El mar sus millares de olas
mece divino.
Oyendo a los mares amantes,
mezo a mi niño.
El viento errabundo en la noche
mece los trigos.
Oyendo a los vientos amantes,
mezo a mi niño.
Dios Padre sus miles de mundos
mece sin ruido.
Sintiendo su mano en la sombra,
mezo a mi niño.
GABRIELA MISTRAL
fuente: http://amediavoz.com/mistralORO.htm
13.4.15
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