Gaius Plinius Cecilius Secundus, conocido como Plinio el Viejo, militar romano, naturalista y filósofo, nacido en el año 23, escribió Naturalis Historia, una obra majestuosa de treinta y siete volúmenes. Allí narra la historia de un orfebre que lleva al emperador Tiberio un plato más brillante que el oro, hecho de un material extraído de arcilla gracias a una receta secreta. Tiberio, conquistador de lo que hoy es la mayor parte de Europa, ve amenazada su fortuna al imaginar este material “precioso” en manos de mucha gente. Lejos de felicitar al orfebre, manda a descabezarlo. Y con esa cabeza queda enterrada la receta de este nuevo y brillante material: el aluminio.
Así, Tiberio imposibilitó que el aluminio se convirtiera en algo accesible. En 1886, el inventor Charles Hall, por un lado, y el científico Paul Héroult, por otro, arribaron al método que permitió obtener aluminio mediante la electrólisis; ese hallazgo bajó dramáticamente el precio del material y lo volvió accesible y abundante.
(…)
Álvaro Rolón
“Escasean las ideas, no los recursos”
(la nación, 03.02.10)
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