23.5.17
con fórceps
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Pero a medida que la profesión de la medicina se desarrolló durante el siglo XIX, los doctores se fueron acercando al potencialmente lucrativo negocio de traer niños al mundo.
Sin embargo, siglos antes, ya otros se habían percatado de los beneficios de atender a las mujeres cuando estaban dando a luz, particularmente una familia francesa: los Chamberlen.
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Históricamente, las mujeres morían de fiebre puerperal -también conocida como fiebre de parto o sepsis puerperal-, hemorragia, eclampsia (presión arterial peligrosamente alta e insuficiencia orgánica) y distocia, término para referirse a los partos laboriosos.
Y para lidiar particularmente con el último caso, la familia Chamberlen tenía un secreto muy bien guardado: los fórceps.
Antes de que existieran, cuenta Randi Hutter Epstein en su libro “Sácame: la historia del parto desde el Jardín de Edén hasta el banco de esperma”, “a los bebés atascados en el canal de parto los sacaban a la fuerza, a menudo en pedazos.
“A veces, las parteras les quebraban el cráneo, matando al niño pero salvando a la madre; otras, rompían el hueso púbico, que a menudo resultaba en la muerte de la madre y la salvación del hijo”.
Además, agrega, los doctores tenía todo un armamento de espantosos aparatos para enganchar, apuñalar y destrozar el cuerpo del bebé difícil de sacar.
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Peter Chamberlen, luego conocido como "el viejo", y su hermano, también llamado Peter (el joven), nacieron en París en 1560 y 1572, pero como la familia era hugonota tuvieron que huir a Inglaterra.
Ambos siguieron la profesión de su padre, convirtiéndose en barberos cirujanos y reconocidos practicantes de partería.
Ambos, también, tuvieron problemas con las instituciones de la profesión de la época, por razones que iban desde inasistencia a lecciones hasta prescripción de medicinas prohibidas.
No se sabe con certitud cual de los hermanos inventó los fórceps obstétricos pero a menudo se acredita al mayor de ellos.
Lo que sí se sabe es que los mantuvieron como un secreto de familia durante más de 100 años y que se aseguraban de no dar ninguna pista del método que los hizo famosos como los mejores parteros de Inglaterra y médicos de la corte real.
Cuentan que llegaban a la casa de la mujer en trabajo de parto en un carruaje especial, acompañados de una enorme caja de madera adornada con tallados dorados.
Como se necesitaban dos hombres para cargarla, la gente pensaba que se trataba de una máquina compleja y de gran tamaño.
Sacaban a todo el mundo de la habitación y se quedaban solos tras la puerta cerrada con la mujer que iba a dar a luz, a la que le vendaban los ojos para que no descubriera el secreto.
Al otro lado de la puerta, los familiares podían escuchar los ruidos peculiares, tañidos de campanas y otros sonidos siniestros que supuestamente hacía la máquina al funcionar.
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Peter el joven tuvo un hijo al que llamó... Peter, pero como éste si estudió mucho y en varios países de Europa, se ganó el título de doctor Peter Chamberlen, lo que nos ayuda a no perder el hilo.
Tras la muerte de su tío -Peter el viejo- en 1631 fue nombrado médico de la corte y su reputación era tan buena que el Zar de Rusia le escribió a Carlos I preguntando si podía estar a su servicio, pero el rey declinó la petición.
Lo otro que el Dr. Peter tenía una en alto era su opinión de sí mismo y era tan extravagante en su vestido que en una ocasión fue advertido por las autoridades de la universidad.
Se casó con Jane Myddelton con quien tuvo 2 hijas y 11 hijos, 3 de los cuales -Hugh, Paul y John- también practicaban la obstetricia. Después de la muerte de Jane, se casó con Ann Harrison y tuvo otros 5 hijos. Murió en 1683 a la edad de 82 sin revelar el secreto de familia.
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Pero los tiempos estaban cambiando y su hijo mayor Hugh fue a París en 1670 con la esperanza de recaudar fondos vendiendo el secreto de la familia al gobierno francés.
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Para demostrar las ventajas de los fórceps debía atender con éxito el parto de una enana raquítica de 38 años que tenía la pelvis tremendamente deformada y estaba en trabajo de parto obstruido.
Fue todo un fracaso y Hugh volvió a Londres sin haber podido vender su fórceps, pero con una copia del texto reciente de Mauriceau, el cual tradujo y publicó en Inglaterra en 1672. En el prólogo hizo referencia al secreto de familia:
“Mi padre, hermanos y yo (y que yo sepa nadie más en Europa), por la bendición de Dios y nuestro ingenio, hemos atendido y practicado durante mucho tiempo una forma de tratar a las mujeres en este caso (trabajo de parto obstruido), sin ningún perjuicio para ellas o sus hijos: aunque todos los demás (obligados por la falta de tal expediente a utilizar la forma común) deben poner en peligro, o destruir uno o ambos con ganchos...
...me permito ofrecer una disculpa por no publicar el secreto... Mientras otros artistas los utilizan, a saber, mi padre y dos hermanos que viven de la práctica de este arte, no estimo propio publicarlo sin perjudicarlos”.
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…nunca reveló el secreto de familia.
Se cree que fue su hijo Hugh el joven, también médico, quien -aunque se casó tres veces, tuvo tres hijas pero ningún varón- al ver que iba a morir sin un heredero dejó que el secreto se filtrara durante los últimos años de su vida.
El diseño de los fórceps fue publicado en 1733, 5 años después de su muerte.
Se dice que hubo otros que usaron estos instrumentos antes pero también que los encontraban notoriamente difíciles de manejar, tanto que se llegó a pensar que el secreto no era la herramienta médica sino la técnica manual.
En 1813, los instrumentos del Dr. Peter Chamberlen, incluidos cinco fórceps obstétricos, fueron descubiertos en una trampilla secreta en el suelo del ático de su antigua casa, donde los había escondido su esposa Ann a su muerte, 130 años antes.
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“La familia francesa que inventó los fórceps (y por qué lo mantuvo en secreto durante un siglo)”
(bbc mundo, 21.05.17)
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