22.9.11

conozco la canción: la cumparsita (II)

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El 6 de junio de 1924, en el viejo teatro Apolo de Buenos Aires (en Corrientes al 1300), se estrenó “Un programa de cabaret”, una olvidable pieza interpretada por la compañía teatral de Leopoldo Simari. Bajó de cartel poco después pero, sin embargo, pasó a la historia por un tango que se cantaba en el segundo cuadro de la obra. Allí, el cantor Juan Ferrari estrenó “Si supieras”, un tango de Pascual Contursi y Enrique Maroni.
Si supieras
que aún dentro de mi alma
conservo aquel cariño que tuve para ti.
Quién sabe si supieras
que nunca te he olvidado
volviendo a tu pasado
te acordarás de mí.
La letra de Contursi le daba vida al olvidado tango de Matos Rodriguez. Sin permiso de su autor (algo habitual en esos tiempos), Contursi le puso la mejor letra a “La Cumparsita" y la relanzó, ahora sí, a la gloria.

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Poco después, Carlos Gardel le dio el espaldarazo definitivo, grabando la canción con sus guitarristas Barbieri y Ricardo:



En las palabras del autor de tangos Víctor Soliño: “‘La Cumparsita’ comenzó a escalar los pocos escaños que le faltaban recorrer para situarse en la cumbre de la gloria".

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Cuando Francisco Canaro viaja a París, encuentra a Matos Rodríguez y, tras los abrazos y preguntas de rigor, Canaro le cuenta del renacimiento de su tango con la inclusión de la letra de Contursi y lo pone al tanto de la repercusión que su obra tenía en Buenos Aires.

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Rápidamente, Matos Rodríguez escribe una letra alternativa para anexarle a su tango, poéticamente menor a la de Contursi:
La cumparsa
de miserias sin fin desfila
en torno de aquel ser enfermo
que pronto ha de morir de pena,
por eso es que en su lecho
solloza acongojado
recordando el pasado
que lo hace padecer.
En 1926, esta versión la graba Roberto Díaz y se suman más versiones con otros intérpretes.

Una memorable es la del tenor italiano Tito Schipa, uno de los más famosos intérpretes líricos de esos años:



Matos contrató a su compatriota, el joven abogado Calatayud quien interpuso acciones legales para, primero deshacer la venta de los derechos del tango que Matos había realizado a la casa Breyer Hnos. y luego, lograr la prohibición de la ejecución de “La Cumparsita" con otra letra distinta a la escrita por Matos.

En 1932 muere Contursi y su viuda Hilda Briano y Maroni inician un juicio por daños y perjuicios a Matos. La contienda legal se prolonga durante años y culmina, recién en 1948, con un laudo arbitral del propio Francisco Canaro. La sucesión de Matos se llevó el 80% de los ingresos devengados del tango, Maroni y la sucesión de Contursi se llevó el 20% restante y, por lucro cesante, José Razzano fue indemnizado con $5 mil. Quedó establecido que, en adelante, las futuras ediciones de “La Cumparsita" debía registrar las dos letras mencionadas, con exclusión de cualquier otra.

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Y cabe destacar esta mención de excluir cualquier otra, porque hay más letras para este tango: una de Alejandro del Campo, publicada en 1926 en “El alma que canta”, posiblemente a pedido de Matos que veía como Soliño se atrasaba en el encargo de una letra para competir con la versión de Contursi; otra de Augusto Mario Delfino comentada por el poeta Nicolás Olivari en una nota en 1957; incluso hay una inglés, escrita en 1937 por Olga Paul titulada “The masked one” (“La mascarada”). (En las fuentes, hay un buen artículo de Ricardo Ostini con estas letras).

Hay una versión que hizo famosa Julio Sosa, recitando un poema de 1943 del poeta Esteban Celedonio Flores sobre la música original de “La Cumparsita". El poema es “Por qué cantó así” y ésta es uno de las memorables interpretaciones de “El Varón del Tango”:



Consolidada en el imaginario tanguero, “La Cumparsita" fue recreada en múltiples versiones. En la última parte de este artículo, haremos una selección de versiones buenas, muy buenas y francamente deplorables. Pero queremos cerrar esta segunda entrega con, seguramente, la mejor versión, la más tradicional, la que los bailarines tangueros prefieren, la del maestro Juan D’Arienzo, en una emisión de la televisión uruguaya de 1961:



(continúa mañana)

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