio al fin, a carcajadas en más de una ocasión. Hay líneas especialmente crueles, hay mucho intento de transgresión en el ambiente. El elenco muestra puntos altísimos y una coordinación y simbiosis con los peluches perfecta. Sin embargo, cuando se rasca la superficie, nos parece que “Avenida Q” tiene menos sustancia que el cascarón brillante que la contiene. El segundo acto, especialmente, tiene una resolución convencional y apurada, muy despareja respecto al acto anterior. Y nos queda esa percepción final de una obra hecha de retazos, sin que haya una idea principal que sostenga a las partes en juego.

Photobucket

Es una buena sensación comprobar que por estos lares hay recursos de sobra para la comedia musical. Los puntos más altos del excelente elenco son Mariano Chiesa, Federico Salles y, muy especialmente, Silvana Tomé como Chow Fan, la psicóloga japonesa que aporrea a su novio, un comediante fracasado.

Con todas sus falencias, “Avenida Q” no deja de hacerle pasar un buen momento al espectador. Pero el resultado diverge mucho de su potencial. Esperemos que le encuentren nuevas vueltas de tuercas en futuras versiones.

Como despedida, otro segmento de la obra, el tema “Si fueras gay”:

No hay comentarios.: