17.1.13
todo tiene que ver con todo
CLOUD ATLAS: LA RED INVISIBLE
data: http://www.imdb.com/title/tt1371111
Historias a varias bandas, insertas en un entramado cósmico. Los Hermanos Wachowski junto al alemán Tom Tkywer dirigieron la traducción cinematográfica de la novela de David Mitchell y el resultado es más que bueno. “Cloud Atlas” es de esa clase de film que va a ser subestimado por la crítica. Básicamente por ser una película con un mensaje positivo y sostener una tesis de una instancia superior en el universo. Por lo que rápidamente será catalogado de Nueva Era, de filme pretencioso, de pavada emérita, u otras etiquetas preformateadas, aptas para el crítico cinematográfico progre y snob que solemos padecer por estos lares. Sin ser superlativo, “Cloud Atlas” tiene muchos elementos interesantes, líneas para reflexionar y personajes atractivos. No es menor que, con su duración cercana a las tres horas, pase ligeramente ante nuestros ojos.
En 1935, en un artículo célebre, Albert Einstein junto a sus colegas Boris Podolsky y Nathan Rosen, describieron un experimento mental con la intención de demostrar que la Teoría Cuántica era incompleta. Los detalles del experimento pueden verlo en:
http://www.hablandodeciencia.com/articulos/2012/07/31/el-experimento-epr-einstein-podolsky-rosen/
El artículo fue refutado por Niels Bohr en los días posteriores a su publicación, pero recién en 1964, a John S. Bell se le ocurrió un experimento que pondría a prueba la discusión de Einstein y Bohr. El experimento comprobó la visión de la física cuántica opuesta a la visión determinista de Einstein. El corolario del experimento EPR era que existían efectos a distancia, comunicando la información de una partícula a otra, no importa cuán lejos estuvieran distanciadas, en forma automática, aún a velocidades mayores a la de la luz, límite físico de la velocidad en el universo.
Para algunos, el experimento EPR sugiere que hay una conexión en el nivel subatómico, especulan con que tal vez haya una relación bajo la estructura, bajo el Universo conocido, que une todas las cosas.
Las lecciones contraintuitivas de la mecánica cuántica desarman nuestra lógica y nuestras creencias de cómo opera el Universo. Y, tal vez, el mundo dependa de que estemos ahí para observarlo y que, a nivel subatómico, la realidad es más increíble de lo que podemos sospechar.
“Cloud Atlas” (sin recurrir al experimento EPR) postula esas relaciones que operan bajo la superficie, a través del tiempo y el espacio, manipulando seres humanos que deben tomar decisiones que definirán no sólo su vida actual, si no sus vidas futuras. Toda decisión (todo crimen, todo acto de bondad) define una cadena de causas y efectos que trascienden la historia y que nos guían como actores de un guión que desconocemos desde la noche de los tiempos.
La trama de “Cloud Atlas” es compleja pero no confusa. Es un relato coral, superposición de personajes en un momento determinado, sucesión de un mismo personaje en distintos momentos en el tiempo y sucesión de géneros (policial negro, comedia, ciencia ficción, épica legendaria, drama, suspenso o terror). Los parlamentos se repiten en cada época, reafirmando o (mejor dicho) puliendo conceptos, burilados con cada experiencia de los personajes.
Del puñado de historias, la mejor contada es la de Sonmi-451, la trama de ciencia ficción en una futura Neo Seúl apocalíptica, con Doona Bae, la estrella surcoreana (la vimos anteriormente en “The Host”). La de Zachry, en una engañosa aldea primitiva en la que se relacionan una población de cazadores con una tecnológicamente sofisticada y alienígena, sigue en el ranking de merecimientos.
Uno de los juegos del filme es identificar a los actores en cada historia, en cada momento en el tiempo, ocultos tras el maquillaje. Se pueden transvertir, se vuelven irreconocibles tras la máscara. En los títulos finales, hay un segmento en el que podemos identificar los papeles cubiertos por cada actor. Para aquellos que se quedaron intrigados, rescatamos del sitio “El vortex”, el siguiente diagrama resumen:
fuente: http://elvortex.com/?p=6745
Hay una idea central del filme que sostiene la yuxtaposición de todas las historias: todos estamos interconectados y nuestras decisiones influyen, no sólo en otros, sino en nosotros mismos, en el futuro y en el pasado. El amor es el único hilo conductor presente en las distintas edades históricas. Eso nos define. Hay una línea de aprendizaje que vamos recorriendo de vida en vida. Y eso no implica que la evolución sea constante: hay (puede haber) retrocesos; hay riesgos de involuciones. En todo caso, siempre existe una oportunidad de tomar un camino u otro. Y en esas decisiones vitales se define para que lado iremos: hacia el bien o hacia el mal.
La existencia del amor puede cambiar el derrotero de personajes que enfilan para el lado oscuro. Un buen ejemplo lo constituye Isaac Sachs, el científico que toma un riesgo para proteger a la reportera Luisa Rey. Su parlamento en el último viaje en avión, revela esta idea. Imprevistamente, el amor cambió su vida. ¿Cómo pudo ser? ¿Cómo puede estar seguro? No hay teoremas matemáticos que lo demuestren. Sólo lo sabe.
Hay otra idea interesante: la postulación de un orden jerárquico, un llamado orden natural, justificado (en toda época y lugar) por los tipos más canallas. La religión, las clases sociales, las instituciones familiares, se tornan estructuras convencionales utilizadas para tabicar nuestras decisiones éticas, utilizadas para torcer lo que sentimos, lo que es justo, lo que es correcto. Una y otra vez, ante un personaje que está por tomar una decisión ética, otro personaje esgrime una convención, un tabú, una cosa que es así porque siempre fue así y siempre lo será. Aquellos seres que logran ver más allá de esos límites artificiales, aquellos capaces de objetar la naturalidad de esas estructuras, son los que evolucionan, son los que dan un paso más y, con ellos, la humanidad. Esos cambios pueden ser menores, nimios, pero su repercusión es incalculable. El ejemplo claro es el de Sonmi-451: presa, a punto de ser sentenciada a muerte, atada, sin ninguna manera de efectuar un contraataque. Sólo tiene la palabra. Y esa palabra es suficiente para provocar un cambio en la historia de la humanidad.
Del elenco de estrellas que participan de “Cloud Atlas”, nos quedamos con las actuaciones de Tom Hanks, Jim Broadbent, Doona Bae y Halle Berry porque es muy linda.
Mañana, las mejores frases.
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1 comentario:
A Hugh Grant me costó reconocerlo antes de los títulos finales. Sospechaba que era el hermano de Cavendish, pero no lograba individualizarlo. Gracias Bella por los comentarios, ya le encargo armar el Fans Club de Libreta Chatarra. :-)
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