Recuerda, recuerda, el 5 de noviembre.
El complot y la traición de la pólvora.
Sé que no hay ninguna razón para que la traición de la pólvora
debiera ser olvidada
El 5 de noviembre de 1605 el Rey Jacobo I abría las sesiones del Parlamento Británico. La cita estaba pactada para unas semanas antes, en los primeros días de octubre, pero una epidemia había pospuesto la apertura del Parlamento.
La jornada iba a ser un día clave para un grupo de católicos que habían planeado un atentado contra el monarca, debido a las represalias que estaban sufriendo de parte de los protestantes. El propósito de la Conspiración era hacer explotar el Parlamento y matar al rey y a los aristócratas protestantes, raptar a los infantes reales y promover una rebelión que culminara con la instauración de un rey católico en el trono.
El grupo reconoce los nombres de Robert Catesby, Robert Wintour, John Grant, Christopeher Wright, Thomas Percy, Thomas Bates, Francis Tresham como alguno de los intrigantes. Pero la fecha quedará ligada a un nombre: Guy Fawkes.
Pacientemente, durante más de un año (y tras desechar la opción de cavar un túnel) acumularon treinta y seis barriles de pólvora en un sótano alquilado del Parlamento. Tenían todo preparado para llevar a cabo su plan, pero una filtración frustró la conspiración. Una carta anónima recibida por el noble William Parker (cuñado de Tresham) le advertía del riesgo que corría si asistía a la ceremonia de apertura del Parlamento. Hay una fuerte presunción que Tresham fue el autor de la misiva para salvar a su cuñado. Pero éste puso en aviso a las autoridades quienes registraron el Parlamento y encontraron el depósito de pólvora y en él, a Guy Fawkes en pleno preparativos.
Fawkes fue sometido a las brutales sesiones de tortura de la época y algunos historiadores aseguran que no dio nombres de ninguno de sus socios en el motín. Lo cierto es que la Conspiración de la Pólvora fracasó y sus organizadores fueron capturados y sentenciados a muerte. Siguiendo la costumbre reservada a los traidores, morirían frente a Westminster (el lugar que pensaban demoler) y “colgándoles del cuello sin dejarles morir, seccionándoles los genitales, echándolos al fuego ante sus propios ojos y, hallándose aún vivos, destripándoles y arrancándoles el corazón antes de decapitarles y despedazarles. Luego se expondrían ante el público las cabezas clavadas en picas y serían arrojados los restantes trozos a los pájaros para su alimento”.
La Conspiración dio la excusa a los protestantes de terminar de cercar a los católicos, prohibiéndoles servir como oficiales del ejército y marginándolos de la sociedad, privándolos del derecho a voto. Y en la tradición popular, generó la costumbre de la Noche de Guy Fawkes, una festividad en la que el pueblo portaba antorchas y encendía hogueras quemando figuras de Fawkes, en agradecimiento a la gracia de Dios que había salvado al monarca de la perfidia de los católicos.
Con el paso de los años, la Noche de las Fogatas terminó perdiendo el grado de violencia que llegó a alcanzar y hoy es un festejo que repite la tradición de las fogatas y los fuegos de pirotecnia, con más sentido turístico que de reivindicación anglicana.
Y en los últimos años, la Noche del 5 de Noviembre ganó fama en la cultura popular, con la película V de Vendetta (http://libretachatarra.blogspot.com.ar/2006/04/que-nos-tengan-miedo.html) basada en el cómic de Alan Moore que llevaron a la pantalla los Hermanos Wachowski.
FUENTES:
El artículo en Wikipedia de la Conspiración de la Pólvora:
http://es.wikipedia.org/wiki/Conspiración_de_la_pólvora
y de la Noche de Guy Fawkes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Noche_de_Guy_Fawkes
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