14.1.15

je suis charlie

la nación

No debemos permitir nunca que la violencia reprima el ejercicio de la libertad de expresión. Por eso nosotros, que normalmente no publicamos (o emitimos) este tipo de caricaturas satíricas, lo hacemos ahora, en unión con otros medios de toda Europa. Esta solidaridad es la única forma de demostrar a los asesinos y aspirantes a asesinos que no pueden dividirnos y vencer, que no van a intimidar a los medios de comunicación para que nos autocensuremos. Un ataque contra uno es un ataque contra todos. En este sentido, nous sommes tous Charlie.

Lo único que van a conseguir los asesinos es que esas caricaturas de Mahoma las vean ahora millones de personas que, de no ser por este motivo, no habrían tenido acceso a ellas. Son los asesinos, y no los caricaturistas, quienes han empañado de esta manera la imagen del profeta. Porque ahora existe un interés abrumador y legítimo del público por conocer la causa aparente del monstruoso y sanguinario asesinato terrorista de los dibujantes franceses Charb, Cabu, Wolinski y Tignous -cuyos nombres han entrado a formar parte de la historia-, sus colegas y los agentes de policía.

Esta publicación coordinada no es un gesto gratuito. No es tampoco un gesto contra el islam. Al contrario, defiende las condiciones que permiten que los musulmanes en Europa, a diferencia de los cristianos o los ateos en gran parte de Medio Oriente, puedan expresar libremente sus más profundas creencias y oponerse a las de otros. Lo que está en juego es el futuro de Europa y el de la libertad. Porque nuestra convivencia en libertad depende de esto: de que el veto del asesino no resulte vencedor.

TIMOTHY GARTON ASH
“Publicar y publicar, única forma de callar el fanatismo”
(la nación, 11.01.15)

huffington post

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