18.7.12
no hay peor cuña que la del mismo palo
PIE DE PÁGINA
data: http://www.imdb.com/title/tt1445520
Ésta fue una de las películas que nos perdimos de comentar cuando estuvo en los cines. Nos pusimos al día y no queremos que pase desapercibida. Es una muy buena película, candidata al Oscar por Israel, una mezcla de comedia y drama ácido. “Pie de página” es la historia de una relación conflictiva, la de Uriel Shkolnik y su padre Eliezer, expertos del Talmud ambos, enfrentados por los celos académicos y por las distintas posturas en su disciplina.
Eliezer dedicó treinta años de su vida a comparar los distintos textos del Talmud para identificar el texto base que se utilizaba antiguamente en Europa y que difería del original. Su proyecto era entendido por pocos (casi nadie), un minucioso trabajo de hormiga, rascando textos viejos en las bibliotecas, que coronaría con una monumental publicación que sería la ratificación de su superioridad intelectual en el tema. El uso del potencial está justificado, porque un año antes de ese gran momento, un investigador rival descubrió el texto presumido en una biblioteca, lo publicó e hizo inservible todo el metódico trabajo de Eliezer.
Uriel, como su padre, decidió ser un investigador de los textos judíos. Pero su estilo es más descontracturado, más light, más mediático y menos formal. Todo lo opuesto de lo que piensa su padre. Y ha tenido mucho más éxito y aprecio que el que ha recibido su padre. Y esas dos posturas se enfrentan en un conflicto medular: el otorgamiento de un premio nacional a Eliezer que, en realidad, era para Uriel.
El guión, escrito y dirigido por Joseph Cedar, es muy rápido, muy eficaz en mostrar pequeños detalles diseminados en la catarata de palabras. Es notable que esos nimios gestos dicen mucho más de los personajes que todo lo que expresan verbalmente. Hay una sutil mirada sobre el poco valor que tienen las palabras, de lo poco precisas que son para transmitir lo que los protagonistas sienten y desean, paradójicamente justo en personajes cuyo trabajo es la precisión de los vocablos utilizados.
El conflicto padre e hijo es central. Pero también la de su especular relación maestro – alumno. Hay una hostilidad muy grande, un alto nivel de agresión entre los protagonistas, al punto que ya se convirtieron en extraños. No obstante, el grado de hostilidad parece asimétrico. Es Eliezer quien ostenta el mayor nivel de intransigencia, hacia su hijo y colega. Es un personaje encerrado en sí mismo, incapaz de dar amor, de comunicarse con otro. Encerrado en la autosuficiente torre de marfil de su soberbia, se ha alejado de los otros, lo suficiente para confirmar su superioridad intelectual y moral. El golpe del final es el cachetazo del destino para saber que ha malgastado su vida. No está alejado porque es superior al resto; sencillamente, los otros lo han ignorado. Todos los logros de su vida se reducen a una simple mención en una nota al pie.
La descripción de Eliezer nos provoca muchas sonrisas, no tanto porque el protagonista genere situaciones graciosas, sino porque, inevitablemente, relacionamos sus tics con los de otros personajes que hemos conocido en nuestra limitada vida universitaria. Es frecuente, en los ámbitos académicos, encontrarse con gente como Eliezer, tipos abocados a una investigación que consideran suprema y que, en realidad, no pasa de un mero ejercicio intelectual masturbatorio que no significa ningún avance en el estado de las ciencias. No es raro que asuman ese rol de beligerancia contra el mundo como este tuviera una deuda con sus personas que se negara a asumir.
Una idea final: pese a sus limitaciones, su imposibilidad práctica de transmitir exactamente lo que sentimos, las palabras siempre (y aún a pesar nuestro) terminan diciendo lo que nosotros nos negamos a decir. Tal vez, sólo se necesite un filólogo para entender quién y cómo están dichas.
La pétrea cara de culo de Eliezer está magníficamente construida por la actuación de Shlomo Bar-Aba, magistral en la interpretación de ese personaje disfuncional. Lior Ashkenazi corresponde con el rol del hijo exitoso y cobarde.
Para recomendar, “Pie de página” es una muy buena película, para agendar. No la dejen pasar. Mañana, las mejores frases.
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