14.3.12
aunque nadie lo crea, ni siquiera yo
TAKE SHELTER
data: http://www.imdb.com/title/tt1675192
Tiempos volátiles, inseguros, donde todas las certezas se vuelan de un plumazo. ¿Cómo compatibilizar la razón con la intuición? En estos tiempos, personajes históricos como Noe o Juana de Arco habrían sido medicados por sus alucinaciones y arrojados al fondo del cuarto de un sanatorio. Sus intuiciones certeras eran, básicamente, psicopatologías mirando desde la vereda de la racionalidad. Sin embargo, la historia mutó con sus acciones basadas en el acto de fe de su locura.
Curtis empieza a obsesionarse con la construcción de un refugio antitormentas en el fondo de su casa. La construcción no es necesaria. Y como si fuera poco, su financiación es riesgosa para el limitado presupuesto de una típica familia medio oeste norteamericano (esposa e hija hipoacúsica) en tiempos de crisis económica. Pero Curtis no puede dejar esos sueños de lado, sueños que sugieren la llegada de una inminente catástrofe. Curtis tiene treinta tantos años, la edad en la que se declaró la esquizofrenia de su madre. Ése es el dilema dramático de nuestro protagonista: él sabe algo que los demás no saben o él se está volviendo loco. O, posiblemente, ambas posibilidades.
Ése es el brillante planteo de “Take shelter”, la película dirigida y escrita por Jeff Nichols, protagonizada por Michael Shannon y Jessica Chastain. “Take shelter” nos hace recordar los planteos de otras dos brillantes y recientes películas, “Another earth” (http://libretachatarra.blogspot.com/2011/11/escondiendo-el-genero.html) y “Melancolía” (http://libretachatarra.blogspot.com/2011/11/manana-es-el-fin-del-mundo.html). Como en sus precedentes, “Take shelter” nos describe un escenario real con un componente eventualmente fantástico. La dosificación de la información que se entrega al espectador permite que ambas posibilidades (la realidad, la fantasía) sean probables hasta la escena final. Lo perturbador de “Take shelter” es que lo excepcional puede suceder en un ambiente totalmente cotidiano, regular, estable.
La trama de “Take shelter” puede interpretarse en varios niveles. En un primer nivel, es la descripción de un deterioro mental. Lo trágico en el derrumbe de la mente de Curtis es que el personaje no deja de razonar, no se opaca de la noche a la mañana, sino que piensa, constantemente piensa, prevé planes de acción y actúa para anticiparse al brote psicótico. Pero cada paso racional que efectúa, lo acerca más a la locura. Ecos de la tragedia griega en Curtis: el personaje martirizado por los Dioses que se debate con denuedo pero en vano. Su batirse en la adversidad lo torna heroico.
No hay mucho que se pueda decir de Michael Shannon, indispensable para este papel y esta película, sin caer en la repetición. Su actuación es clave. Transmite en la dosis justa, sin excesos ni artificialidad, la batalla que se desarrolla en el interior del cerebro de su personaje. Basta verlo en uno de los tantos planos en el que mira al cielo, buscando los signos de una tormenta en un cielo celeste, para dar una idea acabada de su composición.
En un segundo plano, “Take shelter” refleja la paranoia de estos tiempos difusos, la sensación que estamos al borde de una catástrofe inminente y que nuestra vida es la mera especulación de cuándo nos va a alcanzar el desastre. La actitud de Curtis de esconderse en el pozo más oscuro, alejado de todos, esperando que pase la tormenta, es una metáfora del miedo del ciudadano promedio. El futuro se ha vuelto hostil, el mundo se ha tornado un lugar peligroso. Esa sensación surca la trama de “Take shelter”.
El final recalifica todo lo visto. Nos abre otra línea de interpretación: cuán funcional es la racionalidad en épocas de incertidumbre. Hijos de la civilización occidental, estimamos la razón sobre la intuición, aún en aquellas situaciones que cada célula de la piel nos diga que la verdad no es la realidad que podemos ver. Cuando el conjunto se guía por la razón (aunque el entorno lo desmienta), aquel que percibe lo que los otros no quieren ver, inevitablemente es condenado como demente.
Tal vez la tormenta ya esté sobre nosotros. Quizás, los nubarrones se arremolinan anunciando el fin. Y seguimos transitando, paseando bajo el sol, censurando la actitud de aquellos que miran al cielo, en busca de los signos del último temporal.
Una última reflexión: los casos de “Melancolía”, “Another Earth" y “Take shelter” tal vez estén marcando una tendencia reciente en las ficciones: el género fantástico escondido en un drama tradicional. Cuanto más eficaz sea el mecanismo de ocultamiento del género, más fuerte es el impacto que logra en el espectador. El recurso de yuxtaponer lo fantástico a lo cotidiano, fue una herramienta usada con mucha eficacia por gente como Borges o Cortázar, casi una marca de fábrica nacional. A estar atentos a lo que venga para ver si estamos ante una tendencia en la ficción cinematográfica.
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