17.7.12
rosedal
Es cierto. Al lugar se lo conoce como El Rosedal de Palermo porque allí hay unas 18.000 plantas de rosas. Pero antes de 1852 muchos también lo identificaban con ese nombre aunque no aludían a los rosales sino a los dominios de Juan Manuel de Rosas, aquel gobernador de Buenos Aires que tenía allí su residencia, esa que demolieron tras su derrocamiento. Fue en esos terrenos expropiados donde se diseñó el Parque Tres de Febrero (fecha de la batalla que decretó la caída de Rosas), tarea que estuvo a cargo del paisajista francés Carlos Thays. Y donde, 62 años más tarde, se iba a inaugurar ese sitio que ya es Patrimonio Cultural e Histórico de la Ciudad, el mismo que en los últimos días fue noticia por saber quién se iba a encargar de su mantenimiento después de que la empresa YPF volviera al Estado argentino.
La idea de que allí hubiera un jardín de rosas fue de Joaquín Samuel de Anchorena, intendente porteño entre 1910 y 1914. Y el encargado de realizarlo fue el ingeniero agrónomo Benito Carrasco, un discípulo de Thays, quien esos tiempos era el director de Parques y Paseos. Para El Rosedal se destinaron más de tres hectáreas que están entre las actuales avenidas Infanta Isabel, Iraola y Pedro Montt.
Justamente sobre la avenida Infanta Isabel está un puente de acceso al parque. Se lo conoce como el puente helénico por su arquitectura de estilo griego.
La obra de instalación de todos los rosales y el desarrollo de sus senderos se realizó entre mayo y noviembre de 1914. Y la inauguración se hizo el 24 de noviembre de ese año. En aquel momento se habían plantado casi 15.000 rosales de unas 1.200 variedades.
(…)
Por supuesto que El Rosedal porteño figura también entre los más importantes del mundo y no sólo por sus plantas sino también por su diseño que incluye, además del bello puente de la entrada, una gran pérgola también de estilo griego, un embarcadero junto a un pequeño lago y un templete.
Para completar los atractivos del lugar se puede decir que en esa área del parque también está el Patio Andaluz, que incluye una hermosa pérgola, una glorieta y una espectacular fuente hecha con mayólicas. Ese sector fue un regalo que la ciudad española de Sevilla le hizo a Buenos Aires en 1929.
(…)
EDUARDO PARISE
“Origen del Rosedal de Palermo”
(clarín, 16.07.12)
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