frases de “Los siete magníficos”

-Las leyes nos protegen.
-Él es la ley. Él la compró ¡Tiene al alguacil en su nómina!

Lo que perdimos en el fuego, lo encontraremos en las cenizas.

-Él asesinó a mi marido. Tomará todo lo que tenemos.
-Así que usted busca venganza.
-Busco justicia. Pero me conformo con la venganza.

Yo tengo el derecho conferido por Dios y por la ley de recuperar las cosas que son mías. ¿Estamos de acuerdo?

¿Por qué tuvo que tocar su pistola? Era una negociación entre caballeros.

-Tenemos siete.
-¡Él tiene un ejército!

Si Dios no quisiera que sean esquilados no los hubiese hecho ovejas.

Dan… ¿estás muerto? ¡Qué lástima! Acababa de pedir una bebida.

El hombre que lleva un arma tiende a usarla.

Es un viaje de día y medio. Nos dieron dos días… ¡tenemos medio día para emborracharnos!



Creo que ese oso traía ropa de humanos.

Dile que tenemos su pueblo, tenemos todo su valle. Si lo quiere, tendrá que hacer un trato con nosotros.

-Sigo siendo el sheriff. Me eligieron.
-Considera esto tu renuncia.

-¿Quién es ella?
-Juana de Arco.

-Tomé un trabajo. Voy tras Bartholomew Bogue. Busco hombres que quieran unírseme.
-¿Es difícil?
-Imposible.
-¿Cuántos tienes hasta ahora?
-Tú y yo.

-¿Quién es ella?
-Trabajamos para ella.
-Buen Señor…

-Si hubiera sabido que era usted no hubiera sido tan irrespetuoso.
-Está bien, hijo. Solo págame el doble.

Hay que pelear la batalla que tenemos enfrente, no atrás.



-¿Cuál es el plan?
-Siempre he querido volar algo.
-Ése no es un plan.

Si se quieren ir... váyanse. Pero no se lleven nada que no hayan traído.

Hay hombres que me han pagado mucho pero nunca todo lo que tenían.

-Los ancianos me dijeron que yo tenía un camino distinto.
-Mi camino también es distinto. Mi camino, nuestro camino... vamos a pelear contra hombres malos. Probablemente... todos moriremos.

Este país siempre ha equiparado a la democracia con el capitalismo. Y al capitalismo con Dios. No sólo les estorban al progreso y al capital... ¡le están estorbando a Dios!

Vamos, reza conmigo. Pide perdón. Ahora cierra los ojos... y reza. Reza por mi madre... que tus hombres violaron. Anda, reza. Reza. Reza por mis dos hermanas... que tus hombres asesinaron. Que ahorcaron. ¿Rezaron cuando me pusieron la soga alrededor del cuello? Reza.

¿Qué clase de hombre es usted? ¿Qué le ha hecho esta gente? ¿Por qué, Bogue? ¿Por la tierra?



Lanzar, cortar, apuñalar. Eso es todo. Es simple.

Qué alegre banda tenemos. Yo soy un gris. Chisolm un azul... Billy un hombre misterioso del Oriente. Un irlandés borracho, un texicano, una hembra y su galán de escolta. Esto no va a acabar bien.

Todo hombre tiene derecho a decidir dónde morir, si puede.

Deja los cuerpos donde están durante unos días. Quiero que los vean y recuerden.

-Quizá mi abuelo mató a tu abuelo.
-¡Qué encantadora idea! Estamos forjando lazos.

Me he vuelto todo lo que desprecio. Soy timorato y cobarde.

-Eres un texicano.
-¡No! Soy un mexicano.

Señor... evita que los juzgue.

Me recuerda a un tipo que conocí. Se cayó de un edificio de cinco pisos. Al pasar cada piso decía: "¡Hasta aquí, voy bien!". Está muerto.

Mi pueblo. Mi oro. ¿Cómo?

¿Creen que Rockefeller hizo todo él mismo? ¿O Vanderbilt? Todo lo que tengo me lo he ganado a pulmón. No como ellos, con sus amigos ricos y sus políticos en el bolsillo. Si quiero tierra, ¿saben lo que hago? La tomo. ¿Saben qué dirá la historia de Rose Creek? Nada. No habrá existido el tiempo suficiente. Pero la historia me recordará a mí. Lo que construí.

Sabía que mañana iba a ser un día oscuro. Y ahora que somos uno menos... será aún más oscuro.

¡Somos gigantes puestos en la tierra para eliminar la maldad y conservar todo lo bueno!

Oye, ¿sabes qué? Estamos a mano. Con lo del caballo. No me debes nada.

Lo que sea que hayan sido en la vida, aquí, al final, cada hombre actuó con valor y con honor.